Mientras, la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha defendido en el Congreso el funcionamiento del sistema eléctrico pese a las críticas por el incremento del precio de la electricidad en las últimas semanas y ha anticipado precios más estables y más bajos conforme las energías de origen renovable ganen peso en la generación total.

Así, ha defendido el impacto de las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno para reducir el precio de la electricidad, un efecto que, ha dicho, "no se va a ver interrumpido", y que arrojará precios con una "reducción significativa" en los años 2022 y 2023 respecto a los registrados antes del temporal y los de países referencia como Francia o Alemania.

Para ello, Ribera ha defendido consolidar el avance de las energías renovables y eliminar progresivamente la dependencia de tecnologías cuyos costes operativos dependen de la volatilidad de los mercados internacionales. "Será la única manera de conseguir precios predecibles y con costes de generación bajos", ha aseverado.

Nueva 'Estrategia de almacenamiento energético'

La ministra también ha avanzado que elevará "en las próximas semanas" la nueva 'Estrategia de almacenamiento energético' para su aprobación en el Consejo de Ministros.

Una estrategia con la que el Gobierno busca "asegurar el despegue" del almacenamiento y en la que se podrá comprobar la combinación de tecnologías, su integración y respaldo en el sistema eléctrico y que buscará responder "a las necesidades de flexibilidad del sistema" y seguridad.

El pasado mes de octubre, cuando el Ministerio para la Transición Ecológica abrió su período de audiencia e información pública para esta estrategia, detalló que contemplaba disponer de una capacidad de almacenamiento de unos 20 gigawatios (GW) en 2030 y alcanzar los 30 GW en 2050.

Capital Energy, ganadora de la subasta de renovables

Mientras, Capital Energy se ha alzado como la gran ganadora de la subasta de renovables que se ha celebrado este martes después de dos años y medio sin subastas, al obtener 620 megavatios (MW) eólicos, en una puja en la que ni Forestalia, la gran ganadora de dos citas anteriores, ni Repsol, que debutaba, han conseguido adjudicarse nada.

La subasta de este martes estrenaba un nuevo modelo, diferente al de las tres anteriores que se organizaron bajo gobiernos del PP, que eran neutrales tecnológicamente (todas las tecnologías -eólica, fotovoltaica y otras- competían juntas).

En esta ocasión, para los 3.000 MW adjudicados en total ha habido cupos por tecnología (1.000 MW para fotovoltaica, otros 1.000 para eólica terrestre y 1.000 MW sin restricción tecnológica a los que podía optar cualquier tecnología).

Entre las compañías que no han logrado adjudicarse potencia en la subasta, destaca Forestalia, la gran ganadora de la subasta de 2016 y de la primera de 2017, en las que sumó más de 1.600 MW. La compañía aragonesa de renovables en esta ocasión no ha conseguido que su oferta fuera tan competitiva respecto a otras más agresivas que se han presentado.

Tampoco Repsol, que por primera vez acudía a una subasta de renovables, ha logrado ningún megavatio en su debut en este tipo de pujas, ya que, según fuentes del sector, los precios a los que se ha llegado estaban lejos de los requisitos de rentabilidad que se exige la compañía.