Este artículo se publicó hace 14 años.
Caos en Belgrado por una protesta homófoba
Un centenar de heridos en una batalla entre ultras y policías
Alejandro Torrús
El centro de Belgrado (Serbia) se convirtió ayer en un campo de batalla. Cerca de 150 radicales homófobos se enfrentaron a los más de 5.000 policías que aislaban a los manifestantes de la primera marcha del Orgullo Gay que se celebraba en la ciudad. Los disturbios terminaron con al menos cerca de 200 heridos (la mayoría policías); la sede del Partido Democrático (actualmente en el poder) fue incendiada y los radicales quemaron contenedores. La cifra de detenidos asciende a 65.
Los grupos radicales homófobos (hooligans del Estrella Roja y del Partizán y miembros de las organizaciones 1389 y Obraz) cumplieron con las amenazas que vertieron durante toda la semana sobre qué sucedería si finalmente se celebraba el desfile. "No somos partidarios de la violencia, pero no veo otra manera de parar la Gay Parade", amenazaba días atrás Igor Malinkovic, miembro de la Organización 1389, que incluye en su manifiesto fundacional la lucha contra "drogadictos y homosexuales".
Bengalas, ladrillos, antenas parabólicas arrancadas y todo objeto pesado y fácil de arrojar sirvieron de arma a los grupos radicales frente a la policía, que no dudó en utilizar sus porras, gases lacrimógenos e incluso devolvió las pedradas a los radicales. "Esto es un desastre, una tragedia", afirmó un policía totalmente consternado. "Es muy triste lo que ha sucedido hoy en Belgrado porque esta marcha es sobre libertad, tolerancia, derechos humanos y no sobre violencia, me avergüenzo de este país" afirma Adorjan Kuruc, miembro de la organizacion. A la marcha habían acudido unos mil participantes.
Los incidentes comenzaron de madrugada cuando un grupo de radicales invadió la sede de Woman & Black, una ONG que defiende los derechos de los homosexuales, y agredieron a todas las personas que se encontraban dentro.
Para el ministro de Defensa, Dragan Sutanovas, "ahora queda claro que esta violencia no tiene nada que ver con la Gay Parade, sino que representa un odio latente desde hace bastante tiempo". Por otra parte, el alcalde de Belgrado quiso desmarcarse y aseguró que él ya había advertido "de los peligros de celebrar esta Gay Parade en Serbia". "Por eso nunca la apoyé", aseveró.
La celebración del primer desfile gay de la historia del país ha levantado muchas ampollas en la sociedad serbia. Durante todo el día se estuvieron celebrando diversas marchas en protesta. Altos cargos de la iglesia ortodoxa recorrieron la ciudad seguidos de varias decenas de fieles que rezaban plegarias como "Dios, sálvanos de esta enfermedad" o "Dios, perdónalos porque no saben lo que hacen", calificando a los homosexuales de personas "desviadas", "enfermas" y "heréticas".
Marijane Cornelisen, representante del Parlamento Europeo en la Gay Parade, calificó el desfile de "todo un éxito". "Por fin el estado serbio ha sabido garantizar la seguridad de los manifestantes protegiendo sus derechos básicos de libertad, expresión y reunión", señaló Cornelisen. Sin duda, aún ignoraba todos los acontecimientos que se estaban dando lugar fuera de la zona acordonada por la policía.
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