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Chris Smalls, el exempleado de Amazon que ha creado el primer sindicato en la multinacional de Jeff Bezos
El 1 de abril se formó el primer sindicato en una planta de Amazon en Estados Unidos. El artífice de la hazaña fue un extrabajador de la multinacional que había sido despedido en marzo de 2020 al inicio de la pandemia. Smalls, que no está vinculado a ningún gran movimiento social ni sindical, está liderando el resurgir del movimiento sindical en EEUU.
Manuel Ruiz Rico
Washington-
Sucedió el pasado 1 de abril. Ese día se formó en Nueva York primer sindicato de trabajadores de Amazon. Ocurrió en la planta de Staten Island llamada JFK8. Según el recuento de voto hecho público ese día por la Junta Nacional de Relaciones Laborales, la agencia federal creada por Roosevelt en plena Gran Recesión y encargada de estos asuntos, 2.654 empleados votaron a favor de crear un sindicato, frente a 2.131 votos en contra. La compañía de Jeff Bezos, el tercer hombre más rico del mundo (139,1 billones de dólares, según Forbes), es el segundo empleador privado de Estados Unidos, con más de 1,6 millones de trabajadores (sólo superada por Walmart, con 2,3 millones). Detrás de esta victoria de David contra Goliat hay un nombre propio: se llama Chris Smalls, es extrabajador de Amazon, negro, padre de familia y tiene 33 años. Es ya el líder de un movimiento laboral resurgente que recorre Estados Unidos de punta a punta. Su imagen es ya un icono: gafas de sol, cadenas de oro y una sudadera que dice Eat the Rich (Cómete a los ricos).
Smalls fue despedido por Amazon a principios del a pandemia de la covid19 y eso acabaría siendo el desencadenante que lo movería a no descansar hasta crear el primer sindicato en la multinacional, sin dinero, sin experiencia previa en activismo y movilizaciones y sin la ayuda de los grandes sindicatos. Pero el revulsivo no fue exactamente el despido.
El lunes 30 de marzo de 2020, justo al principio de la pandemia, Amazon despidió a una serie de trabajadores de la planta de Staten Island, Smalls entre ellos. Descubrieron que un compañero había dado positivo por covid y habían exigido el cierre de la misma para limpiar la instalación. La respuesta de la compañía de Bezos fue largarlos. Tres días después, Vice publicó el informe del abogado de Amazon sobre los despedidos, y sobre Smalls se decía: "No es inteligente, ni articulado en su expresión, y en la medida en que la prensa quiera centrarse en nosotros frente a él, estaremos en una posición de relaciones públicas mucho más fuerte", escribió el consejero general de Amazon, David Zapolsky, en unas notas de la reunión que reenvió por correo a otras personas de la empresa.
Amazon alegó que había despedido a Smalls porque había infringido las políticas de distanciamiento social mientras estaba de baja por cuarentena pagada
Fueron esas palabras el combustible de Chris Smalls para promover una de las campañas sindicales de base más espectaculares y exitosas de la historia reciente del país. Un año después del despido, en abril de 2021, Smalls y varios compañeros fundaron el sindicato Amazon Labor Union. "Leer ese informe fue lo que me motivó a crear la organización", declaró Smalls a la cadena de radios públicas NPR el pasado 2 de abril. Amazon alegó que había despedido a Smalls porque había infringido las políticas de distanciamiento social mientras estaba de baja por cuarentena pagada, pero la fiscal general de Nueva York, Letitia James, declaró ilegal el despido de Smalls por parte de la multinacional. Fue otra victoria de David contra Goliat.
Antes de la planta de Staten Island había habido dos intentos de crear un sindicato, ambos fallidos. Tuvieron lugar en una planta de Bessemer, en Alabama. La primera votación se desarrolló en abril de 2021. Tras la denuncia de irregularidades por parte de Amazon (entre ellas, las de amenazar a los trabajadores o colocar cámaras en alguno de los buzones establecidos para votar), la Junta Nacional de Relaciones Laborales ordenó una segunda votación, que se celebró el pasado mes de marzo. El resultado fue muy apretado esta vez, pero volvió a salir que no. Éste era el antecedente inmediato que tenía Smalls cuando se llevó a cabo la votación en su planta JFK8 de Nueva York.
