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Víctor Pino: "Prefiero levantarme
a las 6:30 que ser futbolista"

El fútbol ha perdido a un goleador: Víctor Pino. A los 21 años jugaba en el equipo de su ciudad: el Castellón. Tenía motivos para seguir creciendo. Pero él ha preferido dejarlo y arreglar el pescado para una cadena de supermercados.

Víctor Pino, subido a un montacargas tras haber dejado el fútbol.

MADRID.- Su novia, que estudia tercero de Medicina en Valencia, le ha dado la razón. “Si no eres feliz, no sigas jugando”. Él, Víctor Pino, que había llegado al equipo de su ciudad, acaba de retirarse a los 21 años voluntariamente y con una declaración dramática. “El fútbol me había destrozado la vida”. Hoy, Víctor busca su propio tratado de paz. Ha elegido una vida anónima, un trabajo duro limpiando el pescado, donde, por lo visto, ahora figura su felicidad. Trabaja mañana y tarde todo el día de pie. De hecho, son las siete de la tarde cuando acaba de dejar de trabajar. “Pero hay que hacer esfuerzos en esta vida y yo cuento con eso”, explica él, que fue un delantero prodigioso en sus tiempos juveniles, capaz de marcar 50 goles en un solo año, y que ahora perdió la batalla frente a la pasión en un histórico como el Castellón y en un estadio de la categoría de Castalia. “Vida solo hay una”, recuerda ahora.

Así que no queda otra que hacer frente a una conversación distinta, nacida de una decisión que va contra corriente en esta vida. A los 21 años, tenía demasiado que pelear en el fútbol. Un currículum interesante, una voz seria y una mirada inteligente. De ahí que su decisión fuese tan mediática y llegase hasta medios nacionales. “No podía ni imaginar ese impacto”, declara hoy, desde la frialdad, una vez que el tiempo ya pacificó esa decisión. Pasaron los días y pasó el huracán. El futbolista por ahora ya es historia, sin miedo a lo que vaya a pasar mañana. “Aún no tengo grandes esclavitudes. Vivo con mis padres y puedo pensar sin agobios en mi futuro”.

Pregunta. Acaba de salir de trabajar a las 19.00 horas. ¿Ha elegido una vida del montón?

Respuesta. Bueno, yo llevaba año y medio trabajando. Sabía qué vida era. Sabía lo que es esto y no me disgusta. No tiene nada que ver con el fútbol, donde había dejado de disfrutar. Recordé que vida solo hay una y que no deseaba ir quemado por la vida.

¿Qué no quema en esta vida?

No lo sé. He jugado toda mi vida al fútbol. No he hecho otra cosa durante 16 años. Supongo que ahora tengo el resto de mi vida para contestar a esa pregunta.

¿Nunca vio llegar quemado a su padre a casa después del trabajo?

"No podía levantarme e ir a entrenar sin ganas; acabar los entrenamientos enfadado y llegar a casa, que me preguntase la familia y contestar con un carácter arisco"

Sí. No recuerdo un día ni un momento concreto, pero sí, seguramente sí, porque sé que la vida es así. Pero a los 21 años yo no quería eso para mí. No podía levantarme e ir a entrenar sin ganas; acabar los entrenamientos enfadado y llegar a casa, que me preguntase la familia y contestar con un carácter arisco. La gente me decía 'aguanta un poco, a ver si se te pasa', y he aguantado año y medio hasta que mi paciencia se ha acabado.

¿No fue impaciencia entonces?

No. A lo sumo, admito que ha sido una decisión egoísta en la que he pensado solo en mí, no en mi familia. No me importaba ni siquiera lo que dijese la gente. Era un problema que tenía que solucionar yo. Si me he equivocado, no tengo miedo: el tiempo lo dirá. Pero esta vez tenía que ser así.

¿A qué hora se ha levantado esta mañana?

A las 6.30...

¿Toda la vida así?

"Ahora trabajo en una empresa familiar, en la compra venta del pescado para una cadena de supermercados"

No sé hasta cuando. No puedo contestar a esa pregunta, porque aún no tengo plan de futuro. Pero ahora estoy contento y tengo que disfrutar este momento. Trabajo en una empresa familiar, en la compra venta del pescado para una cadena de supermercados.

¿Qué hace usted?

Yo arreglo el pescado, lo limpio, lo pongo en condiciones...

