Este artículo se publicó hace 17 años.
Los cuatro grandes bloques de la extrema derecha en España
Son 10.000 ultras en toda España, y están repartidos en cuatro grandes bloques. Éste es el mapa de la extrema derecha
1. Los falangistas, los nostálgicos de Franco y José Antonio
Su referente no tiene pérdida: el franquismo. Blas Piñar armó el movimiento ultra que seguiría a la dictadura, pero sus herederos aún no han salido de la guerra interna. Incluso por los nombres. FE-La Falange, Falange Española de las JONS (fusión de Falange Española Independiente y FE de las JONS), Falange Auténtica, La Falange (la de José Fernando Cantalapiedra), Fuerza Nueva, Movimiento Católico Español, Confederación Nacional de Ex Combatientes... “No tienen un carácter xenófobo, como el resto de movimientos”, precisa Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. “Algunas falanges han manifestado explícitamente su rechazo al racismo y han tenido por ello encontronazos con la ultraderecha”. “Sus militantes menguan”, completa el policía David Madrid, infiltrado durante 18 meses en el movimiento ultra. “Los cachorros necesitan acción. Violencia. No tienen tanto tirón juvenil”.
2. Los populistas pasados por el colador de la aparente democracia
Todos los partidos, legales, presentan un programa populista, patriótico, “con aquilatados principios de intolerancia hacia los inmigrantes”, subraya Ibarra. La nómina de grupos es amplia: España 2000 (liderada por el valenciano José Luis Roberto), Frente Nacional (José Fernando Cantalapiedra), Plataforma per Catalunya (Josep Anglada) o Iniciativa Habitable (Manuel Leal). Echando un vistazo a los estadillos del Gobierno, veríamos la característica común: gozan de una (pequeña) representación institucional, lo que supone una inyección económica. Atemperan su discurso, acompasándolo al de otros partidos ultras europeos, para resultar más digeribles a sus electores, las clases medias. Pero su adscripción ideológica es innegable. Los neonazis de Combat España, por ejemplo, simpatizan con IH.
3. Racistas y ultranacionalistas sin complejos
Los principios de nación-raza-socialismo que Alianza Nacional muestra al visitante en su página web ponen en la pista. AN, como Democracia Nacional (presidida por Manuel Canduela), Combat España o Nación y Revolución sostienen una posición abiertamente ultranacionalista y xenófoba. “Se autodenominan nacional revolucionarios y aparentemente no comulgan con la violencia”, insiste Esteban Ibarra, “pero utilizan a sus brazos armados, los movimientos skins. AN firmaba la marcha prevista para hoy y prohibida por el Gobierno que esgrimía el lema “La inmigración destruye tu futuro”. Y DN, a su vez, fue el partido convocante de la manifestación ultra del pasado domingo en Usera, Madrid. Ambas “pasearán” al ex Ku Klux Klan David Duke por Madrid, Barcelona, Asturias y Valencia.
4. El brazo armado de los legales, los neonazis 100%
Esvásticas, cruces celtas, cabezas rapadas, cazadoras bomber, botas militares. Señas de identidad de un perfecto skin, la facción armada de los movimientos ultras. Volksfront (Frente del Pueblo) ha recogido el testigo de la organización de los neonazis, una vez desmantelados, en 2004 y 2005, Hammerskin y Blood & Honour, sus más directos predecesores. Los campos de fútbol se han convertido en su refugio y su lugar de concentración clave. Allí se confunden con los Ultras Sur, los Bastión... En los estadios comercializan productos de merchandising, venden fanzines, quedan para conciertos. Una veta de financiación potente. Además, las bases coinciden con los cuadros, sus mesías, y entablan contactos con los ultras de otros equipos, que les invitan a sus países. La red crece, se alimenta.
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