Terol se viste otra vez de gran favorito

Con seis o siete vueltas de carrera, Jorge Martínez Aspar decidió plantarse junto al muro de su equipo e imponer su jerarquía. Quería que Nico Terol obedeciera sin rechistar su orden. No había necesidad de apretar más el acelerador. La ventaja del líder del campeonato sobre sus perseguidores era en tan pocos giros de diez segundos. Sólo era cuestión de jugar con la ventaja en una cuesta abajo sin sobresaltos hasta que la bandera a cuadros notificara su triunfo.

Después de la avería en Brno por culpa de ese maldito tornillo, el valenciano había puesto el campeonato en un suspiro. Indianapolis era clave para retomar las sensaciones de principio de temporada, de dejar claro que sin nada extraño es el piloto más fuerte de la categoría. Vio de cerca a sus rivales antes de la salida y no hubo reencuentro hasta el podio. Nadie fue capaz de seguir su ritmo diabólico.

A su espalda se formó un grupo en el que entre Cortese, Gadea y Maverick Viñales se disputaron el segundo puesto. El joven prodigio salió demasiado frío como para seguir a Terol. Cuando encontró el ritmo de carrera, ya no veía ni la sombra del valenciano. La clasificación del Mundial ya tiene otra vez la pinta de hace unas carreras. La ventaja con Johan Zarco es de 27 puntos. Nico Terol ha vuelto a disfrazarse de gran favorito.