Míster, ¿por qué aquí no están Casillas ni Ramos?. Quizás fue una pregunta espontánea, simple curiosidad y sin reproche subliminal, la que formuló un futbolista a Luis Aragonés durante la denominada jornada de convivencia de la selección.

El seleccionador citó a sus internacionales el lunes, pero no todos acudieron a ese primer encuentro. Y en la reunión entre el técnico y los jugadores, justo antes de comer, una voz interrogó al jefe sobre esas ausencias. Si los afectados sospechaban algún tipo de trato de favor, la respuesta de Aragonés, cuando menos, les desconcertó: ¿Lo sabes tú? Yo, tampoco.

El malestar era evidente entre los participantes de la reunión. Por supuesto, en el seleccionador, pero también en alguno de los jugadores. Ver imágenes de Sergio Ramos y Casillas en el balcón del Ayuntamiento de Madrid cantando y celebrando el título liguero calentó a más de uno. Pocos entendían la denominada jornada de convivencia: ser citados un día en Madrid para concederles al instante seis días de vacaciones, con una concentración por delante de casi un mes. Con la tecnología actual, a través de un móvil o de Internet, entienden algunos que se podría haber comunicado lo que se dijo en la reunión. Y, para rematar el absurdo, no todos tenían la obligación de estar. Ni siquiera uno de los capitanes.

El motivo del calentón fue la desigualdad. Había jugadores en pleno proceso de tratamiento de sus respectivas lesiones, como Cesc, que tuvieron que darse un palizón de varias horas de vuelo para regresar a sus respectivos destinos después de comer. El catalán debía proseguir su cuadro de rehabilitación si quería llegar en perfecto estado al lunes 26, fecha en la que comienza la concentración de la roja en Las Rozas. Su esfuerzo por estar en Madrid fue considerable. Cuatro horas de convivencia obligatoria, que al final no fue tal y que a la mayoría le sirvió para poco.

Aumenta el malestar, el hecho de que ciertas versiones adjudican ahora a la concentración un mero carácter voluntario. Pero lo niega tajantemente el seleccionador, que sí consideraba la planificación de estos días previos a la definitiva puesta en marcha del equipo como vital para realizar un buen torneo. Así se lo hizo ver a los jugadores en Barajas, pese a las ausencias de las que no tenía noticias. Los jugadores del Madrid alegan que tenían el pertinente permiso federativo para celebrar sus títulos y viajar hasta Riad para jugar el amistoso ante el Al Nasr (según el contrato, la cantidad que recibió el Madrid habría decrecido por cada titular ausente). Otra vez, el desencuentro entre la Luis y sus jefes.