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La España vacía clama este sábado en Madrid contra la invasión de las renovables

La coordinadora Aliente, que agrupa a 175 plataformas y entidades locales de todo el país, convoca en la capital a los habitantes de los territorios amenazados por la instalación de megaproyectos de energía verde bajo el lema 'Renovables sí, pero no así' y con la esperanza de abrir un debate sobre el modelo energético y sus efectos en el medio rural.

Hasta 175 zonas de España viven conflictos por el rechazo de sus habitantes a lo que consideran desmesurados proyectos de despliegue de las energía renovables.
Hasta 175 zonas de España viven conflictos por el rechazo de sus habitantes a lo que consideran desmesurados proyectos de despliegue de las energía renovables. PxHere

"Las zonas desfavorecidas sufrieron la despoblación de los pueblos anegados con los pantanos de los años 60 y 70, después en algunos casos la industrialización salvaje que dejó problemas como los vertidos de lindano y cuando se comienza a hacer algo llegan las placas y los molinos", expone, con un toque de amargura, Agustín Montero, de la plataforma que reúne a vecinos y entidades de la comarca del Alto Gállego, en el Pirineo oscense, críticos con la forma en la que se está desarrollando el despliegue de las energías renovables.

Esa plataforma, que hace unos días se fusionó con las de la Jacetania, la Ribagorza y el Sobrarbe en PDPirineo, que reúne a los colectivos críticos con ese nuevo modelo energético con perfiles de depredación del territorio, será una de las 175 integradas en la coordinadora Aliente (Alianza Energía y Territorio), que convoca para este sábado en Madrid una manifestación bajo el lema Renovables sí, pero no así.

Las hay de todas las comunidades autónomas y de la práctica totalidad de las provincias, y se han coordinado en los apenas ocho meses transcurridos desde que a primeros de febrero más de 250 científicos de distintas especialidades lanzaron un manifiesto en el que advertían del "sobredimensionamiento" del modelo de despliegue de la energía eólica y solar que se está dando en España y de los efectos "irreversibles" que ese formato amenaza con provocar.

"Cuando la gente de los distintos territorios comenzó a ver los resultados de ese proceso empezaron a contactar con nosotros. Llegan adhesiones de plataformas y entidades todos los días", explica Luis Bolonio, portavoz de Aliente, que observa el incesante goteo de proyectos de parques eólicos y solares como "una colonización absoluta de territorios de sacrificio al servicio de las grandes ciudades y de las zonas industrializadas".

A las cinco de la tarde en Atocha para oír a científicos en Sol

La manifestación, para la que se han fletado autocares desde todas las zonas del país que sufren conflictos por la instalación de parques y megaproyectos de energía renovable, comenzará a las cinco de la tarde en Atocha para acabar en la plaza de Sol, donde intervendrán el naturalista Joaquín Araujo, Odile Rodríguez de la Fuente (la hija menor del ambientalista Félix Rodríguez de la Fuente, que llama a la movilización en un vídeo), y la física de la universidad de Valladolid y especialista en energía, economía y dinámica de Sistemas Margarita Mediavilla.

"No planteamos un movimiento reactivo sino propositivo", señala Bolonio, que anota que "el objetivo de la manifestación en Madrid es dar la voz de alarma ante este modelo energético centralizado que supone un error histórico".

"Queremos evitar el destrozo del medio ambiente y de las posibilidades de desarrollo de unos territorios que se han elegido por ser los más vulnerables, por su situación económica y social, para ponerlos al servicio de los industrializados con un modelo que está en manos de un oligopolio", añade.

El modelo de grandes parques de aerogeneradores y de placas solares lleva años levantando los recelos de los territorios en los que se proyecta su instalación, donde se percibe como una forma de explotación industrial del medio que amenaza las escasas expectativas de desarrollo, o en ocasiones tan solo de supervivencia, de esas zonas, en cuyos perfiles aparecen como constantes la ubicación rural, los censos envejecidos y, a menudo, las bajas rentas.

A eso se le une el burbujeante perfil de muchos promotores de plantas de renovables, en el que predominan las empresas que reúnen permisos y derechos para vendérselos a compañías eléctricas consolidadas y en el que los proyectos alcanzan magnitudes de desmesura: dos tercios de los nodos de distribución del sistema español carecen de capacidad para absorber la energía proyectada en sus zonas de influencia mientras la potencia autorizada triplica las posibilidades de transporte de las redes de alta y media tensión, a lo que se le suma la intención confesada de Red Eléctrica para replicar en verde el modelo de las fuentes fósiles, nucleares e hidráulicas, con corredores desde Aragón hacia Catalunya, Euskadi y la Comunitat Valenciana, desde Extremadura y Andalucía hacia Madrid y desde la meseta hacia varios de esos destinos.

“Pone en peligro la propia sostenibilidad de los pueblos”

"No pedimos que no se instalen, pedimos que se haga con un proceso de ordenación del territorio que tenga participación pública", señala Montero, que describe una de las constantes con las que se enfrentan los habitantes del Pirineo y que se también se da en otras zonas de España.

"Se propone ocupar tierras agrícolas de media montaña que si continúa el calentamiento global van a ser estratégicas para producir alimentos en el valle del Ebro", explica. La operativa incluye "ofertas de 1.200 euros por hectárea al año por poner placas y molinos, que es más de lo que puede pagar de arriendo un agricultor".

Eso, anota, "pone en peligro la propia sostenibilidad de las explotaciones agrarias y de las cooperativas, y con ellas las de los pueblos. Los agricultores consiguen sacar su producción gracias a que pueden cultivar las tierras de vecinos jubilados que se las arriendan. Sin eso, se van a la porra".

Propuestas como las de la nueva PAC (Política Agraria Comunitaria), que permiten compatibilizar la instalación de parques de energía renovable con el cobro de subvenciones y de los mal llamados derechos históricos juegan a favor del modelo que rechazan las plataformas.

“Perpetúa el modelo de grandes plantas en manos de un oligopolio”

Tanto Montero como Bolonio insisten en la importancia de los matices de sus mensajes y del que centra la manifestación del sábado: "Estamos a favor de las renovables y de la transición energética, que es inaplazable, pero no de cómo se está llevando a cabo su despliegue", señala el primero de ellos, que se refiere a los parques de placas solares que se despliegan por el país como "macrogranjas fotovoltaicas", en alusión a la ganadería industrial y al rechazo que esta genera también en numerosas áreas rurales.

Bolonio, por su parte, hace hincapié en dos de las características de la energía renovable que permiten planteamientos distintos de los aplicados con las de fuentes fósiles y nucleares: "Son modulables en lugar de centralizadas. El sol y el viento están por todo el territorio, y eso permite acercar la energía a los centros de consumo".

Sin embargo, añade, el modelo elegido en España, muy distinto del que se aplica en otros países como Dinamarca, "perpetúa un modelo de grandes plantas de producción en manos de un oligopolio" y de "territorios que se sacrifican para servir a otros".

"Planteamos un debate que debería haber comenzado en España hace treinta años" y que ahora llega con el riesgo de "un ecocidio total a medio y largo plazo", añade, mientras llama la atención sobre un inquietante dato: "Solo 400 de los 70.000 millones de euros de los fondos Next Generation de la UE se destinan a fomentar el autoconsumo".

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