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Las claves del acuerdo entre el FMI y Argentina para afrontar la deuda que dejó el Gobierno de Macri

La medida más polémica es la reducción de los subsidios a la energía.

Los manifestantes participan en una protesta contra el acuerdo alcanzado entre el gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Manifestantes participan en una protesta contra el acuerdo alcanzado entre el gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Alejo Manuel Ávila / Europa Press

Este jueves los gritos de protesta contra el nuevo acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) resonaron en la ciudad de Buenos Aires. El Congreso debatía el documento y los manifestantes llegaron a los alrededores del Parlamento, donde tuvieron lugar graves disturbios.

No es la primera vez que había manifestaciones en contra del acuerdo con el FMI, ya que durante todo el año y 2021 se han visto distintas concentraciones convocadas por organizaciones de izquierda y movimientos sociales. Pero, ¿por qué están en contra del acuerdo?

El presidente Alberto Fernández tenía hasta este mes de marzo para renegociar la deuda argentina, que contrajo Mauricio Macri y asciende a unos 45.000 millones de dólares. En 2022, Argentina tenía que pagar al FMI hasta 19.000 euros, pero el país no podía afrontar este dinero. 

Por ello, el Gobierno llevaba meses renegociando la deuda. El acuerdo se aprobó en el Congreso este jueves y el Gobierno sostiene que será positivo para la economía del país. El FMI, por su parte, consideró que el plan de pagos era "pragmático, realista y creíble".

Un nuevo crédito sometido a exámenes

El kirchnerismo se ha posicionado en contra del acuerdo porque considera que es un "ajuste final" y es que el acuerdo supone, en la práctica, un nuevo crédito. La diferencia al desembolsado con Macri es que el FMI solo desembolsará las cuotas si Argentina va aprobando exámenes trimestrales. Los pagos empezarán en 4 años y se extenderán desde ese momento por 10 años.

Reducción del déficit fiscal

Una de las condiciones es que Argentina baje el déficit fiscal primario hasta el 2,5% del PIB en 2022 (desde 3% con el que cerró el año pasado), al 1,9% en 2023 y al 0,9% en 2024. Según la previsión, habría equilibrio fiscal desde 2025 y superávit fiscal de 1,25% del PBI desde entonces, recoge el medio argentino Clarín.

Más impuestos y limitaciones a moratorias fiscales

Según indica el citado medio, se prevé una reevaluación fiscal de los inmuebles para generar mayores ingresos por la vía del impuesto a los bienes personales, además de imponer limitaciones a las moratorias fiscales. En concreto, "evitando amnistías fiscales que puedan deteriorar el cumplimiento tributario".

Reducir el dinero que recibe del Banco Central

Otra de las exigencias del FMI para equilibrar las cuentas es que se reduzca de manera gradual y constante la financiación que se recibe por parte del Banco Central. Deberá bajar a menos de un tercio este año respecto del año pasado: del 3,5% al 1%.

Reducir los subsidios a la energía

La medida más polémica ha sido la reducción de los subsidios a la energía, que en 2021 supusieron que el Estado desembolsase más de 11.000 millones de dólares, equivalentes a 2,3% del PIB. Se eliminarán los subsidios a los consumidores residenciales con mayor capacidad de pago, tanto en luz, como en gas.

Así, el 10% de la población con mayores ingresos deberá pagar el 100% del precio de la energía; para los sectores que reciben ayudas estatales el aumento será del 21,36%; para el resto de la población que está entre ambos extremos la subida será del 42,7%.

Combatir la elevada inflación

Combatir la elevada inflación, uno de los males endémicos de Argentina —cerró con un 50,9% en 2021—, es otro de los objetivos del acuerdo. La senda de expectativas incluye un descenso de cinco puntos por año, según el medio argentino La Nación: el promedio anual para 2022 está estimado entre 38% y 48%, para 2023 entre 34% y 42% y para 2024 entre 29% y 37%.

Sin medidas laborales o sobre la seguridad social

El acuerdo, sin embargo, deja más margen que otros realizados en el pasado. "El Gobierno podrá aumentar el gasto en infraestructura, ciencia y tecnología y promoción del empleo, sin reformas laborales ni previsionales. La reducción del déficit fiscal se plantea a partir de un aumento de los ingresos del Estado por mayor crecimiento de la economía y combate a la evasión", indica Página 12.




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