Un seleccionador precisa de un informador de primera mano, de confianza máxima, que le ayude a desgranar los entresijos de los rivales, que sea minucioso a la hora de pulir los defectos del adversario para intentar expoliarlo nada más saltar al campo.

Así que Luis tiró de un informador contrastado: César Mendiondo. Fue futbolista profesional, jugó en la cantera del Atlético y desarrolló su carrera en el Rayo Vallecano, Espanyol y Mérida, entre otros equipos. Tras su retirada, perteneció al cuerpo técnico del Atlético y, en 2006, Luis lo fichó de inmediato para su cuerpo técnico en la Federación. Las referencias eran inmejorables.

“Mi cometido es facilitar todo el trabajo posible a Luis con los rivales. Realmente, los informes no son la base de los partidos y tienen baja importancia, se trata de los detalles y del estudio pormenorizado a pie de campo del equipo al que te enfrentas”, señala Mendiondo.

César suele pasar inadvertido. De pocas palabras, prefiere mantenerse en un segundo plano y realizar su trabajo lejos de los focos mediáticos. Su oficio es ir con su maleta de un lado a otro, vigilando al rival, intentado desgranar todos sus movimientos.

Su trabajo en la Eurocopa es fundamental. El fruto de su pericia se ve cuando Luis afirma que sabían que a uno de los centrales rusos le gustaba driblar y sacar el balón controlado. Torres fue allí y le robó una pelota que significó el primer gol de Villa. El trabajo silencioso de Mendiondo empezaba a dar sus frutos. Estos días, su labor es otra, pero importante. Tal vez no de cara a los próximos enfrentamientos, pero sí para el cruce de cuartos de final.

“Estoy siguiendo al grupo de la muerte. De ahí tiene que salir nuestro cruce y Luis quiere que esté presente en los partidos. En la primera jornada, vi el Francia-Rumanía y ahora me toca ir al de Holanda”, prosigue el informador, que desearía que fuesen los rumanos los clasificados para enfrentarse a la roja. “A los holandeses los veo muy bien. Marcar tres goles a Italia no es nada fácil y son muy veloces, con jugadores de primer nivel. Sería un cruce muy complicado por el ritmo de juego que le dan al balón. Por eso, de elegir a alguna, me quedo con Rumanía”, razona.

Los informadores, también conocidos como scouters, se han puesto de moda y no hay equipo en el mundo que no tenga uno. “Hay que relativizar un poco este asunto. Lo importante es lo que transmite el entrenador a sus jugadores. Lo digo desde mi experiencia como futbolista. Al fin y al cabo, lo que cuenta es lo que pasa en el terreno de juego. Generalmente, estos detalles no le interesan al futbolista, ellos se deben de preocupar por el sistema y el juego”, sigue explicando el técnico, que ante Rusia sí que se pasó por el estadio de Innsbruck para apoyar al equipo.