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Estafas de trabajo a través de las redes sociales, una nueva forma de aprovecharse de la necesidad

Las estafas online también se están abriendo camino en el mundo del trabajo a través de las redes sociales, aprovechándose de la necesidad de las personas de conseguir un empleo y poder llevar un sueldo a casa.

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Multitud de estafadores que pretenden ganar dinero u obtener datos personales a costa de la confianza o de la necesidad

Las estafas online están a la orden del día ya que existen multitud de estafadores que pretenden ganar dinero u obtener datos personales a costa de la confianza o de la necesidad de los usuarios. Las más comunes consisten en hacer creer al usuario que ha ganado un premio y que debe registrarse en un enlace; hacer creer a la víctima que le llega un paquete o un envío pero que tiene que introducir sus datos para saber en qué punto se encuentra; o la estafa conocida como la estafa nigeriana, en la que los estafadores se hacen pasar por altos cargos o personas ricas que necesitan sacar una importante fortuna de su país, pero necesitan que alguien en el extranjero pague algún tipo de tasa para llevar a cabo la transacción, y a cambio le ofrecen un porcentaje de sus beneficios.

Ahora, las estafas online también se están abriendo camino en el mundo del trabajo a través de las redes sociales, aprovechándose de la necesidad de las personas de conseguir un empleo y poder llevar un sueldo a casa. Estafas en las que los delincuentes cuelgan ofertas falsas de trabajo para engañar a sus víctimas.

Muchas de estas ofertas son fáciles de localizar

Aunque no es mayoritario, en Instagram están comenzando a proliferar anuncios en los que se ofrecen diversos tipos de trabajo. En muchos de estos casos es sencillo sospechar que se trata de una estafa, pero en otros casos no lo es tanto. Normalmente, los anuncios que pueden esconder detrás una estafa son aquellos que ofrecen grandes cantidades de dinero en muy poco tiempo. Además, los perfiles que cuelgan los anuncios no suelen ser de empresa, sino de personas anónimas o de marcas sin registrar.

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Uno de los muchos anuncios que aparecen en Instagram.

"Cuando yo estaba buscando trabajo, hace cuatro meses, me saltaban muchos anuncios de este estilo en Instagram. Nunca pregunté porque estaba claro que nada bueno podía haber detrás", cuenta a Público Camila.

El informático y director académico de Code Space, Jesús Pacheco, explica que los navegadores llevan a cabo recopilación de información a través de las búsquedas que realizan los usuarios y así categorizan y segmentan a los mismos para conocer sus gustos y sus necesidades. "La mejor manera que tienen los estafadores de engañar a sus víctimas es difundiendo un anuncio concreto ya que, en el caso de Instagram, nadie hace ​una verificación hasta que no se realizan diversas denuncias. Estos anuncios contienen una serie de palabras clave y se pueden enfocar a un público objetivo, por lo que es más fácil que les llegue a personas que realizan búsquedas concretas, como en este caso el trabajo", explica.

"Cuando yo estaba buscando trabajo, hace cuatro meses, me saltaban muchos anuncios de este estilo en Instagram"

No obstante, existen anuncios que están mucho mejor hechos y que también albergan estafas e ilegalidades. En Público, ya contamos la historia de Álex, un joven que buscaba trabajo y que cayó en uno de estos anuncios. En su caso, la publicación no era excesivamente extravagante como pueden ser otras que se encuentran en las redes. Simplemente vio a través de Instagram una publicación en la que una empresa buscaba a un community manager y cuando contactó con la persona de recursos humanos y tuvo una reunión, la supuesta empresa le pidió dinero para realizar una segunda entrevista.

En ocasiones el estafador contacta directamente 

El hombre le explicó que su trabajo consistiría en recibir cobros en su cuenta bancaria y que debía enviarlos a cajeros de Bankia y Caixabank

Cada vez es más común encontrarse a personas que buscan trabajo a través de las redes sociales. En Twitter, suelen poner un mensaje explicando su situación y pidiendo que, si alguien conoce un trabajo, les contacte. Hay veces que esta técnica sale bien, pero en otras ocasiones los estafadores se aprovechan de la necesidad de estas personas, como le ocurrió a Adrían. En abril, el joven de 25 años puso un tweet explicando que buscaba trabajo y al poco tiempo le contactó un hombre que se hizo pasar por empresario. Adrián confíó en el supuesto empresario y acabó siendo víctima de una estafa. El hombre le explicó que su trabajo consistiría en recibir cobros en su cuenta bancaria y que debía enviarlos a cajeros de Bankia y Caixabank a través de un código que recibía el estafador en su móvil para que así, el artífice pudiera retirarlos. A cambio, le explicó que recibiría una pequeña cantidad de dinero por cada vez que lo hiciera.

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Parte de la conversación mantenida entre el estafador y Adrián.
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Parte de la conversación mantenida entre el estafador y Adrián.

Lo que Adrián no sabía es que ese hombre se dedicaba a vender dispositivos electrónicos inexistentes, timando a su vez a otras personas, y que solo quería utilizarle para que las personas estafadas le denunciasen y nunca supiesen quién era el verdadero estafador. De esta forma, el único rastro que dejaba era el número de cuenta de la víctima (en este caso Adrián) y, de hecho, se enteró de la estafa porque una mujer le denunció, ya que era el titular de la cuenta que le dió el estafador.

Al enterarse, Adrián puso una denuncia ante la Guardia Civil aportando toda la documentación para demostrar que también había sido estafado y ofreciendo toda su ayuda para intentar localizar al estafador. "He caído por la necesidad, espero que toda la documentación que he enviado le llegue a la mujer para que vea que yo no he sido", cuenta. En Público ya alertamos sobre esta estafa hace unos meses.

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