Los pueblos más bonitos de Ourense
Entre ríos y castillos: un recorrido por los pueblos más bonitos de Ourense

Ourense es la provincia más desconocida de Galicia, de manera injusta cabría añadir. Quizá por su condición de zona interior, o porque en ella no se encuentra ninguna de las grandes capitales gallegas. Sea como fuere, obviarla es un gran error. En su territorio se hallan varias joyas que merecen una visita, ya sean por su patrimonio natural o artístico. Es además un área idónea para los amantes del turismo rural, pues cuenta con varios pueblitos que se consideran de los más bonitos de España.
Allariz
Ourense está considerada la sartén de Galicia, pues se trata de una provincia que suele alcanzar los 40º de temperatura durante la temporada estival. Sin embargo, no es el caso de Allariz, uno de los rincones más fresquitos gracias a su enclave privilegiado en la comarca de Allariz-Maceda. Se trata de una zona muy verde debido al paso del río Arnoia, así como varios de sus afluentes.
Aunque la belleza de Allariz no queda únicamente en su belleza natural. Su casco antiguo está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1971, y en 1994 fue galardonado con el Premio Europeo de Urbanismo por su rehabilitación. Posee varios monumentos notables como la iglesia de Santiago, los restos de su muralla medieval o el barrio de la judería. No obstante, lo más recomendable es pasear por sus calles empedradas y dejarse sorprender por sus muchos rincones pictóricos.
O Carballiño
O Carballiño se encuentra plantado a orillas del río Arenteiro, lo que le otorga una ribera interminable en la que poder pasear plácidamente. No es su único atractivo, claro. De hecho, el más llamativo de todos y que más fotos recibe es su iglesia de la Vera Cruz. Un edificio con trampa, eso sí, pues a pesar de tener apariencia medieval fue construido entre 1943 y 1957. No obstante, más allá de su fecha de facturación, no se puede negar que tanto su torre de más de 50 metros, como el resto del complejo, son imponentes.
Más allá de la iglesia de la Vera Cruz, O Carballiño también merece un paseo. Los edificios del centro de la ciudad tienen tintes palaciegos, lo que evocan a una capital de provincia. Además, junto a la plaza de Abastos se encuentra el Gran Balneario de O Carballiño, el cual posee unos jardines que ya justifican la visita incluso si no se pretende hacer uso de sus aguas termales. Finalmente, podemos terminar la visita dando una vuelta por el Parque Municipal, de clara inspiración versallesca.
Castro Caldelas
Ourense es agua, gracias a los muchos ríos que cruzan la provincia. Nada ejemplifica mejor esto que la Ribeira Sacra, una zona en la que se cruzan las cuencas de los ríos Miño, Cabe y Sil. Precisamente, a las orillas de este último se encuentra Castro Caldelas, el cual destaca por su casco histórico catalogado como Conjunto Histórico-Artístico desde 1998.
Sin duda alguna, nada destaca más que la presencia del castillo de los Condes de Lemos. Una fortaleza procedente de la Edad Media y que en la actualidad está prácticamente integrado en el casco urbano. No es el único monumento que merece una visita, pues la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, que mezcla varios estilos en su construcción, permite unas vistas privilegiadas desde lo alto. Los amantes del arte urbano también poseen su atractivo, pues la iniciativa Un toque de color en Ribeira Sacra dotó al casco urbano de varios murales impresionantes.
Pazos de Arenteiro
Pazos de Arenteiro está considerado uno de los pueblos más bonitos de Galicia. De hecho, en 1973 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico. Se trata de una aldea sostenida en el tiempo, con más de mil años de historia a sus espaldas. Quizá, el mejor ejemplo de la arquitectura tradicional gallega debido a sus pazos y casonas, puentes medievales o la iglesia de San Salvador, un templo románico del siglo XII que está en un estado de conservación excelente.
Más allá de su atractivo arquitectónico, Pazos de Arenteiro no se puede separar tampoco del entorno que le rodea. Concretamente de los viñedos de Ribeiro, durante muchos años el motor económico de la zona. De hecho, en el siglo XVI fue uno de los grandes epicentros del comercio vitivinícola, lo que le otorgó una riqueza todavía palpable en algunas construcciones.
Celanova
Hablar de Celanova es hablar del monasterio de San Salvador, un complejo religioso que fue declarado monumento nacional en 1931. Se trata de una construcción muy completa pues combina elementos del románico con otros del gótico, renacentista e, incluso, del barroco. Todo un viaje por la historia del arte sin salir del edificio. Fuera de sus muros, Celanova también presenta un paseo muy agradable para sus visitantes, en especial su coqueta plaza mayor.
Además, a pocos kilómetros se encuentra Vilanova dos Infantes, considerada una de las poblaciones ourensanas más bonitas de la provincia. Se trata de una villa medieval, con calles empedradas y casas solariegas gallegas que bien valen más de una foto. A las afueras del pueblo se encuentra la iglesia prerrománica de Santa María y a unos 10 minutos en coche el yacimiento arqueológico celta de Castromao.
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