Este artículo se publicó hace 2 años.
Buenos Aires prohíbe el lenguaje inclusivo en los centros educativos de la ciudad
La encargada de Educación de la capital argentina dispuso que la "e" o la "x" dejen de usarse en todos los contenidos que dicta el personal docente.
Página 12
Buenos Aires (Argentina)-Actualizado a
La decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de prohibir el lenguaje inclusivo en las escuelas de todos los niveles empezó a cosechar rechazos institucionales. La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) sostuvo que la medida va a contramano de "la inclusión y el respeto a todas las identidades" de género y advirtió que el personal docente continuará "construyendo una escuela pública e igualitaria para todes".
La insólita medida de la administración de Juntos por el Cambio fue dada a conocer este jueves a través de una resolución firmada por la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, en línea con su política de convertir la escuela pública en uno de los ejes de la campaña conservadora de la coalición opositora.
Dispuso que la "e" o la "x" dejen de usarse en todos los contenidos que dicta el personal docente, tanto en el material que se les entrega a los estudiantes como en documentos administrativos de las instituciones.
"Un ataque al derecho a la identidad de todes"
El uso masivo del lenguaje inclusivo surgió desde hace años como producto de una necesidad de que más sectores de la sociedad queden incluidos en un léxico que restringe el género de una persona en el binarismo de masculino y femenino, expresados en el uso de la "o" y la "a".
Es por eso que la UTE advirtió que la provocativa decisión de Acuña rompe los "espacio de inclusión" construido para "todas las identidades". A su vez, añadió, "despliega nuevas formas de violencia hacia aquellas infancias y juventudes que no se reconocen en el masculino o el femenino como constitutivo de su identidad".
"Lo que no se nombra no existe: negar desde el lenguaje a las infancias y adolescencias trans y no binaries constituye un ataque al derecho a la identidad de todes y cada une, y a ser en un ambiente en el que la diversidad es respetada", añadió el comunicado del gremio liderado por Eduardo López.
Los argumentos de Soledad Acuña
El argumento de la cartera educativa de Juntos por el Cambio fue uno solo: los últimos exámenes de comprensión lectora mostraron que "hubo un retroceso de al menos cuatro años" en esa materia. Con esa corta argumentación, uno podría suponer que la conclusión a la que llegaron en ese ministerio es que el alumnado no entiende lo que lee por culpa del lenguaje exclusivo. Un razonamiento que, inclusive, reprobaría matemáticas.
Al menos esa es la línea que había planteado Acuña cuando advirtió que intentaría borrar de un plumazo una construcción social que llevó años. "Necesitamos terminar de eliminar todas las barreras que puedan obstaculizar el correcto aprendizaje de la lectura" y "obviamente cuando empezamos a incorporar palabras distorsionadas o formas distorsionadas del uso de la lengua, generan trabas. Por eso vamos a ordenar el uso del lenguaje dentro de las escuelas", había sentenciado la funcionaria.
"La ofensiva de la derecha en la educación"
El lenguaje inclusivo está autorizado en diversas universidades, entre ellas la UBA -elegida recientemente como la mejor universidad de Iberoamérica-, Córdoba, Rosario, San Martín, Río Negro, por citar solo algunos ejemplos. Sin embargo, según Acuña, el equipo docente debe utilizar el "lenguaje aprobado por las reglas que regula nuestra lengua, que son las de la de la Real Academia Española".
La prohibición suena a excusa sexista. En su rechazo, UTE se hizo eco del argumento con que sociólogos, semiólogos y pedagogos de todo el mundo la necesidad de respetar los cambios en el fenómeno social del lenguaje: la lengua "es una construcción colectiva que está en permanente transformación y que construye realidades".
Lo que el gremio interpreta es que la reaccionaria resolución del ministerio que comanda Acuña "forma parte de la ofensiva de la derecha en la educación. Prohibir el lenguaje inclusivo es la expresión de un proyecto pedagógico político conservador y contrario a conquistas democratizadoras".
En este sentido, advirtieron que "les docentes continuaremos construyendo una escuela pública e igualitaria para todes, reconociendo y abrazando amorosamente a todes y cada une de nuestres estudiantes".
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