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Zapatero se anota "el acuerdo posible"

El presidente otorga máxima trascendencia al consenso para el rescate de Grecia y para concluir la fusión de las cajas de ahorros antes del 30 de junio

GONZALO LÓPEZ ALBA

Algún voluntarista llegó a disponer dos atriles en la sala oficial de ruedas de prensa de la Moncloa, pero la imagen del presidente del Gobierno y el líder de la oposición compareciendo juntos estuvo siempre más cerca del deseo que de la realidad. Aun así, los acuerdos para contribuir al rescate económico de Grecia y acelerar la reestructuración de las cajas de ahorros colmaron 'razonablemente' las expectativas de José Luis Rodríguez Zapatero.

'Se logró el acuerdo posible, política y económicamente posible', explicó a Público un estrecho colaborador del presidente. En su entorno se reconocía que el mayor acierto fue acotar el temario a los asuntos en los que se consideraba viable el acuerdo. En términos económicos porque se certificó que las diferencias resultan insalvables en otros asuntos, como la velocidad de reducción del déficit público o la reforma laboral. Y en clave política porque, según el análisis previo a la convocatoria que se hizo en la Moncloa, 'un acuerdo más amplio habría sido inaceptable para Rajoy, que no se va a enemistar con el sector duro de su partido'.

Juzga insuperables las diferencias sobre el déficit y el mercado laboral

En un escenario europeo tan inquietante como sin precedentes y con los especuladores poniendo de nuevo a España en el punto de mira, Zapatero necesitaba trasladar a la opinión pública y a los mercados la existencia de un mínimo consenso con el principal partido de la oposición. El presidente considera 'un acuerdo de Estado' el que permitirá aprobar la aportación española de 9.792 millones de euros al rescate griego y el que afecta a las cajas de ahorros, imprescindible para reforzar la solvencia del sistema financiero.

'Confianza' fue la palabra que más veces repitió el presidente durante su comparecencia ante los medios de comunicación, que siguió a la de Rajoy. Si juzga imprescindible para el futuro de Europa que ese estado de ánimo lo transmitan sus gobernantes actuando 'como una piña' en ayuda de Grecia, también lo considera 'una palanca' determinante para afianzar los brotes verdes de la economía española.

Así, afirmó que culminar la reestructuración pendiente de un tercio de las cajas de ahorros antes del 30 de junio es 'fundamental para la recuperación económica'. Para cerrar este proceso resulta imprescindible el 'concurso de voluntades' del PP, que gobierna comunidades autónomas donde las fusiones están resultando especialmente problemáticas, como Galicia y Madrid, aunque el Ejecutivo sabe que ahora tendrá que buscar la forma de superar los recelos que este acuerdo produce en los nacionalistas.

Si el apoyo del líder de la oposición a los dos asuntos que le planteó cubrieron las expectativas del presidente, hubo otra parte de la comparecencia de Rajoy que llegó a provocar malestar y hasta irritación en el entorno presidencial. Fue la que dedicó a hacer campaña postulándose como alternativa y cuestionando el objetivo de transmitir confianza, con críticas que, según fuentes gubernamentales, no había expresado personalmente a Zapatero.

Rajoy provoca irritación en la Moncloa con su actitud electoralista

El presidente se afanó en subrayar que, por primera vez desde el estallido de la crisis, hay 'datos, no rumores ni hipótesis, sino datos sólidos y hechos' que abonan la idea de que España está saliendo ya de la crisis. Y, aunque les restó importancia 'No me parecen discrepancias desgarradoras', marcó de forma más clara que nunca 'Hay que optar por una alternativa' las diferencias que le separan de Rajoy en algunos aspectos de la lucha contra la crisis.

En cuanto al ritmo de reducción del déficit público, sostuvo que los compromisos del Gobierno se están 'cumpliendo estrictamente' y advirtió de que un recorte más rápido como pretende el PP 'pondría en riesgo la recuperación'. Y sobre la reforma laboral, subrayó el contraste entre 'una reforma acordada y conocida en sus objetivos', y la que 'el PP quisiera hacer por decreto y es desconocida en sus contenidos', con un puyazo final: 'Si Rajoy denuncia que el marco laboral es un desastre, es el que nosotros recibimos' de los gobiernos de Aznar.

Revolviéndose contra las críticas del presidente del PP y con el recuerdo de que ha planteado también acuerdos sobre el modelo energético e industrial, sentenció: 'Cuando se tienen posiciones incoherentes, de pedir una cosa hoy y otra mañana, no es fácil llegar a un acuerdo'. Su juicio lo argumentó en que el PP ha llegado a defender en el mismo día una reducción del IVA y un aumento de gasto para mantener las ayudas al automóvil.

'Si Rajoy hubiera sido Zapatero en la oposición, hubiese elevado su estatura política', concluyó el entorno presidencial. Zapatero fue mucho más pragmático: 'Cuantos más acuerdos, mejor'.

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