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Los nuevos jubilados cobran cada vez menos

La pensión media que se percibe al acabar la vida laboral ha pasado de 1.342,94 a 1.308,84 euros mensuales desde 2015.

Unos pensionistas juegan a la petanca en un parque de Madrid. REUTERS/Sergio Perez

VICENTE CLAVERO

El desequilibrio de las cuentas de la Seguridad Social, que ascendió a 18.800 millones en 2017, no obedece sólo a que cada vez haya más jubilados, sino sobre todo a que los nuevos tienen derecho a una prestación mayor que quienes causan baja en el sistema.

Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Trabajo, la pensión media de entrada fue de 1.306,84 euros entre enero y septiembre de este año, mientras que la de salida de situó en 981,95, lo que arroja una diferencia del 33%.

En dicho periodo causaron baja (normalmente, por fallecimiento) un total de 211.045 beneficiarios de una pensión de jubilación y la Seguridad Social tuvo que dar de alta a 246.390 pensionistas, es decir, un 16,7% más, siempre según la información que facilita el Ministerio.

La diferencia entre la pensión media de entrada y la de salida responde a que, por lo general, los nuevos jubilados disfrutaron de sueldos mayores a lo largo de su vida laboral y, en consecuencia, también tuvieron cotizaciones más elevadas.

Reducir esa diferencia era uno de los objetivos de la reforma del sistema que impuso el PP en 2013 y que preveía, entre otras cosas, la introducción el año próximo del llamado factor de sostenibilidad, con el que las pensiones de entrada sufrirían un seguro descenso.

Por exigencias del PNV en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018, el Gobierno de Mariano Rajoy tuvo que retrasar a 2023 su puesta en marcha, aunque buena parte de las fuerzas políticas son poco partidarias de mantenerlo.

De todas formas, la pensión media de entrada ya se está reduciendo, después de alcanzar su nivel más alto en 2015, cuando llegó a los 1.342,94 euros mensuales. Desde entonces ha bajado ininterrumpidamente hasta los 1.306,84 de septiembre (un 2,7% en total).

Entre las causas de este fenómeno citadas por los expertos figura el fuerte ajuste de empleo que se produjo en la fase más dura de la crisis económica y que acabó abruptamente con la vida la laboral de miles de trabajadores.

La pensión de salida, en cambio, no para de crecer y, sólo durante los últimos diez años, ha pasado de 763,30 a 981,95 euros al mes.

Como resultado de ello, la brecha entre ambas es hoy casi diez puntos inferior al 42,3% que alcanzó el año en que la pensión de entrada se situó en su máximo histórico.

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