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Los partidarios de Rubalcaba y Chacón chocan en la Ejecutiva

'Yo soy el principal responsable', asume Zapatero. Chacón sugiere otras posibles razones además de la crisis. Zapatero no renunciará a la secretaría general. El Comité Federal aprobará el sábado

GONZALO LÓPEZ ALBA

La hecatombe electoral del domingo devolvió ayer al primer plano el debate en el PSOE para dirimir quién será el sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero.

Todavía conmocionados por la dimensión de la derrota y a la espera de que los estudios poselectorales aporten los datos necesarios para hacer un análisis en profundidad, el centro de atención se ha desplazado hacia la resolución del poszapaterismo.

Será el Comité Federal, que reúne a más de 200 dirigentes, el órgano que, el sábado, apruebe la convocatoria, el calendario y los requisitos para las elecciones primarias a las que obligan los estatutos del PSOE para designar a su candidato presidencial. Pero la Ejecutiva de ayer fue el escenario de un choque entre los partidarios de Alfredo Pérez Rubalcaba y los de Carme Chacón. Los dos precandidatos hablaron en la reunión y ninguno de los dos se postuló, pero nadie duda a estas alturas que la intención de ambos es competir por el liderazgo.

Partidarios de la ministra, con ella al frente, defendieron que, ante la dimensión de la derrota del domingo, convendría darse un tiempo para la reflexión, creando incluso un comité de estrategia que permita elaborar una nueva alternativa política, y posponer al otoño la celebración de las primarias. De esta tesis participaron José Andrés Torres Mora, Álvaro Cuesta y Juan Fernando López Aguilar, otros tres de los fundadores del grupo de Nueva Vía que se hizo con el control del partido en 2000.

En la tesis contraria se situaron partidarios, quienes mantuvieron el criterio de que, si han de celebrarse las primarias, se hagan cuanto antes. De esta tesis participadel vicepresidente primero, como el andaluz Gaspar Zarrías y el vasco Rodolfo Ares la mayoría del aparato, que apoya la opción de Rubalcaba, aunque su escenario ideal sería que, hecha la convocatoria, no se llegaran a celebrar por unanimidad en torno a la figura del vicepresidente primero del Gobierno.

Arrecian las presiones para que Chacón renuncie a forzar una votación

Esta opción no se ha descartado aún y en las últimas horas han arreciado las presiones para que Chacón renuncie a postularse. Aunque entre los partidarios de la ministra se da por seguro que no cederá, desde el aparato se aseguraba ayer que es 'la militancia la que no quiere que nos pongamos ahora a pelearnos entre nosotros'. La previsión que se manejaba ayer como más probable es que ni Rubalcaba ni Chacón despejarán la incógnita pública sobre sus candidaturas hasta que el sábado se abra oficialmente el proceso.

A la reunión del Comité Federal se presentará una propuesta, con el calendario y los requisitos, por el secretario de Organización, Marcelino Iglesias. Fuentes próximas confirmaron que la previsión sigue siendo 'para el verano', de acuerdo con el criterio marcado por Zapatero cuando anunció su retirada: que todo el mundo sepa quién será el candidato del PSOE en 2012 cuando se reinicie el curso político después de las vacaciones de verano. Ayer, en la Ejecutiva, Zapatero se ratificó en 'dar los pasos previstos' y afrontar el proceso 'sin prisa, pero sin pausas', porque el partido necesita relanzarse cuanto antes.

Así, aunque Zapatero tiene previsto consultarlo a lo largo de la semana con los dirigentes territoriales, la apuesta mayoritaria es que las primarias se celebrarán a finales de junio o, a más tardar, antes de finales de julio.

Zapatero resuelve que no cabe aplazar el proceso, que se abrirá el sábado

El pulso entre los dos precandidatos no se limitó al debate a puerta cerrada en la Ejecutiva, sino que también se escenificó en público. Así, el extremeño Guillermo Fernández Vara, el único barón que ha logrado salvarse del tsunami del domingo y que no ha ocultado sus preferencias por Rubalcaba, propuso una 'candidatura de consenso' encabezada por el vicepresidente primero para evitar así tener que llegar a una votación interna.

Por el contrario, el castellano-manchego José María Barreda, el único presidente autonómico con asiento en la Ejecutiva, defendió un planteamiento contrario: 'Si no es el momento ahora, no quiere decir que no tenga que haber primarias'. Barreda, al que se considera más cercano a Chacón, argumentó que la derrota del domingo pone de manifiesto la necesidad de 'una revisión ideológica muy profunda' y que, en todo caso, 'la respuesta no puede ser menos democracia interna'.

Vara pide una candidatura de consenso y Barreda, revisión ideológica

También el secretario general de Madrid, Tomás Gómez, al que igualmente se considera próximo a la ministra de Defensa, sostuvo que las primarias no son ' lo más importante ni para los ciudadanos ni para el Partido Socialista' en estos momentos, sino 'la reflexión colectiva' sobre el proyecto político. En la tesis contraria se situó el valenciano Jorge Alarte, que reclamó primarias 'ya'.

La posibilidad de que se convoque un congreso antes de las elecciones generales para elegir también a un nuevo secretario general y evitar así la bicefalia sigue sin entrar en los planes de Zapatero. 'Nadie lo ha planteado. No forma parte del debate', aseguró José Blanco.

El vicesecretario general quiso ser ayer el portavoz por haber sido, según su propia definición, 'el responsable máximo de la dirección de la campaña'. Ayer tuvo que escuchar en la Ejecutiva algunas críticas por su planteamiento. Según quienes las formularon, se planificó acertadamente la campaña de 'tu calle', de marcado acento local, para romper la estrategia plebiscitaria del PP, pero se acabó poniendo el foco en 'un contraste continuo entre Zapatero y Rajoy'.

A pesar de estas críticas minoritarias, Blanco dijo no apreciar en el PSOE 'ningunas ganas de hacer ningún tipo de ajuste' de cuentas. Para evitarlo, José Luis Rodríguez Zapatero se declaró ante los suyos 'el principal responsable', aunque también apuntó que, con la crisis a cuestas, lo mismo le habría ocurrido a cualquier otro partido en el Gobierno. 

Tanto en el Gobierno como en el PSOE se reconoce que 'va a ser muy difícil' soportar la presión para un adelanto electoral, aunque la prioridad de Zapatero es agotar la legislatura 'para culminar las reformas'. La primera prueba será el acuerdo pendiente para la reforma de la negociación colectiva, ante el que se teme que la CEOE pueda sucumbir, como otras veces, a los intereses del PP. Y el factor determinante será que Zapatero pueda mantener los apoyos parlamentarios que precisa el Gobierno, algo que ha marcado como tarea preferente. A este respecto no hay un criterio unánime y definitivo porque los nacionalistas pueden tener ahora la tentación de ayudar al PP a derribar a Zapatero, pero también el temor a que el ‘tsunami' del domingo se tradujera en una mayoría absoluta para el PP que los relegara a un papel irrelevante.  

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