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Un PSdeG roto y enfrentado a Ferraz afronta las elecciones del 25-S con riesgo de ser tercera fuerza

Los cambios "a dedo" de las listas en Ourense y Pontevedra hechos por Ferraz han irritado a medio partido y, en especial, al poderoso alcalde de Vigo, Abel Caballero. 

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, junto al alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero (EFE)

MANUEL SÁNCHEZ

MADRID.- A un mes de las elecciones gallegas, el Partido Socialista de Galicia (PSdeG) afronta el envite electoral en las peores condiciones posibles. Con una gestora desde marzo, por la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro al estar implicado en casos de corrupción, el partido está profundamente dividido entre un sector crítico y un sector afín a Pedro Sánchez que, de momento, es quien lleva las riendas a duras penas.

Ya se vio en las primarias dicha división interna, donde sí se impuso por once puntos de diferencia el candidato Xoaquín Fernández Leiceaga, también cercano a Ferraz, pero con una clara división de voto entre las provincias del norte y del sur.


Ahora ha estallado la tormenta cuando Ferraz ha modificado “a dedo” las listas de Pontevedra y Ourense. El “aparato” y Ourense llevan enfrentados desde que Pedro Sánchez se hizo con la Secretaría General del PSOE. En esa provincia la ex secretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara, es una destacada dirigente y fue propuesta las agrupaciones como cabeza de lista para las elecciones del 20-D y del 26-J. Sin embargo, Ferraz también movió la lista para que no saliera, algo que todo el mundo atribuye a que Seara siempre estuvo en el equipo de Eduardo Madina.

El partido lleva desde marzo con una gestora, y una división interna que se visualiza en cada decisión que se toma

Pero más preocupa en Ferraz el enfado en Pontevedra y, sobre todo, que el poderoso alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, haya salido con declaraciones durísimas denunciando el atropello de Ferraz en las listas de su provincia.

Caballero, con su mayoría absoluta en Vigo, es todo un referente en Galicia y fuera de ella, y Sánchez tendría problemas al tenerlo enfrente de forma activa. El alcalde dijo que hasta ahora se había sentido respetado por Ferraz, pero que le parecía incompresible lo ocurrido y que no recordaba una decisión así en unas listas autonómicas en todos los años que lleva en el partido.

Los cambios obedecen, según fuentes consultadas, a colocar en puestos de salida a personas más cercanas a la gestora que preside Pilar Cancela, y al propio candidato, Leiceaga; además de sacar a los miembros del sector crítico de las listas.

La decisión de Ferraz has sido ya recurrida por Ourense y, posiblemente, seguirá lo mismos pasos Pontevedra, aunque la normativa del partido le da plena razón a la dirección federal, que tiene la potestad de cambiar todas las listas autonómicas, aunque pocas veces la ejerce. De hecho, Ferraz sólo dice que se han ajustado a cumplir los Estatutos.

Así lo recordaba el propio Leiceaga quien indicó que se está funcionando con las mismas normas de hace años, y que si se quiere otro sistema de elección de listas que se debate y se cambie. El candidato a la Presidencia de la Xunta defendió los cambios para que hubiera “más renovación” y pidió al partido que se pusiera ya a trabajar para ganar al PP.

Sin embargo, las perspectivas electorales reales del PSdeG están muy lejos de ganar al PP, y algunos sondeos apuntan hasta que aquí sí puede darse el 25 de septiembre el “sorpasso” con En Marea, y los socialistas podrían quedar relegados a tercera fuerza política.

Si se diera este escenario y el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, no repitiera mayoría absoluta, el PSdeG se vería obligado a tener que apoyar al PP gallego o dar la presidencia de la Xunta a En Marea, un partido claramente independentista y que aboga por un referéndum para decidir si Galicia sigue o no en España. Un destacado dirigente gallego comentó que lo único que espera es no ver al PSOE en esa circunstancia, pero no descartó que pueda darse.

Detrás de todo subyace un tema orgánico y el deseo de Sánchez de que la federación gallega esté en sus manos de cara a los procesos internos que se avecinan en el PSOE.

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