Este artículo se publicó hace 4 años.
El BCE comienza a regañadientes el viaje hacia los bonos basura
El banco central, anticipando que la cumbre de la UE sería decepcionante, amplió el abanico de garantías que pueden presentar los bancos, incluyendo también títulos que se hayan visto rebajados al grado de no inversión durante la crisis del coronavirus.
Londres-
Los mercados europeos esperan que el BCE, que se enfrenta de nuevo a la tarea de rescatar la zona euro, añada pronto la deuda de empresas con calificación basura a sus programas de compra, pero algunos inversores dicen que una medida tan audaz podría resultar contraproducente.
Desde el fatídico momento en que su expresidente Mario Draghi prometió salvar el euro haciendo "lo que haga falta" en 2012, el Banco Central Europeo se ha mostrado dispuesto a cruzar las líneas rojas siempre que la economía del bloque tiene problemas.
El fracaso de los líderes europeos en acordar la única medida que podría haber calmado los mercados —la emisión conjunta de deuda— significa que este es otro de esos momentos.
El BCE, preocupado por las restricciones de liquidez en el sector bancario, y posiblemente anticipando que la cumbre de la UE del pasado jueves sería decepcionante, amplió el abanico de colaterales o garantías que pueden presentar los bancos, incluyendo también títulos deuda de Estados y empresas que se hayan visto rebajados al grado de no inversión (los denominados "bonos basura") durante el brote de coronavirus.
Los mercados de deuda de alta rentabilidad, donde los costes de los préstamos se han disparado desde febrero, reaccionaron con una recuperación, es decir, las rentabilidades cayeron. Los rendimientos de un índice ICE-BofA de bonos basura en euros cayeron 10 puntos básicos el miércoles pasado, y los costes de los seguros de deuda para empresas de menor calificación se desplomaron.
La decisión del BCE ha dejado la puerta abierta a una maniobra aún más audaz, emulando a la Reserva Federal de Estados Unidos, que prometió compras directas de deuda de "ángeles caídos", es decir, degradada la categoría de bono basura. ¿Y podría entonces rebuscar más de manera más amplia en el territorio de la deuda basura?
Por ahora, con la flexibilización de las normas de colaterales, dirigida más a facilitar la liquidez de los bancos que a ayudar a las empresas, muchos consideran que el BCE optará por una de estas dos estrategias, o por las dos, tan solo si se produce otro estallido en los tipos de alto rendimiento o hay muchas más rebajas de la calificación crediticia..
"Una cosa es apoyar la deuda soberana en una crisis sanitaria mundial, pero otra cosa es que el BCE se meta más a fondo en el grado de subinversión (de la deuda corporativa)", dijo Andrew Mulliner, gestor de fondos de bonos de Janus Henderson Investors.
"(El BCE) no quiere que se vea que apoya a empresas que han asumido mucho riesgo en sus balances".
El fantasma de las rebajas masivas de calificación puede ser el día del juicio final para empresas que se han estado atiborrando de deuda barata durante una década. La agencia de calificación S&P Global estima que las tasas de impago entre las empresas europeas de grado especulativo podrían cuadruplicarse este año en comparación con los niveles de finales de 2019.
Pros y contras
Hay razones por las que puede tener sentido ampliar la compra de bonos basura.
El BCE ya tiene en su balance deuda de empresas con diversas calificaciones, y ha empezado a aceptar bonos soberanos griegos con calificación de basura.
Y lo que es más importante, no es inconcebible que Italia, altamente endeudada, pierda su calificación de grado de inversión. Incluso aunque eso no se produzca, la deuda de muchos de sus bancos y empresas corre el riesgo de convertirse en basura, lo que dañaría su sistema financiero.
Los analistas bancarios prevén que hasta 100.000 millones de euros de la deuda corporativa europea se degradará a la categoría de bonos basura en 2020.
S&P ya ha convertido seis empresas europeas en ángeles caídos este año y su lista global de otras compañías en riesgo de caer es la más larga desde la crisis financiera, con grandes nombres como Renault o IAG, la matriz de British Airways e Iberia.
Sin embargo, para ayudar a una amplia gama de empresas de menor calificación crediticia sería necesario que los dirigentes monetarios superaran la arraigada reticencia a rescatar, en última instancia, empresas altamente endeudadas que a menudo están participadas por firmas de capital riesgo.
La compra de deuda basura también representaría un enorme riesgo para el BCE con unas ventajas que podrían ser modestas.
En comparación con las empresas estadounidenses, que recurren a los mercados de bonos para alrededor del 70% de su financiación, las empresas europeas dependen más de los préstamos, de forma que el endeudamiento con bonos representa alrededor de un tercio de sus necesidades.
Los bancos recurrieron solo a 55.000 millones de euros de deuda corporativa como colateral ante el BCE en el primer trimestre de 2020, señala Barclays, en comparación con 250.000 millones de euros de deuda pública.
Próxima línea roja
Jorgen Kjaersgaard, codirector de la renta fija europea en Alliance Bernstein, considera que el BCE no necesita empezar a comprar bonos basura ahora porque su actual programa de compra de deuda con grado de inversión era "muy agresivo", el mercado de alto rendimiento es pequeño y muchas empresas de baja calificación están bien financiadas.
Al comprar bonos de alto rendimiento, según Kjaersgaard, los responsables del BCE se arriesgan a rescatar "ovejas negras", es decir, empresas demasiado apalancadas que gestionan mal sus finanzas.
El impacto del virus en las finanzas de las empresas también podría ser temporal, añadió Kjaersgaard, aunque su opinión se fundamenta en la previsión de que haya "fuertes recuperaciones" más adelante en 2020.
Dado que se espera que el coronavirus diezme la economía mundial, muchos analistas e inversores afirman que el BCE se encamina hacia la compra de deuda de ángeles caídos.
De ser así, tendría entonces por delante otra línea roja, al otro lado de la cual se encuentra el mercado más amplio de basura y los títulos de deuda con calificación más baja.
"¿Están dispuestos (en el BCE) a ir hasta el fondo por debajo del grado de inversión? Me cuesta creer que van hacia allí de verdad", dice Iain Stealey, un alto directivo de renta fija internacional de J.P. Morgan Asset Management.
"Pero si seguimos trabajando desde casa dentro de tres meses la conversación será totalmente diferente".
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