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"Feijóo ataca el gallego para poder disputar el liderazgo del PP"

Los socialistas creen que quiere ganarse favores en Génova y en los medios conservadores para 'situarse bien' si Rajoy fracasa

HENRIQUE MARIÑO

La deriva españolista del Partido Popular de Galicia, materializada en su política lingüística, ha soliviantado a los nacionalistas del BNG, pero también al PSdeG, que se ha sumado a las protestas por un borrador de decreto que supone un retroceso del gallego en la educación.

Los socialistas creen que su postura, que ataca el gallego y atenta contra el consenso en la materia alcanzado en tiempos de Manuel Fraga, responde a la ambición de Alberto Núñez Feijóo, con un ojo en la Xunta que preside y otro en Génova, no vaya a ser que 'Mariano Rajoy tropiece de nuevo', opina Xaquín Leiceaga, portavoz del grupo parlamentario socialista.

De poco sirve para él que ahora los conservadores carguen también contra la líder de UPyD, Rosa Díez, por su exabrupto sobre Zapatero y se muestren a favor de una declaración institucional que desapruebe sus palabras. 'El PP compartió con ella pancarta y cabecera de una manifestación', añade Leiceaga, 'organizada por Galicia Bilingüe', una suerte de Hazte Oír, pero en el plano linguístico.

'El PP, sobre todo en A Coruña y Vigo, considera que la oposición a la política lingüística del Gobierno anterior es rentable en términos políticos y electorales. Piensan que, además de ocasionar dificultades en el ámbito progresista, pueden conseguir votos en ciertos sectores sociales', sostiene el parlamentario socialista, quien apunta un segundo motivo que justificaría la conducta del presidente de la Xunta ante el gallego. 'Feijóo cree que esa actitud le puede facilitar la continuación de su carrera política en España. Para él, es un buen argumento para estar bien considerado por determinados medios de comunicación españoles. Y cuida su imagen porque cree que puede resultar interesante para estos'.

- ¿Cree que usa la Xunta como un mero trampolín hacia el liderazgo del PP y, por extensión, la Presidencia del Gobierno?

- Feijóo está a la expectativa y sabe que si Rajoy fracasa de nuevo, surgirá la necesidad de un nuevo líder. Y él quiere situarse bien entre los barones territoriales [para disputar el liderazgo del PP].

- Al margen de la lengua, la boutade de Rosa Díez y su sentido peyorativo de gallego les puede unir en la Cámara autonómica, ¿no?

- El PP se ha sentido ofendido, pero hace poco más de un año compartió cabecera de manifestación y pancarta con ella en Galicia. En la protesta organizada por Galicia Bilingüe estuvo, entre otros, Alfonso Rueda, secretario general del PP y conselleiro de Presidencia. En relación con la lengua, los conservadores han roto el consenso lingüístico que existía en Galicia y que se plasmó en una votación unánime con Fraga como presidente, y eso que tenía la mayoría absoluta. Con su modificación del decreto que regula la enseñanza, están creando discordia lingüística y provocando un retroceso del gallego en los centros. Hay que volver a restablecer el consenso con el objetivo de que todas las personas usen competentemente las dos lenguas al final de la enseñanza obligatoria. No se trata de imponer una lengua, sino de garantizar la competencia en ambas.

- ¿Cómo juzga las palabras de Rosa Díez? ¿Llegarán a un acuerdo los tres partidos representados en el Parlamento?

- Vamos a intentarlo. Queremos mostrar nuestro estupor y malestar por ese intento de vincular la condición de gallego a una cuestión peyorativa, como ha ocurrido históricamente, cuando gallego se usaba como insulto en algunos lugares. Una situación que hemos conseguido invertir en los últimos años. Más allá del tópico, negativo y peyorativo, es injusto. Responde a una concepción y a una visión muy corta y, en el fondo, a un análisis nacionalista en el mal sentido de la palabra. Vamos, en el sentido peyorativo.

- ¿Usted cree que los padres tienen derecho a elegir el idioma en el que serán educados sus hijos?

- Deben tener un peso en la educación infantil, porque es el momento más delicado en la incorporación de los estudiantes al sistema escolar, pero tiene que configurarse un sistema factible en términos económicos y que garantice ese objetivo. Los alumnos tienen que poder disponer, a los 16 años, de dos idiomas como herramientas útiles. El gallego nos une al mundo portugués y el español, al hispano. No hay que renunciar a ninguno de ellos.

- El PP se ha aferrado a la encuesta del gallego para justificar su política lingüística. ¿Cuál es su validez?

- Las encuestas no deben de haber sido muy favorables para las tesis del PP porque han dejado de tener difusión y de ser un elemento de debate en Galicia.

- Feijóo, en su día, apostó porque un 33% de las materias fueran impartidas en castellano y otro tanto en gallego e inglés. ¿Considera que, en el caso del inglés, faltan medios para que se cumpla el objetivo del trilingüismo?

- Ha habido una rectificación por parte del Gobierno de Feijóo porque la estratagema de introducir el inglés no procede y carece de sentido. Todos estamos a favor del inglés, pero hay un problema de recursos y tiempo, empezando por los profesores. Es irrealizable, ha fracasado y, además, se introduce a costa de ambos. Esperemos a conocer bien el decreto, porque Feijóo ha dicho cosas muy diferentes y tenemos desconfianza porque no ha querido consensuar con nosotros una solución. El Gobierno anterior [PSdeG y BNG] no hizo esto a espaldas del PP.

- ¿Afectó la cuestión de la lengua a la derrota del bipartito?

- Los votantes no entendieron bien ciertas cosas y dio la impresión de que había dos gobiernos, sin una unidad de criterio. Sin embargo, una encuesta del CIS reflejó que nuestra política lingüística fue valorada por la población y suscitó muy poca preocupación. No fue de imposición, sino de apoyo a la lengua más débil. En Galicia, el castellano no tiene dificultades ni por asomo.

- ¿Y fue perjudicial electoralmente el uso de Galicia y Galiza, por poner un ejemplo, en documentos y comunicados oficiales? ¿Provocaron rechazo las galescolas?

- Hubo un exceso de retórica en las áreas nacionalistas en relación con los temas identitarios. Eso, en política, tiene alguna importancia.

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