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Emergencia por el Coronavirus Chile cambia el ministro de Salud para enfrentar la etapa más dura de la pandemia

La revelación de 2.000 fallecidos que no aparecen en las cifras informadas a la opinión pública provoca la dimisión de Jaime Mañalich.

Fotografía cedida por la Presidencia de Chile del presidente de Chile, Sebastián Piñera (i), saludando al nuevo ministro de Salud, Enrique París (d), durante la toma de posesión este sábado en el Palacio de La Moneda en Santiago. /EFE
Fotografía cedida por la Presidencia de Chile del presidente de Chile, Sebastián Piñera (i), saludando al nuevo ministro de Salud, Enrique París (d), durante la toma de posesión este sábado en el Palacio de La Moneda en Santiago. /EFE

102 días al frente de la pandemia alcanzó a estar el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich: "Es mi deber republicano dar un paso al costado", ratificó este sábado tras una inesperada ceremonia de cambio de gabinete.

Vinculado al círculo más cercano al presidente, de quien además es su médico personal, Mañalich se consideraba uno de los intocables de Sebastián Piñera. Aunque en las últimas semanas se abrieron distintas oportunidades para removerlo, como la dimisión de la ministra de la Mujer y un ajuste de varios cargos en el comité político, Mañalich nunca se tocó. Al contrario, el presidente siempre lo respaldó en todas sus decisiones. Hasta este sábado. Tras meses de oídos sordos a las críticas y cuestionamientos a la gestión de la emergencia desempeñada por el exministro, incluso desde su propio sector, finalmente, Piñera le aceptó la renuncia.

El manejo de la crisis sanitaria en Chile ha sido polémica desde el primer día por las formas y decisiones del Mañalich. Pero la gota que colmó el vaso fue la noticia que trascendió la noche del viernes y que reveló que en los informes diarios que el Ministerio reporta a la opinión pública se han ocultado más de 2.000 fallecidos que sí se han informado a la OMS.

Tras conocerse la información, los líderes de todos los partidos de oposición solicitaron un "cambio urgente en la cabeza del Ministerio de Salud", que acabó por llegar en el peor momento de la epidemia: con casi 180.000 contagiados, más de 3.300 personas fallecidas y una ocupación de camas críticas de alrededor del 90%. Chile lidera la tasa de incidencia de los países de Sudamérica y en menos de 10 días ha aumentado en 0,8 puntos su tasa de letalidad (1,9).

Mañalich se despidió del cargo anunciando una "una nueva etapa de la lucha contra el virus" para la que, dijo, se requiere "un nuevo liderazgo". A su lado, estaba el elegido por el presidente para ello, Enrique Paris, médico cirujano, expresidente del Colegio Médico y detractor de quien encabeza ese órgano en la actualidad, la doctora Izkia Siches, que ha apuntado duramente contra las decisiones del gobierno.

“Una versión muy exitista”

Hace unas semanas, fue el propio Mañalich quien reconoció que sus estrategias para enfrentar el virus se "derrumbaron como castillo de naipes" y quedó totalmente en entredicho la fórmula aplicada por el Ministerio.

Las principales críticas que ha recibido su gestión recaen en el anuncio de volver a la "nueva normalidad" o "retorno seguro" cuando el país apenas llevaba unas pocas semanas de cuarentenas parciales, limitadas solo a barrios o municipios concretos, en función de la tasa de contagios y el ritmo de propagación del virus. Guiado por la precipitada conclusión que la curva de contagios se había convertido en "una meseta", decidió relajar el mensaje. El gobierno instruyó a los funcionarios públicos a volver a sus puestos de trabajo, se abrieron los centros comerciales e incluso se habló de regresar al colegio.

