El Gobierno de Finlandia se plantea modificar su legislación fronteriza con el objetivo de construir barreras en su frontera oriental con Rusia. La medida abordada pretende reforzar su preparación contra las amenazas híbridas por la guerra rusa contra Ucrania.

La zona fronteriza de Finlandia, que cuenta con un amplio historial de conflictos con el vecino ruso, se encuentra cubierta de bosques y marcada únicamente por señales y líneas de plástico en la mayor parte de sus 1.300 kilómetros de longitud.

El Ejecutivo finlandés se ha apresurado a reforzar su seguridad fronteriza ante el temor del país solicitante a ingresar en la alianza militar occidental de la OTAN. De esta forma, el país teme que el mandatario Vladimir Putin intente presionar al territorio enviando solicitantes de asilo a sus fronteras.

Las alertas han surgido a raíz de la denuncia impuesta por la Unión Europa contra Bielorrusia por dejar que cientos de migrantes de Oriente Medio, Afganistán y África quedasen atrapados en la frontera polaca.

Las enmiendas del Gobierno legislativo incluyen una propuesta que permite concentrar la recepción de solicitudes de asilo en específicos puntos de entrada. Según las normas de la comunidad internacional, los migrantes tienen derecho a pedir asilo en cualquier punto de entrada para acceder a un país miembro de la Unión Europea.

Estas enmiendas también permitirían la construcción de vallas como barreras y nuevas carreteras para facilitar el patrullaje fronterizo en el lado finlandés. "Más adelante, el Gobierno decidirá sobre las barreras fronterizas en las zonas críticas de la frontera oriental, basándose en la evaluación de la Guardia de Fronteras finlandesa", señaló la ministra de Interior, Krista Mikkonen, en un comunicado.