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Lagarde pide que las ayudas anti-inflación de los gobiernos sean "temporales y dirigidas"

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) adelanta que seguirán subiendo los tipos de interés para llevar la inflación hacia su objetivo del 2%.

La presidenta del BCED, Christine Lagarde, en su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ
La presidenta del BCED, Christine Lagarde, en su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo. STEPHANIE LECOCQ / EFE/EPA

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, considera que es "esencial" que las medidas de apoyo fiscal que están adoptando los gobiernos para ayudar a empresas y hogares ante las subidas de precios sean "temporales y dirigidas" para evitar que contribuyan a aumentar la inflación. En su intervención de este lunes ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Lagarde ha insistido en que estas medidas fiscales deben diseñarse de forma que no vayan en contra de su política monetaria, que pasa por enfriar la demanda a base de subir los tipos de interés para contener la inflación.

"Desafortunadamente, cuando se miran las medidas adoptadas (...), entre el 10 y 20 % de las medidas son adaptadas, temporales y específicas; y el resto son universales. Esto no conduce necesariamente a una buena coordinación de la política fiscal y monetaria", ha dicho Lagarde este lunes en un debate con la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.

Los gobiernos de la Eurozona han adoptado en los últimos meses estímulos fiscales para ayudar a los ciudadanos a lidiar con el encarecimiento de la vida, ya sea en forma de subsidios o rebajas de impuestos, que a finales de agosto representaban cerca del 1% del PIB del área.

La presidenta del BCE ha comentado que estas medidas son "de ayuda y necesarias" cuando se aplican específicamente a los "más vulnerables" y son "temporales", mientras que si son "amplias, universales y sin distinción entre los beneficiarios que tienen urgente necesidad y los que no (...) pueden producir un nivel más alto de precios que iría en contra de la política monetaria" del BCE.

La banquera ha mantenido su postura de las últimas semanas, indicando que la inflación es "demasiado elevada" y que probablemente se sitúe por encima del objetivo del 2% por un periodo extendido de tiempo. En agosto, el IPC de los países de la Eurozona alcanzó una tasa interanual del 9,1% (el 10,5% en España).

Las últimas proyecciones del BCE apuntan a que la inflación anual cerrará 2022 en el 8,1% y bajará al 5,5% el año próximo y al 2,3% en 2024.

Si bien la mayoría de las proyecciones de inflación a largo plazo se sitúan en torno al objetivo del BCE del 2%, "las señales de recientes revisiones por encima de este objetivo en algunos indicadores justifican un monitoreo continuado", ha señalado Lagarde.

La presidenta del BCE ha reconocido que las dinámicas salariales están muy contenidas, aunque ha alertado de que podría acelerarse ante las demandas de los trabajadores de compensación por la inflación.

La debilidad del euro también es inflacionista

Lagarde también ha señalado que la depreciación del euro "ha contribuido al aumento de las presiones inflacionistas" en la Eurozona, como otro elemento más junto al aumento de los precios de la energía y los alimentos, que son los factores "dominantes" de la inflación en general.

También contribuyen a la subida de precios los cuellos de botellas en las cadenas de suministros, pese a que se han "suavizado" y la recuperación de la demanda del sector servicios que "pone presión al alza sobre los precios", mientras que "es probable" que la fortaleza del mercado laboral y algunos medidas para compensar por la inflación empujen al alza los salarios.

Esta mañana el euro tocó un nuevo mínimo y llegó a cambiarse a 0,9551 dólares. Sin embargo, la presidenta del BCE señaló que los riesgos para esta perspectiva son al alza y reflejan "sobre todo la posibilidad de mayores perturbaciones en los suministros de energía".

"Aunque estos factores de riesgo son los mismos para el crecimiento su efecto sería opuesto: aumentarían la inflación pero reducirían el crecimiento", dijo la banquera francesa ante los eurodiputados.

Respecto a la economía de la eurozona, el BCE espera que la actividad se ralentice "sustancialmente" en los próximos trimestres. Esto se debe a cuatro razones: la inflación está afectando al gasto y producción, la demanda de servicios está ralentizándose, la demanda global se está debilitando y eso afecta a las exportaciones europeas y la incertidumbre sigue muy elevada.

El banco central de la Eurozona espera un crecimiento del PIB del 3,1% en 2022, pero solo del 0,9% en 2023, para remontar después al 1,9% en 2024.

Más subidas de tipos

En este contexto, Lagarde reiteró que el BCE prevé volver a subir los tipos de interés en las proximas reuniones del Consejo de Gobierno tras haberlos incrementado en 50 puntos básicos en julio y en 75 puntos básicos este mes, hasta el 1,25% tras haber estado en mínimos históricos durante años.

"Esperamos subir más los tipos de interés en las próximas reuniones para enfriar la demanda y proteger frente al riesgo de un cambio persistente al alza en las expectativas de inflación", ha subrayado Lagarde, insistiendo en que los aumentos se decidirán en función de los datos que vayan llegando y la evolución de la inflación.

La presidenta del BCE ha recodado que pese a las subidas de tipos (que se encontraban en mínimos históricos) la política de la institución sigue siendo "acomodaticia" y que su objetivo es llegar a un "tipo neutral" en el que no se estimule ni se constriña a la economía.

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