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Los operarios llevan electricidad a la planta a pesar de la radiación

La situación en Fukushima es 'razonablemente estable', según un portavoz del OIEA

JAVIER SALAS

Los operarios de la planta de Fukushima dieron ayer un paso decisivo para lograr estabilizar la central, tras seis días de batalla contra los innumerables problemas que la empujan hacia el desastre. A última hora de la tarde en España, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmaba que se había conseguido conectar un cable de un kilómetro y medio de largo hasta el edificio del reactor 2, el mejor conservado del grupo con problemas.

La compañía dueña de la central (TEPCO) difundió ayer unas imágenes, tomadas desde un helicóptero, en las que se apreciaba con toda claridad el terrible estado de las instalaciones en las que se trata de estabilizar los reactores. En esas condiciones, con picos de radiactividad que obligaban a los trabajadores a suspender sus labores, se logró establecer el tendido de una nueva línea de alimentación eléctrica hasta la unidad 2.

El Ejército logró regar los reactores 3 y 4 con más de 30 toneladas de agua

Para ponerle coto a la radiación que emana de los reactores 3 y 4, los más dañados, la Fuerza Aérea japonesa vertió sobre su estructura toneladas de agua con ayuda de helicópteros, que lograron reducir sensiblemente el nivel de radiactividad. Los miles de litros de agua arrojada ayudaron a enfriar las piscinas de combustible de ambos reactores, aprovechando que la techumbre de sus edificios está prácticamente derruida.

Después, desde camiones de bomberos del Ejército, se regaron estas dos instalaciones con 30 toneladas de agua. Esta operación se tuvo que realizar desde mucho más lejos de lo deseable por culpa de los escombros que impiden el acceso hasta los reactores, que han sufrido sendas explosiones por la emisión de gases inflamables. El agua, además de enfriar, sirvió para asentar la emisión de partículas radiactivas, lo que permite a los técnicos trabajar en la estabilización de la planta.

Una veintena de jubilados se han presentado voluntarios

Los miembros del Ejército que ejecutaron esta acción no tuvieron que bajar del camión y no se expusieron, en principio, a la radiactividad. TEPCO reconoció que en algunos momentos del día se alcanzaron picos de emisión que doblan el máximo autorizado para un operario a lo largo de todo un año. Este era el principal problema que impedía llevar electricidad a Fukushima, cuya ausencia ha dejado a la central muy expuesta a los problemas de refrigeración del combustible atómico en los cuatro reactores dañados.

El Gobierno había ordenado elevar el límite máximo de exposición permitido para los operarios. Su intención es que los turnos de los trabajadores fueran más prolongados y no dificultaran más las labores de recuperación del tendido eléctrico. En este contexto, unos 20 trabajadores jubilados de la compañía con hasta 40 años de experiencia se ofrecieron voluntarios a exponerse a estas dosis de radiación porque, debido a su edad, tienen menos posibilidades de desarrollar cánceres que tardan años en manifestarse.

Tras conocerse que se había logrado llevar energía hasta Fukushima, un portavoz de la OIEA calificó su situación como 'razonablemente estable' por primera vez desde que se desató la crisis. Con energía, los técnicos podrán comenzar a combatir los problemas de los reactores 1, 2 y 3, a los que se seguía inyectando agua para evitar que se sobrecalienten sus núcleos atómicos.

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