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Nocioni, puro corazón

El argentino, MVP de la Final Four, aportó al Real Madrid la experiencia y la garra que necesitaba en los momentos más delicados. "Dije que venía a esto y lo cumplí", recordó él ayer.  

Nocioni con los dos trofeos que conquistó ayer contra Olympiacos. /EFE

"Hay otras cosas que no salen en los números y el 'Chapu' tiene un corazón de grande como esto y eso lo transmite al equipo". Así expresaba Pablo Laso la aportación de Andrés Nocioni al equipo que se acababa de proclamar campeón de Europa. A sus 35 años, el argentino volvió ayer a tocar el cielo y añadió a sus vitrinas un título que ansiaba desde el primer día que vislumbró la idea de recalar en el Real Madrid. Además, fue elegido MVP de la Final Four. Un reconocimiento merecido a la entrega, al sacrificio y al entusiasmo que trasladó a sus compañeros tanto en la semifinal contra el Fenerbahce como en los momentos más complicados de la final ante Olympiacos. 

En los 22 minutos que estuvo en la cancha transmitió unas ganas por alzar el título como ningún otro. Aportó doce puntos, siete rebotes, un robo y dos asistencias para obtener una valoración total de 18. Pero, sobre todo, se recordarán sus dos tapones. Dos gorros terribles con los que 'Chapu' demostró a los griegos que el terreno por el que pisaba estaba vedado. Los puños en alto, el Palacio de los Deportes se rindió al coraje del argentino. La olla alcanzó su presión máxima con él en pista. Lo dio todo y el baloncesto se lo devolvió. 

El año pasado por estas fechas en los despachos del Real Madrid se devanaban los sesos para buscar un sustituto de garantías para Nikola Mirotic, que hacía las maletas rumbo a la NBA. Se apostó entonces por buscar a un jugador que aportara experiencia, un '4' abierto con muchos minutos a sus espaldas y que fuera capaz de no arrugarse en partidos trascendentales. Y dieron en el clavo. El de Santa Fe ha resultado el jugador perfecto para estas lides.

Ha asumido durante toda la temporada el papel de jugador secundario, de hombre de vestuario. Pegamento en las relaciones con el resto de compañeros. Sin minutos que llevarse a la boca en muchos partidos, ha surgido como un león agazapado a la espera de su presa. Mientras llegaba su momento, él aguardaba a la sombra. Fuera de los focos que asumían otros. Hasta que la historia le llamó. Ya lo hizo en la Copa del Rey y lo ha hecho este fin de semana, que no olvidará en toda su vida.

"Dije que venía a esto y lo cumplí"

Sin una gota de sudor en el cuerpo y mirando todavía perplejo el trofeo plateado del campeón continental, el de Santa Fe dejaba claro que ese era el momento que había soñado vivir cuando se decidió por el Real Madrid: "Dije que venía a esto y lo cumplí. Puse mi cuerpo, mi mente en lo que hacía sólo por un objetivo, que era hoy, solamente hoy".

"Después de esto yo sabía que tenía que responder y dejar todo en la cancha como había prometido. No me he dejado dentro ni una gota de sudor. Así soy yo y así juego. No sé jugar de manera distinta. En el equipo tenemos mucho talento y yo trato de darle algo diferente, carácter, personalidad y entrega", resumió el argentino sobre su papel en el nuevo campeón de la Euroliga. La fiesta posterior estuvo a la altura de su rendimiento. Fe de ello fue el beso en la boca que dio a su compañero y compatriota Campazzo, que inmortalizaron las cámaras. Nocioni, pura pasión.

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