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Ed Miliband niega el giro a la izquierda

El líder laborista afirma que los sindicatos no lo controlarán

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Ed Miliband empleó ayer su primer día como líder del Partido Laborista para dejar claro que no hay hilos que le manejan por encima. 'No soy el hombre de nadie', dijo con seguridad en una entrevista en la BBC.

Desde los medios de comunicación conservadores, los comentarios eran casi unánimes. La elección de Miliband, como consecuencia del reforzamiento del poder de los sindicatos en el laborismo, pone las cosas muy fáciles a los conservadores para repetir su victoria en las próximaselecciones. Algunos ya la dan por hecha.

Aún no se sabe si su hemano David aceptará continuar en política

Miliband se apresuró a desmentir estos prejuicios e incluso negó que su triunfo sea un indicio del deslizamiento ideológico del partido: 'Esto no tiene que ver con ningún giro a la izquierda. En absoluto. Procedo del centro de la política. Todo esto tiene que ver con definir dónde está ese centro'.

A la espera de que defina la localización exacta de ese centro, el nuevo líder se ocupó de pedir 'responsabilidad' a los sindicatos en sus movilizaciones contra la política económica del Gobierno. 'La huelga es el último recurso', dijo.

Fueron los votos de los militantes de los sindicatos los que desequilibraron la balanza en su favor a expensas de su hermano David.

El líder rechaza la retórica 'exagerada' en la oposición al Gobierno

La diferencia en el colegio electoral fue muy escasa, 1,3 puntos, pero más evidente al computar todos los sufragios. Ed recibió 175.519 votos y David, 147.220.

Los laboristas comentaron ayer que cuando el primer ministro, David Cameron, ganó las primarias de su partido obtuvo 134.000 votos.

A Ed Miliband le preguntaron por su hermano sin que la respuesta sirviera de mucho. David aún no ha decidido si seguirá en política, aunque es lo más probable. Tiene hasta el miércoles para decidir si presenta su nombre a la votación de los miembros del gabinete en la sombra que apoyará al líder. Los nombres saldrán de la decisión del congreso laborista, y será Ed el que les asigne carteras concretas.

Al nuevo líder, le interesa que el ex ministro de Exteriores acepte continuar en la dirección socialista, quizá con la responsabilidad de llevar la política económica. De lo contrario, el elegido podría ser Ed Balls, tercero en las primarias laboristas, que ha demostrado muy poco interés en apoyar una reducción importante del déficit presupuestario.

Miliband se opondrá con firmeza a la reducción del gasto público que prepara el Gobierno de Cameron. Sin embargo, ayer quiso controlar las riendas del partido con un aviso a los que piden, especialmente en los sindicatos, una confrontación total.

'No lo conseguiremos con una retórica exagerada o con una actuación irresponsable'. En otras palabras, no quiere que se repita el 'heroico fracaso' de los sindicatos en los años de Thatcher.

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