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La falta de regulación genera el caos en los talleres de sexo

Los cursos de educación sexual se imparten en los colegios sin ningún control y perseguidos por ultracatólicos. Los monitores aprovechan la ausencia de filtros para transmitir ideología y temores

JAVIER SALAS

'Durante dos años, los talleres de sexualidad los dieron monitores, sin formación y con intereses ideológicos con los que querían manipular a los niños. Al principio, les dejábamos impartir las clases, sin más. Luego, nos dimos cuenta de que había que supervisarlos, porque daban algo más que educación sexual. Ahora, siempre hay alguien del centro presente', cuenta Carmela, profesora de Biología de 3º de ESO, una de las pocas asignaturas que aborda el tema de la sexualidad en la enseñanza obligatoria.

El relato de Carmen se repite en centros educativos de toda España y viene a poner voz a una denuncia generalizada de los expertos: la falta de regulación de los talleres de educación afectivo-sexual está llevando el caos a las aulas. Algunos escolares son informados desde la biología. Otros, desde la ideología. Otros, desde la prevención de riesgos. Y otros, desde la represión.

Estos talleres son prácticamente la única vía que tienen los menores de acercarse al complejo conocimiento del deseo, al menos hasta que el Gobierno se decida a implantar la educación sexual en la enseñanza en virtud de la nueva Ley del Aborto que entrará en vigor el próximo 5 de julio. 'Pero nadie ha regulado aún quién, ni cómo, ni con qué preparación se han de impartir estos cursos', denuncia Raquel Hurtado, responsable del Área Joven de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE).

Lo primero que exigen los expertos es una titulación para los monitores de estos cursos. Hoy por hoy, suelen ser los ayuntamientos quienes contratan los talleres para las escuelas, pero los centros educativos también reciben su particular bombardeo publicitario por parte de organizaciones que se ofrecen a impartirlos. 'No hay filtros. Todo se juega a la suerte de quien acuda al colegio', resume Hurtado.

Coincide con ella el presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología, Manuel Lucas, quien lamenta que no exista formación sexual sistematizada en España, donde casi un tercio de la población sufrirá problemas sexuales a lo largo de su vida. 'Los políticos tienen miedo a afrontar el tema por culpa de las voces que se alzan en contra y que están haciendo mucho daño', señala Lucas.

Se refiere a iniciativas como la del Foro de la Familia, organización ultracatólica que ha puesto en marcha el Observatorio contra el Adoctrinamiento de Género para perseguir judicialmente con un 'nutrido grupo de juristas' toda iniciativa en favor de la formación afectivo-sexual de los menores. Eso sí, el Foro coordinará la creación de sus propios talleres que trasladarán conocimientos sexuales desde su particular perspectiva. Nadie se lo impide, porque nadie decide qué es doctrina y qué es formación adecuada y rigurosa. 'Aquí todo el mundo puede opinar, sólo para ideologizar el sexo, olvidando que la sexología es una ciencia que se debe abordar desde el rigor', lamenta el presidente de la Sociedad Española de Contracepción, Ezequiel Pérez, quien critica el 'desconocimiento flagrante' de los dirigentes sobre la materia.

No obstante, no sólo hay políticos timoratos. También los hay que se jactan de no financiar 'talleres para aprender a masturbarse', como afirmó Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo dijo durante la polémica que los medios conservadores alentaron a finales del año pasado contra un taller organizado por el Consejo de la Juventud de Extremadura, que incluía claves sobre el autoconocimiento del propio erotismo.

La última andanada periodística cayó el viernes pasado contra una página web del Instituto Catalán de Salud, llamada Sexe joves (Sexo jóvenes, en catalán), por mencionar el sexo oral como otra forma más de petting (juegos sin penetración). Unas 'recomendaciones' que están ahí desde 2006, año en que se puso en marcha el proyecto, pero que han servido ahora de excusa a un tertuliano de la ultraconservadora Intereconomía TV para llamar 'zorra' a la consellera de Sanitat de Catalunya, Marina Geli.

Los conservadores olvidan en sus críticas que la inversión en educación para la sexualidad supone un ahorro inestimable a todas las administraciones en el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, abortos, traumas psicológicos y otros trastornos derivados de la mala información, como recuerda Lucas: 'La educación sexual es rentable. Eso sí, a largo plazo. Por eso es tan fácil banalizarla'.

El sociólogo Domingo Comas, responsable del apartado de salud del informe Juventud en España 2008, no tiene dudas sobre la necesidad de esa inversión. 'Hace sólo una generación teníamos un gravísimo problema con la transmisión del VIH. Gracias a una fuerte inversión en campañas informativas y de concienciación, ahora España está por debajo de la media europea', determina Comas. Gracias a esa formación, según este catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, España es un país con prácticas de riesgo bajas y en el que el condón es el rey. 'Teníamos miles de muertos. Ahora son cientos, y de generaciones previas', añade.

El mes pasado, la Universidad de California (EE UU) hizo público el primer estudio que detalla la relación entre la mala gestión de la homosexualidad en los adolescentes y el suicidio. El informe concluía que las posibilidades se multiplican por ocho si encuentran rechazo en su entorno.

Como asegura Ezequiel Pérez, los jóvenes que llegan sin conocimientos a las primeras relaciones sexuales sufren un mayor riesgo de embarazo. 'Por eso cobra sentido la Ley del Aborto, porque se requería una revisión de la formación sexual, actualmente insuficiente. Porque los menores despiertan a su sexualidad, queramos o no', dice.

Aunque defiende que los valores sexuales han de transmitirse en casa, este ginecólogo lamenta que muchos colegios dejen los talleres en manos de las asociaciones de padres: 'No pueden improvisarse. Hay que regular quién y con qué formación imparte los cursos. Nos encontramos con casos en los que se manipula la realidad para meter miedos y psicosis, lo que conduce a la infelicidad'.

El sexólogo Manuel Lucas cree que hay que alabar la mayoría de los talleres por la labor que realizan. 'Pero lo hacen desde el voluntarismo y la heterogeneidad. En cada sitio se informa de algo distinto y de una forma diferente'. A su entender, se incide demasiado en la prevención de riesgos, en 'evitar malos rollos, uniendo la sexualidad al concepto de problema. Sexo igual a peligro'.

Hurtado también cree que estos cursos 'anecdóticos, de cuatro horitas en total' se están impartiendo 'desde lo negativo' en demasiadas ocasiones, centrados en evitar enfermedades y peligros. 'Por eso, se están dando situaciones absurdas, como que se enseñe a poner condones a niños de primaria. Hay que adaptar las enseñanzas a cada momento educativo', asegura la responsable del Área Joven de la FPFE.

Tanto Hurtado como los demás expertos consultados demandan una formación integral, que aborde la prevención, pero también la comunicación, la gestión de las relaciones, el placer y la diversidad.

57% más información

Los españoles no están contentos con sus conocimientos sobre sexo. Más de la mitad hubieran querido recibir más información sobre métodos anticonceptivos, según la Encuesta Nacional de Salud Sexual de 2009.

27% cómo dar placer

En torno al 40% de los españoles le hubiera gustado más formación sobre problemas en las relaciones sexuales; al 54% sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual; al 20% sobre anatomía genital, y al 27% sobre cómo dar y recibir placer. 

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