Este artículo se publicó hace 13 años.
El Gobierno vasco desiste de hacer un acto para celebrar el fin de ETA
Culpa al PNV de descolgarse tras conocer el no de Bildu. Urkullu acusa a Ares de mentir al decir que tenían más apoyos
Una semana después del comunicado de ETA del "cese definitivo" de la violencia, ayer estalló en Euskadi otra polémica al frustrarse las conversaciones que el Gobierno vasco mantenía con los partidos para convocar mañana actos frente a los ayuntamientos y celebrar así el fin de la banda. El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, dijo que no habrá festejos por "falta de consenso" y culpó de ese vacío de sintonía al PNV por descolgarse de la iniciativa: "Al conocer la negativa de Bildu a participar, ha rechazado participar en la convocatoria".
El Partido Nacionalista Vasco respondió de inmediato en un comunicado que está dispuesto a asistir a un acto para celebrar el fin de ETA siempre y cuando "sea unitario, plural y abierto". En una comparecencia posterior, su presidente Iñigo Urkullu acusó al Gobierno vasco de "engañar" al decir que tenía otros apoyos nacionalistas y pretender "echar el fardo" de la anulación del acto al PNV. Antes de que el partido nacionalista renunciara finalmente a sumarse a la iniciativa, ya lo habían hecho Bildu, EA, Aralar y el sindicato ELA.
En el PNV atribuyen la idea de los actos al presidente Zapatero
En el seno del PNV lamentan esta nueva polémica por esta iniciativa, cuya idea original atribuyen, además, al propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una conversación que mantuvo con Urkullu sobre el fin de ETA. La posibilidad de organizar dichos actos, frente a los ayuntamientos del País Vasco, también estuvo encima de la mesa en la reunión que el presidente del PNV mantuvo con el lehendakari, Patxi López. El propósito era que estos fueran convocados de forma conjunta entre el Gobierno vasco, las tres diputaciones y la Asociación de Municipios Vascos (Eudel). Para ello, el partido nacionalista, molesto también por la filtración de los preparativos los últimos días, asumió el compromiso de ponerse en contacto con el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano (Bildu), que declinó la invitación. Su negativa se sumaba también a la de EA, Aralar y ELA. El PNV, que había indicado al Gobierno vasco que para impulsar un acto por el fin de ETA era necesario que tuviera al menos los mismos apoyos que otros celebrados en el pasado contra la violencia, consideró que no se cumplía dicha condición.
La polémica estalló el mismo día en que Patxi López se reunió con sus tres antecesores en el Gobierno vasco desde 1980 (Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe) para analizar la situación tras el cese "definitivo" de ETA. Los tres defendieron que hay que tomar medidas para consolidar la paz y, después, afrontar la resolución del "conflicto vasco".
Durante tres horas, una con cada uno, López intercambió con sus antecesores "impresiones" sobre la actual situación. Garaikoetxea, Ardanza e Ibarretxe compartieron con él la necesidad de tomar "medidas" para, según el comunicado hecho público por Lehendakaritza, "hacer irreversible este final de la violencia terrorista". La cuestión sin despejar es cuándo será el momento idóneo. El lehendakari insistió ante sus antecesores en la idea que ha venido manifestado los últimos días: "La sociedad vasca ha sabido aguantar y propiciar con paciencia este gran día, y las prisas son malas consejeras para adoptar medidas".
Ardanza, Ibarretxe y Garaikoetxea piden "medidas" a López para asentar la paz
Al término del encuentro, Ibarretxe guardó silencio, pero tanto Garaikoetxea como Ardanza expusieron las reflexiones transmitidas a López.El lehendakari del Gobierno vasco entre 1980 y 1985 y fundador de EA planteó la necesidad, por un lado, de que ETA y la izquierda abertzale pidan perdón a las víctimas y, por otro, que el Estado reconozca a las personas que han sufrido abusos policiales, dé un giro a la política penitenciaria, garantice la legalización de Sortu y ponga fin al encarcelamiento de Arnaldo Otegi y del resto de miembros de la izquierda abertzale que han propiciado el "cese de la estrategia militar". Ardanza, por su parte, pidió para consolidar la paz que se reconozca a las víctimas, que ETA y la izquierda abertzale asuman "su fracaso" tras "34 años de sufrimiento", que en el proceso no haya "ni vencedores ni vencidos y que se resuelva la situación de los presos. Cubierta esa hoja de ruta, a juicio de Ardanza, será "el momento de abordar el contencioso que tiene este país desde hace 120 años".
El lehendakari, que se reunió también con UGT y CCOO, la patronal, Ezker Batua y UPyD, continuará hoy la ronda con el sindicato nacionalista ELA y Bildu. En su representación, acudirán el secretario general de EA, Pello Urizar; el líder de Alternatiba, OskarMatute; y el dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria. Es el primer encuentro que mantendrá López oficialmente con la izquierda abertzale desde el 6 de julio de 2006.
La izquierda abertzale inició también ayer su propia ronda de partidos con el PNV, con el objetivo de normalizar sus relaciones políticas. Urkullu le demandó gestos con las víctimas y que diferencie ese ámbito de los presos.
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