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OTAN Medio minuto y charla informal: el descafeinado "encuentro" entre Biden y Sánchez

El presidente del Gobierno anuncia que España acogerá la cumbre de la OTAN el próximo año.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c) conversa con el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, (2d), antes del comienzo de la cumbre de líderes de la OTAN que se celebra en Bruselas, este lunes 14 de junio de 2021.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez conversa con el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, (2d), antes del comienzo de la cumbre de líderes de la OTAN que se celebra en Bruselas. Horst Wagner / EFE

Había mucha expectación sobre el "encuentro" entre Pedro Sánchez y Joe Biden en los márgenes de la cumbre de la OTAN. Pero el intercambio de palabras se ha limitado a un breve cruce en el pasillo de poco más de medio minuto. El presidente español no es uno de los mandatarios de todo el mundo que sí han recibido una llamada de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, tras su aterrizaje en la Casa Blanca. Madrid es buen conocedor de la importancia de proyectar el mensaje de que tiene buena sintonía con Washington que, a pesar de la reconfiguración de fuerzas del orden global, sigue siendo el país de referencia y seguimiento para los europeos. Y es consciente de que esta foto fortaleza su imagen en casa. Pero la cita ha sido eclipsada por su fugacidad y frialdad.

Desde su equipo se anunció que la cumbre de la OTAN, que este lunes acoge en Bruselas a los 30 líderes de la alianza transatlántica, serviría de escenario para el primer encuentro entre Sánchez y Biden. Un vis-à-vis que, sin embargo, no constaba en la agenda del mandatario estadounidense. Finalmente, el "encuentro" ha quedado relegado a poco más de 30 segundos de charla en el pasillo mientras caminaban hacia la sala de reuniones. "Ambos querían saludarse, conocerse personalmente y establecer un primer contacto. Así lo habían pactado sus respectivos equipos. Entre otras cosas, se había acordado que su saludo fuera captado por las cámaras como prueba de la excelente relación que existe entre ambos países", señalan fuentes de La Moncloa.

"No tengo un cronómetro de la reunión. Hemos tenido una breve conversación y un paseo porque nos lo pedían los servicios de la OTAN", ha explicado Sánchez en la rueda de prensa posterior detallando que ha hablado con el norteamericano sobre la necesidad de reforzar los lazos militares entre Estados Unidos y España. "Nuestra posición es actualizar el acuerdo bilateral de defensa", ha afirmado. La situación migratoria y económica de América Latina ha sido el otro tema de la breve charla. Sánchez ha quitado hierro a la polémica de la fugaz charla calificando a su homólogo norteamericano como un “líder progresista que inspira mucho" y ha asegurado que mantendrán el contacto.

Escenificar el espaldarazo de Estados Unidos era para La Moncloa todavía más importante tras el drama migratorio desatado en Ceuta. El rey marroquí Mohamed VI alentó la marcha de miles de personas hacia la ciudad española como arma de presión sobre el estatus del Sáhara Occidental. Un acto que en Bruselas calificaron como "chantaje" en un lenguaje inusualmente fuerte para la capital comunitaria.

El movimiento del monarca alauí no podría entenderse sin la concesión que Donald Trump le hizo poco antes de abandonar el Despacho Oval. Estados Unidos reconoció por primera vez la soberanía de Rabat sobre la antigua colonia española a cambio de que Marruecos normalizase sus relaciones con Israel. A pesar del giro norteamericano, la Unión Europea no se ha distanciado ni un milímetro de la postura que desde hace décadas defiende en torno al Sáhara: una solución dialogada bajo las conversaciones auspiciadas por la ONU y en respeto a las resoluciones del Consejo de Seguridad. Sin embargo, camino de sumar su primer medio año en el cargo, la Administración Biden no ha revertido el reconocimiento de Trump y continúa sin aclarar cuál será su posición al respecto.

Pedro Sánchez ha informado, además, de que Madrid acogerá la cumbre de la Alianza Atlántica el próximo año. "Será una gran oportunidad para celebrar el 40º aniversario de España en la OTAN", ha señalado Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, que ha definido al país como "un aliado de gran valor". Se espera que la cita sirva para definir la agenda estratégica del foro para la próxima década y para hacer de la Alianza un grupo "más político y más fuerte militarmente", según ha definido el español en rueda de prensa.

Del Sáhara a los aranceles: puntos de vital importancia

Además de la cuestión del Sáhara, España mira a Estados Unidos para encontrar un aliado de mediación diplomática en los conflictos que se enquistan en América Latina, especialmente en Venezuela. A pesar de los esfuerzos de Madrid de impulsar la importancia de la región en el bloque comunitario, Europa apenas mira a Lationamérica y Estados Unidos reconfiguró sus prioridades geopolíticas con la Administración Obama cambiando la lupa estratégica hacia Asia y el Pacífico y no tanto hacia África, el Mediterráneo u Oriente Próximo, zonas en las que España contaba con un valor geográfico de enlace.

También es de vital importancia para España consumar la tregua arancelaria. Donald Trump abrió una guerra comercial con Europa que tuvo un gran impacto en productos españoles como el vino o el aceite de oliva. De fondo, aparece la necesidad de reforzar la confianza en torno a las bases militares que el Pentágono mantiene en Rota y Morón.

La llegada de Biden ha calmado las aguas transatlánticas congelando los aranceles entre Bruselas y Washington. Sin embargo, los europeos no se han recuperado del trauma que fue el paso del huracán Trump. Del día a la noche vieron cómo 75 años de alianza histórica se derrumbaban a sus ojos. Y temen que un escenario así pueda volver a repetirse. Por ello, quieren reducir la dependencia estadounidense y adaptar las reglas de la Organización Mundial del Comercio al nuevo escenario internacional. Muchos temas de interés bilateral que difícilmente han podido sido abordados in extremis en menos de un minuto. Más tiempo le han dedicado a Sánchez Boris Johnson, primer ministro británico, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, y Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, con quien el español ha mantenido encuentros en los márgenes de esta reunión de la OTAN.

Irak como punto de inflexión

Hay que remontarse a casi dos décadas atrás para ver el cambio radical de la política exterior española y observar también el punto de inflexión en su relación con la hiperpotencia. Durante el período entre 2004 y 2008, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo una relación de tensión continua con George W. Bush. Si José María Aznar se había distanciado de los aliados europeos para apoyar la invasión de Irak junto al Reino Unido, el socialista da un cambio radical desmarcándose de la línea de las Azores y retirando a las tropas españolas de Irak. En consonancia con la decisión de buena parte de Europa. Zapatero también hizo lo propio con los soldados de Kosovo, una decisión con Biden ya como segundo de Obama que agradó poco a Estados Unidos. 

Sin embargo durante los últimos años, España ha optado por mantener un perfil más bajo en el seno de su política exterior haciendo seguidismo del eje franco-alemán y con una tendencia a permanecer en el "consenso".

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