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Cifras y principios

ANTONIO AVENDAÑO

A los dirigentes socialistas andaluces y catalanes y a los propios consejeros de Economía de ambas comunidades les separa algo más que las cifras y algo más que los modelos de financiación que proponen. Antes y previamente a todo eso, lo que realmente les separa es la desconfianza. El consejero Griñán y el consejero Castells se enteran de lo que piensa el otro por los periódicos. Mala cosa. Cualquier periodista que no se crea Dios o Pedro Jota puede asegurarles a ambos que ese no es un sistema fiable de comunicación. En el pasado, el puente de comunicación socialista a uno y otro lado de las turbulentas aguas del Ebro era un tipo inteligente y de fiar llamado Alfonso Perales, pero ese puente ya no existe porque en diciembre de 2006 fue súbitamente arrasado por la muerte.

El modelo de financiación que defiende el consejero andaluz José Antonio Griñán no inventa nada: se funda en preceptos políticos propios de la doctrina clásica de la izquierda, y de ahí que la población sea el principio rector del modelo y la igualdad, la suficiencia de recursos y la autonomía financiera sean la expresión del mismo. Ciertamente, el consejero es consciente de que Andalucía no puede permitirse el lujo de que haya menos Estado porque si lo hay entonces el Sur saldrá perdiendo, dado que el Sur sigue necesitando ayuda y sólo el Estado puede garantizársela.

Si el desacuerdo del PSC es con esos principios generales, será difícil el entendimiento con Andalucía; si el desacuerdo es más bien con las cifras, con la concreción financiera de esos principios, entonces el entendimiento será seguro porque las cifras en política son mucho más maleables que los principios.

Pero, mientras tanto, ni con cifras ni con principios podrán entenderse Griñán y Castells si siguen confiando más lo que los separa, que es el periodismo, que en lo que los une, que es el socialismo.

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