Este artículo se publicó hace 4 años.
Padres que hacen malabares para cuidar de sus hijos en cuarentena y no contagiar a sus compañeros de trabajo
Muchos trabajadores tienen que pedirse días de vacaciones o recurrir a familiares para quedarse con sus hijos que han estado en contacto con un positivo o tienen síntomas pero todavía no les han confirmado el positivo en covid-19.
Alejandra de la Fuente
Madrid-
En el mes de marzo, el Gobierno puso en marcha el programa 'MeCuida', que contemplaba de inicio medidas para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas con hijos o hijas o con otras cargas familiares. Sin embargo, la ampliación de este programa hasta el 3 de enero de 2021 dejó fuera la posibilidad de que los trabajadores con hijos e hijas que tuvieran que estar en cuarentena pudieran acogerse a la baja laboral, aunque no estuvieran contagiados por la covid-19.
Este plan prevé que estos padres puedan tener derecho a pedir una adaptación de su jornada laboral y la reducción de la misma si tuvieran en la familia una persona positiva y en cuarentena por la covid-19.
Esta medida no es suficiente para los sindicatos, que reivindican que las personas que tengan que cuidar a un hijo o una persona dependiente que esté en cuarentena aunque no esté contagiada de covid-19 puedan cogerse una baja laboral.
A finales del mes de septiembre, el secretario de Estado de Derechos Sociales, Ignacio Álvarez, avanzó que el Gobierno aprobará "en los próximos días" la baja laboral para padres cuyos hijos hayan sido puestos en cuarentena por algún caso positivo de coronavirus en su clase, pero la realidad es que a día de hoy muchos padres siguen haciendo malabares para cuidar a sus hijos que han estado en contacto con un positivo o que tienen síntomas pero todavía no les han confirmado el positivo en covid-19.
Entre que esta medida llega o no llega, los padres siguen buscando formas para cuidar de sus hijos confinados, no sólo porque no tienen con quien quedarse, sino también porque si están contagiados pueden llevarse el virus al trabajo.
PCR lentas y días de espera que dejan a las familias en el limbo
Aunque la única forma de controlar la pandemia, por el momento, es la detección precoz, los seguimientos y las PCR, la realidad es que en España el tiempo medio que pasa mientras que una persona presenta síntomas y recibe el diagnóstico se ha duplicado desde el final de la desescalada, a finales de junio.
En un extremo se encuentran comunidades como Asturias y Galicia, que ofrecen el resultado de las pruebas PCR en unas horas, y en el otro, la Comunidad de Madrid, donde la obtención puede durar más de dos semanas.
Durante el tiempo en el que se esperan los resultados de las PCR los padres con hijos que han estado en contacto con alguien positivo, pero que no tiene síntomas y simplemente tiene que estar guardando la cuarentena se encuentran con muchísimos problemas para conciliar la vida laboral con la familiar.
Madre e hija enfermas
En una situación de este tipo se encuentra Ana, cocinera en una escuela infantil pública de la Comunidad de Madrid. El pasado 30 de septiembre su hija se despertó con tos y con malestar general. "Pensábamos que tenía un resfriado y cuando le puse el termómetro esa mañana tenía 37 grados. Al mediodía le volví a tomar la temperatura y mi hija ya tenía 38,8. Fue cuando decidí llamar al médico y explicarle los síntomas. Desde el consultorio me dijeron que había que asistir presencialmente a la consulta y allí la doctora le hizo una PCR", cuenta a Público.
"Después de verla le dijeron que tenía que estar en aislamiento hasta que salieran los resultados y fue entonces cuando a mí se me planteó un dilema. Por una parte yo no quería dejar sola a mi hija y por la otra ella iba a estar aislada todo el tiempo y necesitaba alguien que le llevase la comida. Por eso decidí llamar a mi centro de trabajo y pedí días de asuntos propios", explica.
"A los dos días de que le hicieran a mi hija la PCR, yo empecé a tener tos y fiebre, por eso el lunes decidí llamar al médico y contarle cómo me estaba encontrando. Me dijeron que tenía que ir a consulta y tras hacerme alguna prueba, el médico me dijo que no tenía síntomas de covid y que no me iban a hacer la PCR. Me dijo que me tenía que ir a trabajar el martes porque había que levantar el país, pero entonces yo le dije que mi hija estaba en casa aislada sin los resultados de la PCR. Cuando el doctor fue a mirarlo en el ordenador, los resultado ya estaban y yo también era positiva en coronavirus", finaliza.
Miedo a dejarlos con los abuelos
Otro caso parecido es el de Irene. Trabaja en una empresa relacionada con el sector de la limpieza y su hija de doce años fue confinada porque había estado en contacto con un positivo en coronavirus. Como la niña no tenía síntomas, Irene no pudo cogerse la baja y tuvo que ir a trabajar al día siguiente.
"Yo no sabía si mi hija iba o no iba a estar contagiada y me daba miedo dejarla con mis padres porque ya son mayores. Pensé que, si se había contagiado, tardaría unos días en presentar síntomas, así que decidí dejarles con mis padres la mitad del jueves y el viernes entero y hablé con mi jefe para cogerme el lunes, el martes y el miércoles de vacaciones", cuenta a Público.
"Esto lo hice porque leí que los síntomas salen los cinco primeros días normalmente. En total la niña estaría atendida siete días, dos con los abuelos, pero el resto conmigo. Pensé que si en siete días no tenía ningún síntoma seguramente no estuviese contagiada y ya podía dejarla con mis padres la otra semana de confinamiento. Aunque, de todas formas, o se quedaba con los abuelos o se quedaba sola", finaliza.
Responsabilidad individual
Desde que llegó la pandemia del coronavirus y el estado de alarma, numerosos políticos han apelado a la responsabilidad individual de los ciudadanos para intentar en su momento aplanar la curva y actualmente frenar la segunda ola, pero muchas veces la responsabilidad individual no es suficiente y las personas se quedan desprotegidas.
"Yo pedí días de asuntos propios para cuidar de mi hija y solo dos días después empecé a presentar síntomas. Si llego a presentarme en el trabajo podría haber contagiado a muchísima gente", explica Ana.
"Yo también pensé en el hecho de que mi hija pudiese estar contagiada y me hubiese contagiado a mí. Pensé en la gente con la que normalmente me junto para trabajar y tanto el jueves como el viernes tomé muchísimas precauciones por si estaba contagiada. Cada día que pasaba y veía que no tenía síntomas estaba más tranquila, pero ese jueves y ese viernes fueron horribles para mí", añade Irene.
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