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Cosmovisión indígena digital: la mayor movilización virtual de los pueblos originarios brasileños
La 17ª edición del Acampamento Terra Livre, el principal evento indígena en Brasil, analizará durante el mes de abril temáticas como vacunación, demarcación territorial, pueblos aislados, mujeres indigenas e inclusión social en universidades.
Víctor David López
Río De Janeiro-Actualizado a
El año pasado, con la pandemia recién instalada en Brasil, el salto al mundo digital sorprendió a contrapié al Acampamento Terra Livre, el evento más importante de las comunidades indígenas brasileñas. Aún así, consiguieron organizar la 16ª edición con un meritorio despliegue a través de la red. Este año, acostumbrados a la distancia que exige la covid-19, ya está en marcha la 17ª edición, la mayor movilización virtual de su historia. Durante todo el mes de abril, el Acampamento Terra Livre transcurrirá en formato online, a través de las redes sociales de la Articulación de los Pueblos Indígenas Brasileños (APIB), con contenidos abiertos para todo el planeta.
Una oportunidad inmejorable para acercarse a su cosmovisión, la miscelánea de valores, creencias y técnicas de conocimiento que rigen la vida social de los pueblos originarios, girando siempre en torno a la Madre Tierra y a la profunda reflexión sobre su propia existencia. Reclaman el derecho a ser y a estar, y a avanzar por sus propios caminos y con su propia velocidad. Preferiblemente, sin que les ataquen en sus aldeas, sin que les desprecien cuando residen en zonas urbanas, sin que les descaractericen por el hecho de usar tecnología de última generación. Y, a ser posible, sin que los maten como los vienen matando a lo largo de las últimas décadas, con trágicas marcas en la actualidad, sobreviviendo en un estado de espanto permanente.
En la programación diaria del Acampamento Terra Livre se irán encajando, a través de las pantallas de teléfonos, tabletas u ordenadores, análisis y debates sobre tecnología indígena, transmisión de conocimientos, gestión territorial y ambiental, violencia doméstica, educación indígena y diversas muestras culturales. La primera semana se ha dedicado a la memoria del cacique Ângelo Kretã, asesinado en una emboscada en 1980.
La actualidad hace que el coronavirus y la campaña de vacunas empapen buena parte de estas jornadas. Antonio Eduardo Cerqueira de Oliveira, secretario ejecutivo del Consejo Indigenista Misionario (CIMI), admite para Público que la situación entre la población indígena brasileña es "peor de lo que se esperaba", con "más de 50.000 contagiados y más de 900 muertos".
El pueblo Jiahui se asienta a orillas del río Madeira, al sur del estado de Amazonas. Uno de sus representantes, Nicélio Rodrigues, es coordinador secretario de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB). Cuando llegó el momento de la vacuna, les tocó luchar contra la desinformación: "Ha habido propaganda engañosa sobre las vacunas, mentiras, fake news en las redes sociales, de personas a los que no les gustan los indígenas ni el derecho indígena. Hacemos campañas para orientar a nuestros hermanos".
Por si hubiera pocos obstáculos, solo los indígenas "aldeados" han sido incluidos dentro del grupo prioritario en el Plan Nacional de Vacunación, un menosprecio y una decisión cruel. "Esta tierra siempre fue de los indios", reclama Nicélio Rodrigues, "desde antes de que Pedro Álvares Cabral dijera que había descubierto Brasil [1500]. El Gobierno dice que hay indios fuera de su territorio, pero la verdad es que nunca hay indios fuera de su territorio". El paso de los indios a las ciudades es digno de un estudio extenso. Dejan atrás su tierra, que es parte de ellos, pero "cambia sobre todo el uso de la lengua madre, tenemos que adaptaros al portugués". Los Jiahui hablan Kagwahiva, dialecto del Tupí-Guaraní. Hay más de 150 lenguas indígenas en Brasil.
El coordinador de la COIAB explica, para este reportaje, que en la ciudad intentan seguir conservando "su cultura milenaria, ya que podemos hacer nuestros rituales en cualquier lugar, dentro de la selva o fuera", y que, dado que "el siglo XXI ha proporcionado herramientas que las aldeas no tienen", algunos tienen que salir "para luego regresar y difundir esos nuevos conocimientos".
