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Mourinho contra el pasado de Florentino Pérez

El presidente del Real Madrid despidió antes de fin de año a todo el que estuvo a más de cinco puntos del líder por estas fechas

EDUARDO ORTEGA

Se las prometía muy felices el portugués. Todo iba como la seda para él. Se había deshecho de sus enemigos, al menos dentro de casa, había azuzado a los críticos la consecución de la ansiada Liga que rompía la hegemonía del Barcelona y, definitivamente, se había ganado el cariño de gran parte de la afición y del presidente.

No, en cambio, de parte del vestuario del Real Madrid, acostumbrados a que como siempre que vienen mal dadas, e incluso cuando no es así, les lance dardos, uno tras otro, en público y en privado. Y, sin embargo, lo que parecía ya un camino de rosas para Mourinho, con los pilares de la victoria y del éxito cimentados, puede acabar mal y mucho antes de lo que pensaba hace apenas seis meses, cuando se bañaba en la gloria de la Cibeles.

El peor comienzo en Liga del Real Madrid en los últimos 17 años -desde que se instauró el sistema de tres puntos por victoria-, la pobre actuación del equipo en Champions -segundo de grupo con una derrota y dos empates-, y, recientemente, en Copa -en la que el miércoles perdió por 2-1 ante el Celta en la ida de octavos-, de momento hacen resistir al técnico, pero con malabarismos y muchas, muchas dudas.

Desde luego, si dependiera de las cifras y de los precedentes, el luso debería tener bastantes motivos para comenzar a preocuparse, si no lo ha hecho ya, por su futuro en Madrid. De hecho, Mourinho estaría a estas alturas prácticamente sentenciado. Y no por las ganas que tengan algunos, sino por la propia ley que impuso Florentino Pérez cuando llegó al sillón de la presidencia blanca.

Muchos entrenadores -siete- han pasado por el banquillo merengue con Pérez y todos han sufrido el azote del 'ser superior', pero unos más que otros. Vistos los precedentes, a Florentino no le tiembla el pulso cuando llega la Navidad: echó por estas fechas a García Remón y a Luxemburgo por su pobre papel en la Liga.

Florentino echó a García Remón y a Luxemburgo por estas fechas

Y aquí es donde, quizás, deberían entrarle los temblores a Mourinho. El único entrenador que estuvo a tanta distancia del líder antes del parón navideño o por estas fechas no acabó el mes al frente del equipo con Florentino Pérez como presidente.

García Remón, que se hizo cargo del banquillo tras la espantada de Camacho, fue cesado un día antes de la Nochevieja de 2004 tras un desastroso comienzo liguero que acabó con los blancos a 13 puntos del líder, el Barcelona, tras perder en casa contra el Sevilla en la decimoséptima jornada de Liga.

Pero lo peor es que a Florentino se le acabó la paciencia antes con el siguiente. Luxemburgo, que sustituiría en el cargo al propio García Remón, sufriría en sus carnes la misma experiencia prácticamente un año después, pero con la mitad de puntos de diferencia. El presidente del Real Madrid echó al brasileño tras empatar con el Villarreal en la decimocuarta jornada de Liga. Los merengues se quedaban entonces a seis puntos del entonces líder, el Barça otra vez.

La última derrota ante el Celta el pasado miércoles no hizo más que remarcar el mal juego del equipo, nefasto ante los vigueses y mayoritariamente malo en el resto de la temporada, y la pésima relación del luso con sus jugadores. 'Obviamente hay jugadores que me han decepcionado', 'te doy la razón (a un periodista) cuando dices que había jugadores que no querían jugar este partido', o 'Varane lesionado ha hecho más que algunos que no lo estaban', fueron las últimas perlas que dejó el portugués tras la derrota copera.

La temporada es tan mala que el Real Madrid ha perdido en estos cuatro meses más partidos que en toda la temporada pasada y los mismos que en la primera entera de Mourinho. Y los resultados fuera de casa son bastante cuestionables, ya que sólo han ganado la mitad de los partidos que han jugado. Y unos precedentes históricos que son todo un aviso a navegantes: el Real Madrid nunca ha sido campeón de Liga con la exorbitante diferencia de puntos con respecto al líder que existe en estos momentos.

El hecho de que, pese a todo esto, Florentino Pérez siga sosteniendo al luso tiene varias respuestas. La primera es que, desde que el presidente blanco le contrató, se ató a él y se puso bajo su paraguas. Le dio casi todo el poder del club, obedeció echando a Valdano y calló cuando el portugués se ensañaba en las ruedas de prensa día sí y día también con sus particulares guerras. Ahora no es tan fácil soltar amarras como si nada de eso hubiera sucedido. 

Pero, con la Liga casi perdida -hasta Casillas dejó entrever hace días lo que piensa el vestuario-, la Champions se antoja gloriosa salvación para el equipo y, sobre todo, para Mourinho. Florentino aguarda a que llegue la competición europea en febrero, a la espera de una reacción del Real Madrid que, además, sería una salida del club con puente de plata para el luso.

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