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Ferrovial, la constructora que nació en la dictadura, creció gracias al sector público y pertenece a la tercera fortuna de España

Fundada en 1952 por el padre de Rafael del Pino, actual presidente y su máximo accionista, Ferrovial cimentó su crecimiento a golpe de contratos con el Estado. Del Pino tiene un patrimonio superior a los 9.000 millones de euros y en Países Bajos no pagará impuestos por los dividendos que reciba por su participación en la empresa.

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. EUROPA PRESS
El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino. EUROPA PRESS

Ferrovial, una de las mayores empresas españolas y constructora especializada en infraestructuras de transporte, se va de España y se traslada a Países Bajos, donde pagará menos impuestos. El anuncio ha conmocionado al mundo empresarial español y ha enojado al Gobierno. Hasta cuatro ministros criticaron con dureza este miércoles la decisión de la empresa. El mensaje es claro: la decisión es "inaceptable", entre otras razones porque Ferrovial "le debe mucho a España" e irse supone una falta de compromiso con el país. No en vano, desde Economía recuerdan que la multinacional ha crecido gracias a los contratos públicos.

El PP, por contra, relaciona la decisión de Ferrovial con el "vapuleo" que a su juicio ejerce el Gobierno contra las empresas españolas.

La controversia está servida. Ferrovial, mientras tanto, se mantiene en sus trece. En un documento de 92 páginas que hizo público el miércoles por la tarde, explica que deja España por "seguridad jurídica" y por mejorar sus expectativas de negocio en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos.

La marcha de Ferrovial tendrá previsiblemente consecuencias, aunque es pronto para calibrarlas. La decisión, en cualquier caso, está llena de incógnitas, tanto que no es del todo irreversible, aunque una vuelta atrás es muy improbable.

¿Por qué se va Ferrovial?

Con unos ingresos de 7.551 millones de euros en 2022, la empresa argumenta que se va en busca de "seguridad jurídica". Pero en realidad la razón de peso, aunque no la única, es el mejor tratamiento fiscal que ofrece Países Bajos, especialmente cuando se trata de repartir dividendos entre los accionistas de una empresa.

Países Bajos tiene un Impuesto de Sociedades mayor que España, pero tiene una exención de los dividendos del 100% en el caso de participaciones superiores al 5% o inversiones de más de 20 millones, lo que le hace muy atractivo para grandes corporaciones. En España esa exención es del 95%.

Sin embargo, Ferrovial también aduce que en el extranjero encontrará mejores condiciones de financiación y que, además, reducirá sus costes. Rafael del Pino, presidente y máximo accionista de la compañía, está convencido de que las mayores oportunidades para el futuro se encuentran fuera de España, principalmente, en Estados Unidos.

Otro argumento que invoca Ferrovial para justificar su marcha de España es que la mayor parte de su negocio se produce en el extranjero. En concreto, el 82% de los ingresos de 2022 se generaron más allá de nuestras fronteras. Añade la empresa en su argumentario que el 90% de su valor en Bolsa procede del extranjero. Además, el 93% de los inversores institucionales de la empresa son internacionales, por lo que Ferrovial considera que cotizar en Países Bajos potenciará su internacionalización.

Sin embargo, otras multinacionales españolas con un gran volumen de negocio en el extranjero, como Zara o ACS, no han hecho lo mismo y mantienen su sede en España.

¿Cómo se hará la operación?

Para facilitar el traslado, el Consejo de Administración de Ferrovial ha propuesto una fusión entre la matriz y Ferrovial International, una sociedad anónima europea neerlandesa que ya es titular del 86% de los activos de la compañía, lo que supondrá el traslado del domicilio social de España a Países Bajos y el pago de impuestos allí.

¿Es inevitable la marcha de Ferrovial?

Técnicamente, no. La operación está condicionada a que los derechos de separación ejercidos por los accionistas contrarios a la fusión entre la matriz española y la filial holandesa no excedan los 500 millones de euros de capital. El traslado de la sede social de Ferrovial a Países Bajos quedaría suspendido si al menos el 2,57% de los accionistas se opusieran.

Sin embargo, eso es muy improbable: Rafael del Pino controla el Consejo de Administración y no se arriesgaría a hacer un anuncio de tal calado si no tuviera la decisión atada de antemano. Sólo él ya posee el 20,4% del capital. Sus hermanos Leopoldo y María suman otro 12,3%, mientras que el fondo británico TCI fundado por Christopher Hohn, un británico multimillonario que aparece en el puesto 273 de la lista Forbes de las mayores fortunas del planeta, tiene el 6,4% de las acciones. Los fondos BlackRock (3,18%) y Lazard (3%) complementan el núcleo duro de los accionistas, según figura en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Todos están de acuerdo en el traslado, por lo que no es probable que la decisión tenga vuelta atrás.

¿Cuánto se ahorrará en impuestos la empresa?

Los expertos calculan que el traslado a Países Bajos le supondrá a Ferrovial un ahorro de 40 millones en impuestos. De entrada, parece una cifra muy menor teniendo en cuenta que la compañía factura más de 7.000 millones de euros. Además, según los analistas financieros el coste del traslado a Países Bajos rondará los 20 millones de euros. Hagan sus cuentas.

Rafael del Pino, la tercera fortuna de España

Del Pino, presidente de Ferrovial, es el principal impulsor del traslado. Quiere incrementar el beneficio de su empresa como sea porque entre otras cosas, el año pasado la empresa obtuvo un beneficio de 185 millones de euros, un 84% menos que el año anterior. Del Pino, en cualquier caso, no tiene problemas económicos: con un patrimonio neto de 9.570 millones de euros, es la tercera fortuna de España después de Amancio Ortega y Juan Roig. El año pasado percibió unos ingresos por su cargo de presidente de 5,23 millones de euros, el 16 % más que un año antes y su sueldo más elevado de los últimos cinco.

¿Por qué el Gobierno está tan molesto?

Hay una frase de Nadia Calviño, ministra de Economía, que resume el malestar del Gobierno con la empresa que dirige Del Pino: "Ferrovial le debe mucho a España". Es cierto. Ferrovial fue fundada por Rafael del Pino padre como una constructora en 1952, durante la dictadura de Francisco Franco, y cimentó su crecimiento a base de contratos públicos con la Administración franquista, pero incluso también durante la etapa democrática. "No creo que sea un escenario razonable, no hay ningún fundamento para ese gesto, que es particularmente difícil de entender en un grupo como Ferrovial, que nació, creció y ha llegado a donde está gracias a la inversión pública y las obras públicas del país", señaló este miércoles Calviño.

¿Existe el riesgo de un efecto contagio?

El Gobierno cree que sí, de ahí su malestar pero también su preocupación. Algunos analistas advierten ya de un posible efecto contagio. De hecho, Iberdrola ya ha amenazado con irse en alguna ocasión y los expertos opinan que puede sentar un precedente para otras empresas fuertemente internacionalizadas, como ACS.

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