El juicio del marco temporal y los pueblos aislados
Preocupa como nunca también la decisión vinculante del Tribunal Supremo en el proceso del territorio Ibirama-Laklanõ, en el estado de Santa Catarina, reclamado por el pueblo Xokleng. El denominado caso del Marco Temporal: el juicio que puede cambiar la historia de los indígenas brasileños, limitándoles las tierras pueden reclamar como suyas, desde cuándo pueden reclamarlas y los requisitos solicitados en la reclamación. "Tenemos esperanzas de salir victoriosos, y que la teoría del indigenato venza a la del Marco Temporal", comenta Cerqueira de Oliveira. Los que defienden el Marco Temporal piden que los indígenas solo puedan reclamar tierras que estuvieran pertinentemente documentadas como suyas en la fecha de la publicación de la Constitución Federal, 5 de octubre de 1988.
Como anticipo, la buena noticia para ellos es que, en otro de los casos emblemáticos, el Supremo acaba de acoger el recurso del pueblo Guaraní Kaiowa para lograr la demarcación de la tierra indígena Guyraroka, en el estado de Mato Grosso do Sul. Los Guaraní Kaiowa no fueron escuchados en el proceso que, en 2016, anuló esta demarcación, dejando el territorio en manos del agronegocio. Se les denegó el derecho a Justicia. Tras esta pequeña victoria, anuncia el secretario ejecutivo de CIMI, volverán a la carga para presionar y que antes de acabar el primer semestre del año se oficialice la tan ansiada decisión vinculante del Supremo para frenar la tesis del Marco Temporal.
La situación de los pueblos aislados, sin ningún tipo de contacto con otros grupos ni con población no india, será tratada también en el Acampamento Terra Livre. Los registros oficiales hablan de 114 pueblos aislados en Brasil, fundamentalmente en la Amazonia. "Por ley, existen barreras sanitarias para que no haya contacto con ellos, y monitoramiento diario para evitar invasiones", explica Dinamam Tuxá, coordinador ejecutivo de la Articulación de los Pueblos Indígenas Brasileños (APIB). "De momento, no hay sospechas de contagio de la Covid-19 en estos pueblos, pero sí en alguna aldea de las proximidades". Nadie entrará en contacto con ellos mientras no se tenga seguridad de que realmente el virus les ha alcanzado.
La mentalidad de que bajo las aldeas de estos y otros pueblos hay mucha riqueza por explotar la lleva difundiendo el presidente Jair Bolsonaro desde su época de diputado federal. Según él, sus apoyadores y sus seguidores, los pueblos indígenas podrían participar en los beneficios generador por las riquezas de sus territorios, "como en Estados Unidos". Dinamam Tuxá pertenece al pueblo Tuxá, que está esparcido en tres núcleos en los municipios de Rodelas e Ibotirama (estado de Bahía), e Inajá (estado de Pernambuco). En su opinión, "Bolsonaro intenta a toda costa flexibilizar la legislación para intentar ganar capilaridad política, como si nosotros quisiéramos ese modelo de explotación". La bancada parlamentario del agronegocio y de los madereros, buscan constantemente tramitar proyectos legislatvos: "Su jugada es colocar a indígenas contra indígenas, como en el proceso de colonización".
No será un 2021 fácil para los pueblos originarios, con los procesos administrativos de demarcación de territorios parados, con aumento de invasiones, sobre todo por garimpeiros en la región norte, y con la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), que fue creada para defender sus derechos, ahora en manos bolsonaristas. Sin embargo, nadie mejor que ellos para dar lecciones de resistencia. La mayor movilización virtual de la historia indígena brasileña podrá el punto y final, la última semana de abril, con una reunión nacional de mujeres indígenas, y con conversaciones en torno a la inclusión social en universidades, jóvenes comunicadores, criminalización de prácticas tradicionales y reparación de las barbaries de la dictadura militar (1964-1985).
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