La Comisión Europea anunció el jueves que aplazará un año más, hasta el 1 de enero de 2027, las normas sobre requisitos mínimos de capital de la banca por riesgo de mercado, que forman parte del acuerdo internacional para mejorar la solidez de los bancos tras la crisis financiera conocido como Basilea III. Con el retraso en la aplicación de estas normas bancarias, la UE espera tener más claros los planes del Gobierno estadounidense para desregular su sector financiero.

Se trata del segundo retraso en la entrada en vigor de estas normas en la UE, después de que el bloque decidiese en 2024 aplazarlas un año con respecto a la fecha prevista inicialmente, del 1 de enero de 2025, para "alinear su implementación con otras grandes jurisdicciones globales y garantizar igualdad de condiciones para los bancos europeos que operan internacionalmente", recordó la Comisión en un comunicado.

En esta ocasión, Bruselas considera que "recientes acontecimientos internacionales han indicado mayores retrasos en la implementación de Basilea III por parte de algunas importantes jurisdicciones globales", por lo que "la preocupación sobre la igualdad de condiciones a nivel internacional y sobre el impacto en los bancos de la UE sigue siendo alta".

En concreto, el retraso afecta a la Revisión Fundamental de la Cartera de Negociación (FRTB, por sus siglas en inglés), una pieza clave del paquete de Basilea III, ideado a raíz de la crisis financiera mundial, cuyo objetivo es incorporar "técnicas sofisticadas de medición de riesgos" para "alinear más fielmente los cargos de capital con los riesgos que realmente afrontan los bancos en los mercados de capital".

"Esta solución es simple, mantiene la igualdad de condiciones y nos proporcionará tiempo adicional para considerar los próximo pasos sobre las reglas de riesgo de mercado", añadió en un comunicado. El retraso está ahora sujeto al escrutinio del Parlamento Europeo y del Consejo durante un período de tres meses (prorrogable por otros tres).

La propuesta de Bruselas se produce en un contexto de apuesta por la desregulación en Estados Unidos tras la llegada del Gobierno de Donald Trump. EFE

BRUSELAS 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea ha propuesto este jueves retrasar otro año, hasta el 1 de enero de 2027, la fecha de aplicación del único componente restante de las normas internacionales de Basilea III, la Revisión Fundamental de la Cartera de Negociación, que introducirá nuevos requisitos para calcular los colchones de capital de los bancos para hacer frente a los riesgos del mercado.

El Ejecutivo comunitario, que ya retrasó previamente la aplicación de los nuevos requisitos de cálculo, ha vuelto a esgrimir la preocupación por la igualdad de condiciones a nivel internacional y su impacto en los bancos de la UE.

El año pasado, Bruselas ya adoptó un primer acto delegado para posponer hasta el 1 de enero de 2026 la fecha de aplicación de estos requisitos, con el fin de alinear su implementación con otras jurisdicciones globales importantes y preservar la igualdad de condiciones a nivel mundial para los bancos europeos internacionalmente activos con respecto a sus actividades comerciales.

Sin embargo, los recientes acontecimientos internacionales han indicado nuevos retrasos en la implementación de Basilea III por parte de algunas importantes jurisdicciones globales, como es el caso de Estados Unidos.

Por ello, basándose en las respuestas a una consulta pública reciente y en su propia evaluación técnica, la Comisión ha pedido retrasar un año más la fecha de implementación de los requisitos de capital de la Revisión de la Cartera de Negociación hasta el 1 de enero de 2027, una propuesta que está ahora sujeta al escrutinio del Parlamento Europeo y del Consejo durante un período de tres meses (prorrogable por otros tres).

El retraso de un año más en la fecha de aplicación de estas normas dará a la Comisión tiempo para evaluar los avances internacionales y seguir trabajando en los próximos pasos para su implementación en la UE, con el objetivo de preservar la igualdad de condiciones a nivel internacional y evitar perjuicios para los bancos de la UE.