Las principales críticas que ha recibido su gestión recaen en el anuncio de volver a la "nueva normalidad" o "retorno seguro"

A principios de mayo, pero, los casos se dispararon y el ministro tuvo que echar marcha atrás. Culpó, entonces, a la ciudadanía del aumento de contagios. "Hubo errores ahí por una versión muy exitista y por haber dado señales poco claras a la población, lo que provocó que la gente se relajara y no respetara las medidas de distanciamiento social, autocuidado y cuarentena", indica la doctora Muriel Ramírez, epidemióloga de la Universidad Católica del Norte y miembro del directorio de la Sociedad Chilena de Epidemiología (Sochepi). "Ha faltado una campaña comunicativa educativa", añade.

Otro motivo de confusión para la opinión pública han sido los distintos cambios en los criterios de conteo de fallecidos. El exministro modificó las pautas hasta dos veces en menos de 15 días sin ser capaz de explicar y convencer de las razones de las nuevas estadísticas que, además, reflejaban un aumento considerable de los muertos diarios respecto al método de recuento anterior. A estas alturas, el titular de Salud estaba ya bajo la lupa.

La Fiscalía le pidió aclarar sus criterios, el Congreso aprobó una comisión investigadora en la Cámara de Diputados por las cifras de fallecidos y sectores de la oposición estudian ahora acciones judiciales en caso de que se establezcan irregularidades en la contabilización y datos entregados por su cartera.

Luis Enberg: "Aunque en el último tiempo se había avanzado en eso, nos faltaba tener más información"

Las críticas por la falta de transparencia en los datos del Ministerio de Salud han sido transversales entre expertos del ámbito de las ciencias, la sociedad civil y el mundo político. "Aunque en el último tiempo se había avanzado en eso, nos faltaba tener más información porque la medicina necesita de los datos para poder tomar decisiones. Eso faltó en un comienzo, pero lentamente se fue corrigiendo", señala el doctor Luis Enberg, presidente de la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia.

Cambio de tono

Enrique Paris adelantó en la toma de posesión como ministro Salud que el suyo será un "ministerio de continuidad". Explicó que en su gestión buscará acuerdos y recibirá "opiniones divergentes". Paris, que se sabe buen comunicador, llamó al diálogo de "toda la comunidad científica" e invitó a todo el gremio de la salud a reunirse y trabajar en conjunto. En sus primeras ruedas de prensa se lo ha visto acompañado de expertos y alcaldes, en una clara señal de apertura, y resaltó el rol de la prensa, con quien su antecesor se había enfrentado en varias ocasiones.

Sin embargo, el desafío que tiene por delante es mayúsculo para recuperar la credibilidad de la ciudadanía en las autoridades sanitarias. Ha quedado claro que no lo tendrá fácil durante las pocas horas que lleva en el cargo. En su primer día como nuevo ministro tuvo que emitir una declaración pública para rechazar unas acusaciones de abuso sexual y económico que un testimonio difundió en su contra por redes sociales. En general, pero, el gremio de la Salud ha acogido su llegada con ánimo para reconducir la crisis sanitaria.

"Desde la comunidad médica y científica se ve con buenos ojos la incorporación de las otras visiones que ha hecho el ministro", sostiene la doctora Ramírez

"Desde la comunidad médica y científica se ve con buenos ojos la incorporación de las otras visiones que ha hecho el ministro", sostiene la doctora Ramírez. Según ella –y coincide, también, el doctor Enberg–, la prioridad pasa ahora por "cortar el contagio y hacer efectiva la trazabilidad y el seguimiento de casos y contactos en terreno, es decir, desde los servicios de atención primaria". Para ello, precisa, será necesario destinar recursos a los muncicipios y enfocarse en una estrategia "más preventiva y menos reactiva". Mientras, las medidas estrictas de confinamiento seguirán, en el medio plazo.

Según las estimaciones del nuevo ministro, la cuarentena que rige en la Región Metropolitana desde el 15 de mayo se alargará por lo menos todo lo que queda de mes. Chile vive hoy el momento más crítico de la pandemia y, ante tan arduo escenario, Enrique Paris ya ha advertido: "En junio viene lo peor".

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