La anécdota de la celebración que ha vivido el madridismo esta madrugada ha sido la caída de la Copa del Rey. A escasos metros de la emblemática fuente de Cibeles, al jugador Sergio Ramos se le cayó el trofeo de entre las manos. Así pues, la ansiada Copa del Rey que el Real Madrid llevaba 18 años sin ganar, acabó entre las ruedas del autobús descapotable que trasladaba a los jugadores. A pesar del accidente, la celebración de los blancos no se empañó, y continuó durante toda la madrugada, ya que más de cincuenta mil personas salieron ayer a las calles de Madrid para acompañar al club en su último triunfo.