Este artículo se publicó hace 12 años.
El electricista guardó el Códice en su viejo 'Xantia' una tarde entera
El electricista Manuel Fernández Castiñeiras guardó el Códice Calixtino en el maletero de su viejo Xantia una tarde entera. Según una fuente próxima al caso, el ladrón confeso del robo del Códice explicó este detalle a la Policía antes de pasar a disposición judicial, informa Efe.
Horas antes de ser interrogado por el juez instructor, Castiñeiras relató que ese día había ido a misa y que accedió a la estancia donde se encontraba el archivo con las llaves que él tenía, hasta llegar al manuscrito del siglo XII, que estaba envuelto en un paño rojo, informa la misma fuente. Lo guardó en el maletero y se tomó un café. Tras dar su habitual paseo, el electricista comió con su mujer y a última hora del día acudió al garaje de Milladoiro (A Coruña) en el que había dejado aparcado su viejo automóvil, de color verde, para sacar la obra y trasladarla. La comisión judicial localizó el Códice el pasado miércoles en una plaza de aparcamiento cerrada, que hacía las veces de trastero, propiedad de Castiñeiras.
El libro, de un valor incalculable, estaba envuelto en papeles de periódicos y bolsas, dentro de una caja de cartón. Una cámara grabó al presunto autor material de la desaparición de este documento saliendo de la basílica compostelana ese 4 de julio y ataviado con un abrigo. En las imágenes captadas, ha señalado a Efe esta fuente, se aprecia "una especie de bulto", que solamente empezó a tomar sentido cuando las sospechas se centraron en Manolo, como se le conoce.
En la Catedral "se dedicaba a robar todo el mundo", afirmó el electricista"Sí, fui yo quien robó el libro. Me lo llevé el 4 de julio del año pasado, sobre las 12 de la mañana", contó a los investigadores el pasado 5 de julio este exempleado de la Catedral de Santiago, que prestó sus servicios como autónomo en el templo compostelano hasta 2005. En cambio, al cuestionario del magistrado José Antonio Vázquez Taín, el pasado día 6, Castiñeiras contestó con menos locuacidad, y más evasivas: "No sé", "quizás", "depende", fueron sus respuestas más repetidas.
Fernández Castiñeiras relató, según ha apuntado esta fuente, que las llaves se las habían proporcionado "los que mandaban allí", que en la Catedral "se dedicaba a robar todo el mundo" y que él se había enterado de esto "por rumores". También dijo que si había un Año Jacobeo, él sabía que "había menos control" sobre los donativos y ofrendas que entraban, "que eran muchas", añadió esta fuente. Asimismo, se esforzó por hacer ver que él era un "aldeano", un "pobre hombre".
En el domicilio de Castiñeiras, los agentes intervinieron tres libros contables en los que este electricista habría marcado con fechas y cantidades cada uno de sus saqueos de "una manera minuciosa", informa esta fuente. "Cada año está en un libro", apostilla, desde 2004 a 2006. "Según parece, es en 2004 cuando empezó a coger cantidades importantes de dinero". Al final de cada libro, en rojo, aparece la "cifra redondeada" de las ganancias obtenidas en esa anualidad, puntualiza.
La Policía encontró "un millón cien mil euros largo", pero "hay como 400.000 euros más, que constan en estas anotaciones, y no han sido localizados", subraya.
Fernández Castiñeiras, su mujer Remedios Nieto, y su hijo, Jesús Fernández Nieto, están encarcelados en la prisión coruñesa de Teixeiro. "Ninguno de ellos se ha mostrado proclive a colaborar. La mayor facilidad de palabra se dio en la confesión", manifiesta esta fuente.
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