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Brexit ¿Dónde podría acabar la propuesta de Boris Johnson?

Tras un primer vistazo, los responsables de la UE creen que el texto con el que Jonson pretende desbloquear las negociaciones es "positivo" pero sigue habiendo "puntos problemáticos". La oposición en el Parlamento británico, que debe respaldar cualquier acuerdo en última instancia, cree que se trata de una propuesta "diseñada para fallar".

El primer ministro británico, Boris Johnson, en un discurso de clausura en la conferencia anual del Partido Conservador en Manchester, Gran Bretaña. REUTERS / Henry Nicholls

"Es peor que el acuerdo de Theresa May". Así ha definido Jeremy Corbyn la propuesta que Boris Johnson ha enviado a los responsable de la Unión Europea para intentar desbloquear las negociaciones del brexit en torno a la frontera en Irlanda del Norte y alcanzar un acuerdo de salida. Y su opinión no es una más. Lo que piense el líder del principal partido de la oposición y del segundo partido con mayor representación en el Parlamento resulta crucial porque, incluso en caso de que Johnson y la UE consensuaran un texto, éste aún tendría que recibir el respaldo de la Cámara de los Comunes, que -no está de más recordarlo hoy más que nunca- rechazó tres veces el acuerdo alcanzado por Theresa May. 

Ese que ahora Corbyn considera mejor que la propuesta de Johnson y que el propio Johnson, en la carta que ha enviado a Jean Claude Junker, el presidente de la Comisión Europea, junto al documento califica de "puente a ninguna parte". 

Corbyn es de los que creen que, aunque Johnson haya puesto un texto sobre la mesa de Bruselas, este movimiento no supone un cambio en la estrategia del primer ministro. Sostienen que esto le permitirá seguir acusando a la UE y/o al Parlamento británico de ser lo responsables de mantener el bloqueo si alguno de ellos no da luz verde a su propuesta. Porque Johnson sabe "muy bien que lo que ha presentado es poco probable que se acuerde", ha asegurado Corbyn. 

El líder del Partido Laborista cree que la propuesta de Johnson "socava los Acuerdos de Viernes Santo"

Una suerte de propone que algo queda, aunque en este caso lo que quedaría es la posibilidad de que Johnson pueda venderse de cara a unas próximas elecciones como el hombre que se esforzó por darle al pueblo lo que el pueblo quería, pero al que no le han dejado hacerlo.  

Así lo ve también el segundo partido de la oposición, el Liberal Demócrata. Creen que Johnson "no está siendo serio en la negociación". Porque, en palabras de su portavoz para el brexit, Tom Brake, esta propuesta lo que hace es "crear dos fronteras en Irlanda del Norte, en lugar de no tener ninguna". 

E igual lo ve Nicola Sturgeon, la primera ministra de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés, quien considera que las propuestas de Johnson "están diseñados para fallar". 

Pero Johnson no sólo tiene que convencer a quienes de entrada se muestran partidarios de permanecer en la UE, también a los defensores del brexit más radicales que habitan en sus propias filas. Y por supuesto, antes que nada, a los responsables de la Unión Europea.

Para la UE sigue habiendo "puntos problemáticos"

Desde las instituciones de la Unión Europea la primera reacción ha sido positiva… pero con peros. Tras recibir el texto y hablar por teléfono con Johnson, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, sostiene que "la alineación regulatoria de Irlanda del Norte es un paso positivo", pero sigue habiendo "puntos problemáticos" sobre los que haría falta seguir trabajando. También Juncker quiere asegurarse de que se cumple con los términos del acuerdo de paz. 

Por eso, la Comisión Europea ha anunciado que "examinará el texto legal objetivamente" y que los responsable de Londres y Bruselas se reunirán en los próximos días para abordar el asunto. La canciller alemana, Angela Merkel, ha añadido que es importante que los 27 se mantengan unidos. 

De todos ellos, hay uno que juega un papel fundamental, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, Por esos la Comisión Europea ha confirmado que Juncker ya tiene anotado en su agenda el llamarle y que "escuchará atentamente sus puntos de vista". En sus primeras declaraciones públicas sobre la propuesta de Johnson, Varadkar ha sostenido que "lo que estamos escuchando no es alentador y no sería la base para un acuerdo". 

La reacción más sorprendente

El Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte es otra figura importante. Son los actuales socios de gobierno de los conservadores, pero por encima de ello se presuponen sus propios intereses y los de los ciudadanos norirlandeses. Por eso su líder, Arlene Foster ha dejado con la boca abierta a todos al calificar la propuesta de Johnson de "sensible y equilibrada". Ha dicho que supone "un camino sensato y serio hacia adelante". 

Quince días para concretar

Y mientras, el tiempo sigue corriendo. Londres y Bruselas apenas tienen once días para cerrar un acuerdo. La reunión del Consejo Europeo que se celebrará los días 17 y 18 es el último escenario para que se produzca el apretón de manos definitivo. Porque si para entonces no ha habido acuerdo, Boris Johnson está obligado por ley a pedir una prorroga a Bruselas el día 19. Así es como lo establece la ley Benn aprobada por el Parlamento para garantizar que no habrá un brexit duro. Aunque, eso sí, el primer ministro británico insiste en que llegados a ese punto nunca pedirá una extensión a la UE ni la aceptaría en caso de que sus responsables se la ofrecieran.

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