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Coronavirus El negacionista Trump se vacunó en secreto contra la covid antes de dejar la Casa Blanca

El expresidente de Estados Unidos manifestó su escepticismo sobre las vacunas en varias ocasiones durante su mandato. La ex primera dama Melania Trump también se vacunó en enero.

Fotografía de archivo del expresidente de EEUU Donald Trump junto a la ex primera dama Melania Trump.
Fotografía de archivo del expresidente de EEUU Donald Trump junto a la ex primera dama Melania Trump. EFE

El expresidente de EEUU Donald Trump y la ex primera dama Melania Trump se vacunaron en secreto contra la covid-19 en enero, poco antes de dejar la Casa Blanca, según ha confirmado este lunes el entorno del magnate a varios medios de comunicación.

La segunda dosis la recibieron cuando ya habían abandonado la residencia presidencial. No ha trascendido cuál de las vacunas aprobadas en aquel momento para uso de emergencia en EEUU -la de Moderna o la de Pfizer- les fue administrada.

Trump llegó a recomendar usar inyecciones desinfectantes para tratar de "limpiar los pulmones" de los infectados

La gestión de la pandemia durante el mandato de Trump estuvo marcada por sus continuos mensajes negacionistas del coronavirus. El exmandatario se negó a usar en público la mascarilla durante meses e incluso llegó a manifestar su escepticismo sobre las vacunas en varias ocasiones, lo que provocó que los expertos expresaran su preocupación por el efecto que pudieran tener sus palabras sobre la población. 

Las políticas de Trump en relación a la covid giraron sobre varios ejes: la politización del virus, la negación de la realidad y su empeño en abrir el país con los contagios disparados, y, por último, el empleo de medidas impactantes y de demostración de fuerza, pero al margen del criterio científico, para atajar la epidemia.

Sonada fue su recomendación de matar al virus en el cuerpo humano usando inyecciones desinfectantes para tratar de ''limpiar los pulmones'' de los contagiados. Trump siempre abogó por, en contra de las recomendaciones epidemiológicas, volver a la vida normal cuanto antes porque, decía, la epidemia desaparecería por sí sola. Incluso cuando parecía que daba marcha atrás y se rendía a algunas evidencias científicas, el magnate no dudó en organizar mítines con público en plena pandemia.

Tanto el expresidente como la ex primera dama contrajeron el coronavirus a finales de septiembre del año pasado. El mandatario pasó tres días hospitalizado debido a los síntomas que padecía. Fue dado de alta después de que se le administrara el cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron y el antiviral Remdesivir. En su regreso siguió menospreciando el coronavirus. En su primer acto tras abandonar el hospital, un mitin en la residencia presidencial, ni se exigió la distancia de seguridad ni el uso de la mascarilla. 

El magnate no se puso la vacuna cuando comenzó la campaña de vacunación en EEUU, como sí hicieron públicamente otros altos cargos como el vicepresidente Mike Pence. Un funcionario gubernamental dijo a mediados de diciembre que a Trump no se le administraría la vacuna hasta que se lo recomendara el equipo médico de la Casa Blanca.

La gestión de la pandemia por parte del exgobernante contrasta con la de Joe Biden, a quien le administraron en público ambas dosis de la vacuna

Sin embargo, el pasado domingo, en contraste con todo lo que había dicho en público hasta ahora, Trump aseguró en un discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés) que "todo el mundo debería ir a recibir su inyección". Era su primera intervención pública desde el fin de su mandato, el pasado 20 de enero. Quién sabe si ha cambiado de parecer. Quizás es que ya no necesita a los grupos negacionistas que le apoyaron durante la campaña electoral. O, simplemente, que la gestión de la vacunación ya no es su problema.

Si bien casi ningún país se caracterizó por reaccionar a tiempo a la pandemia, Estados Unidos tiene un récord en sentido contrario. Y lo ha batido varias veces. EEUU es el país más afectado por la covid-19. Han muerto más de medio millón de personas y más de 28,6 millones han sido contagiadas. La teoría de la conspiración fue una de las defensas más usadas por Trump para avalar su administración.

La gestión de la pandemia por parte del exgobernante contrasta con la de su sucesor, Joe Biden, a quien le administraron en público ambas dosis de la vacuna y animó a sus compatriotas a emular su ejemplo. A su llegada a la Casa Blanca, Biden se puso como meta administrar 100 millones de dosis en sus primeros 100 días en el cargo y frenar la propagación de la pandemia. Entre sus primeras medidas, el demócrata también suspendió la salida de EEUU de la Organización Mundial de la Ssalud, aprobada por Trump.

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