Se hace trabajo duro

"El día en el que empecé a trabajar me di cuenta de que era más feliz trabajando que jugando al fútbol"

Sí, lo es, no le voy a engañar, porque uno pasa todo el día de pie. Pero es un trabajo duro como tantos en esta vida. El trabajo es así. No siempre es cómodo. Hay que hacer esfuerzos y yo cuento con eso. Pero, sobre todo, es que el día en el que empecé a trabajar empecé a darme cuenta de que era más feliz trabajando que jugando al fútbol. Al principio, me pareció raro. Luego, vi que siempre era así y que seguía siendo así...

¿Qué hizo usted por cambiar?

El tiempo pudo conmigo. A lo mejor es que éste no era el fútbol que yo había soñado de niño de una pasión tan limpia, tan inocente... El caso es que llegó el momento en el que no tenía ganas de despertarme un sábado a las cinco de la mañana para ir en autobús a jugar a Madrid. Pero tampoco salir de casa a las diez para ir a entrenar. No había solución.

¿En qué se parece limpiar el pescado a marcar un gol?

En nada. No se parece en nada.

¿Y la nómina de operario del pescado a la de futbolista?

Víctor Pino celebrando un gol en su época de futbolista.

Víctor Pino celebrando un gol en su época de futbolista.

La de futbolista era bastante más baja.

¿Pudo eso influir?

No lo creo. No ha sido el dinero. El fútbol nunca me dio para vivir. Tuve que empezar a trabajar. Jugaba en Tercera división, pero la cosa es que estaba en el Castellón, en el equipo de mi ciudad, en el sueño de mi vida. Un club con una historia tan potente con una ciudad de esta categoría, con un estadio como el que tenemos... Pero un día se fue abajo y cuesta tanto recuperar lo que uno perdió, pero jugar en el Castellón, yo lo tenía tan idealizado de niño...

¿Qué autógrafo le faltó por firmar?

Me han faltado muchos, demasiados. Creo que no he firmado ningún autógrafo en mi vida.

¿Nunca llegó una oferta mejor?

"El fútbol no me dio para vivir pero sí me dio para comprarme un coche nuevo nada más sacarme el carnet"

Sí, sí llegó. El año pasado vino el Olimpic de Xátiva que era una categoría superior. El problema fue cuando llegué ahí. No tenía nada que ver lo que me decían con lo que me habían dicho. Pero, sinceramente, no creo que fuese ese el problema. Nunca me sentí cegado por el dinero. Es verdad que el fútbol no me dio para vivir. Pero sí me dio para comprarme un coche nuevo nada más sacarme el carnet. A mi edad no había tanta gente que pueda tenerlo. Yo lo tuve claro desde el día que me lo entregaron.

¿Hay otro fútbol que deberíamos conocer?

Podría ser que sí. Pero yo imagino que se da por hecho. No a todos los futbolistas se les puede poner como dioses como a Messi. No todos los futbolistas son de otro planeta. De niño ya sabes que eso es así. Pero lo que no imaginas de ningún modo es que puedas perder la pasión por el fútbol. Fue duro, no se crea.

¿No ha sido la suya una rebelión contra la injusticia del fútbol?

"Ahora me conformo con ser buena persona, con recuperar mi carácter. Tengo que demostrar que puedo hacerlo y que he tomado el camino correcto"

Podría decir que sí. Pero ya no la pienso. Me quedó con lo que viví y con lo que me hizo feliz, y no me refiero a los goles, que los hice. Me refiero a sentimientos como el año pasado en la promoción de ascenso del Castellón frente al Gavá. Fuimos más de 600 personas a verlo y yo, que ese año había estado cedido en el Borriol, fui uno de ellos. Fue muy emocionante y desde la grada me dije a mí mismo: "por días así, merece la pena jugar al fútbol".

¿A qué aspira ahora?

Ahora mismo, no lo sé. No sé lo que quiero ser. Me conformo con ser buena persona, con recuperar mi carácter. Tengo que demostrar que puedo hacerlo y que he tomado el camino correcto. Y si no ha sido así ya veremos lo que pasa, si algún día vuelvo a jugar al fútbol y si puedo volver; si vuelto a estudiar o no… Tengo esa cosa desde que terminé la ESO y lo dejé porque era bastante vago para los estudios.

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