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Arenga xenófoba de Orban ante Rajoy y el resto de colegas conservadores

El primer ministro húngaro defiende en el Congreso del PPE que la izquierda utiliza la crisis de refugiados, "un proceso descontrolado que incluye combatientes extranjeros, para atraer "futuros votantes". "Sueñan con una sociedad sin valores, ni naciones", critica.

Viktor Orban besa la mano de la canciller Angela Merkel antes de su intervención en el Congreso del Partido Popular Europeo. - REUTERS

PÚBLICO / EFE

MADRID.- Viktor Orban tiene la solución a la crisis de refugiados: devolver a los solicitantes de asilo a sus países de origen y "no proporcionarles una vida europea". El primer ministro de Hungría ha aprovechado el Congreso del Partido Popular Europeo que se celebra en Madrid para airear ante sus colegas conservadores las ideas xenófobas que han colocado a su país en el centro de las críticas contra la respuesta de la Unión Europea a la crisis migratoria.

"El problema migratorio es un peligro presente. Nos enfrentamos no solo a una crisis de refugiados, también a migrantes económicos, refugiados y combatientes extranjeros. Es un proceso descontrolado y desregularizado", ha dicho Orban ante su audiencia, compuesta por los representantes de la derecha europea, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.

"Este problema podrá desestabilizar a países y gobiernos de todo el continente europeo. Necesitamos una respuesta clara y firme, un plan de acción", ha afirmado Orban, que pidió "responsabilidad moral europea" que consiste, ha reiterado, "en devolver a los refugiados a sus países". "La dimensión y el volumen de este riesgo sobrepasa con mucho nuestras expectativas. Es el momento de identificar la naturaleza y la dimensión" del problema, ha recalcado el jefe del Gobierno húngaro.

"Sentimos compasión por esas personas, que son víctimas de malas decisiones políticas locales, internacionales e incluso europeas, que les han creado expectativas que no pueden ser cumplidas", ha afirmado. Igualmente Orban ha concedido al menos que los migrantes "también son víctimas de los traficantes de personas". Sin embargo, ha recalcado instantes después, "considerarles víctimas no implica que no tengamos la responsabilidad de devolverles a sus hogares", porque "nuestro objetivo no puede ser darles una vida europea". "El estilo de vida húngaro o austríaco no puede ser para todos. Tenemos que ayudarles a devolverles a su vida con dignidad en sus países de origen", ha indicado.

"Nuestros ciudadanos se preguntan si ellos han autorizado la entrada de millones de migrantes en Europa, se preguntan por qué no hemos aplicado Schengen. Tenemos que ser valientes, dejar de lado lo políticamente correcto y hablar de nuestro propio continente sin hipocresía", ha subrayado el jefe del Gobierno húngaro, que también ha defendido en su discurso "el legado de nuestra civilización no puede cambiar por influencias externas. Europa se ve debilitada, es débil pero rica y esto es una combinación explosiva".

Por último, Orban ha formulado una crítica a la actitud de la izquierda europea en relación con la crisis migratoria. "La izquierda europea tiene una agenda muy clara: apoya la migración; importan futuros votantes de izquierda a Europa. Considera que las fronteras son una mera cuestión burocrática, Sueña con una sociedad sin valores, ni naciones", ha indicado. "Escuchemos a las personas, seamos firmes, defendamos a Europa. No permitamos que la izquierda asuma las riendas de Europa", ha enfatizado.

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