"Violación de la ley, intimidación, son cosas que hace Amazon"
"No tengo ningún asistente, soy sólo yo", le confesó Smalls al Washington Post en su edición del 13 de junio. Y éste es el hombre que se enfrenta a la compañía del tercer hombre más rico del planeta, Jeff Bezos. La empresa, desde luego, reaccionó mal cuando supo el resultado de la votación. "Estamos decepcionados con el resultado de las elecciones en Staten Island porque creemos que tener una relación directa con la empresa es lo mejor para nuestros empleados", señaló Amazon en un comunicado. El tono de Smalls ese día ante la prensa fue claro: "Hace dos años mi vida cambió para siempre. Cuando la covid19 entró en juego, Amazon nos falló", dijo.
A primeros de mayo, Smalls fue llamado a prestar su testimonio en una audiencia del Comité de Presupuestos del Senado, comité que preside el senador progresista Bernie Sanders. "El tipo de cosas que hace Amazon, violación de la ley, intimidación... son cosas reales que traumatizan a los trabajadores de este país. Queremos sentir que tenemos protecciones, queremos sentir que el gobierno nos permite usar nuestros derechos constitucionales para organizarnos", declaró Smalls.
Según una información del 1 de abril publicada por el medio progresista Vox, "Amazon reveló en una reciente presentación del Departamento de Trabajo que gastó alrededor de 4 millones de dólares en consultores laborales el año pasado [en su batalla contra los intentos de sindicación]. Durante las recientes campañas sindicales en Staten Island y Bessemer, Amazon y las empresas que ha contratado han creado sitios web antisindicales, han convocado reuniones obligatorias durante los turnos de los trabajadores para subrayar las desventajas de los sindicatos y han enviado frecuentes mensajes de texto a los trabajadores con mensajes antisindicales y los han animado a votar no".
Según Vox, "Amazon también ha realizado inversiones tecnológicas para rastrear y contrarrestar la amenaza de la sindicalización. Más atrás en el tiempo, en los primeros años de Amazon, la empresa comenzó a rastrear el potencial de sindicalización en cada uno de sus almacenes, construyendo un mapa de calor en Excel para identificar los puntos calientes en su red de cumplimiento que podrían ser más susceptibles a la actividad sindical, según un ex gerente de recursos humanos".
La tasa de sindicación, en mínimos históricos
Los datos de afiliación sindical están en mínimos históricos en el país
Según un comunicado de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos del pasado mes de enero, "en 2021, el número de trabajadores asalariados afiliados a los sindicatos siguió disminuyendo (241.000 menos que en 2020) y se situó en 14 millones, mientras que el porcentaje de afiliados a sindicatos fue del 10,3%". Los datos están en mínimos históricos en el país puesto que, como explica la propia Oficina en el comunicado, "en 1983, el primer año del que se dispone de datos sindicales comparables, la tasa de sindicalización era del 20,1%". Es decir, en 30 años, la tasa de afiliación ha caído un 50%. Y, es más, "en el sector privado", añade la nota, "la tasa de afiliación fue en 2021 del 6,1%".
Esta situación no siempre fue así. En los años 50 y 60, los años del desarrollo industrial americano, la tasa de afiliación fue superior al 30%. Según los datos de la cadena pública NPR, en 1964, estados como Michigan y Washington llegaron a tener una tasa de afiliación sindical del 44,8% y 44,5%, respectivamente, y más de una decena de estados superaba ampliamente el 30%.
Ahora no son sólo los trabajadores de Amazon, también los empleados de Walmart, de Target y de Dollar General le piden su ayuda
Smalls ha prendido la llama y está recibiendo mails de trabajadores y peticiones sindicatos desde todo lo ancho y largo de Estados Unidos. Según le cuenta al Washington Post, ahora no son sólo los trabajadores de Amazon, también los empleados de Walmart, de Target y de Dollar General le piden su ayuda. Le llegan tantas solicitudes a través de tantos canales que Smalls y su equipo han renunciado por el momento a hacer un seguimiento de todas ellas. No dan abasto. Sencillamente, cada vez más gente quiere formar parte de un sindicato y busca cómo contactar con Smalls, que tiene su mail en su cuenta de Twitter. "Acabamos de hacer que sindicarse mole muchísimo", dice.
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