Más genocidio, la respuesta de Israel a la presión internacional para poner fin a la guerra
La matanza en un escuela de la ONU en Gaza es la respuesta israelí a la presión de la justicia internacional contra el genocidio palestino, a la que ahora se suma España.
España se ha incorporado a la causa por genocidio abierta por Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ). El anuncio, realizado por el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, tuvo lugar pocas horas después de que el ejército israelí bombardeara una escuela de la UNRWA en Gaza y matara a decenas de personas.
A pesar de las llamadas internacionales, encabezadas incluso por Washington, el mayor aliado de Tel Aviv, para que se imponga una tregua en Gaza, Israel ha incrementado sus ataques en toda la Franja y ha amenazado, además, con llevar la guerra al vecino Líbano contra la organización proiraní Hizbulá, aliada de las milicias palestinas de Hamás.
De momento, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha advertido de que el ejército de Israel prepara una "acción muy fuerte" en el norte contra Hizbulá, amenaza respaldada por el anuncio de movilización de 50.000 reservistas más. Esas palabras han sido corroboradas por el jefe del Comando Norte del Ejército israelí, el mayor general Ori Gordin, quien afirmó este jueves que sus tropas están listas ya para una "guerra total" con Hizbulá.
La nueva matanza desecha la propuesta de tregua de EEUU
Esta amenaza con extender la guerra de Gaza al Líbano y el ataque al centro de refugiados son las respuestas de Israel también al plan de una tregua formulado esta semana por Estados Unidos y a la que Netanyahu ya adelantó que solo habrá un alto el fuego permanente cuando el ejército israelí acabe totalmente con Hamás.
Israel ha bombardeado una escuela de UNRWA causando más de 40 muertos
El bombardeo del campamento de refugiados de Nuseirat se saldó este jueves con al menos cuarenta víctimas mortales. La mayor parte murieron en el ataque indiscriminado contra una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) donde había alojadas más de medio millar de personas, que dormían en el momento del bombardeo.
"El ejército de ocupación mató a 40 desplazados en la masacre de Nuseirat, entre ellos 14 niños y 9 mujeres, e hirió a otras 74 personas, entre ellas 23 niños y 18 mujeres", informó el Gobierno de la Franja de Gaza sobre esta nueva masacre en una guerra en la que ni las presiones internas ni las externas parecen influir para detenerla.
Ensañamiento con la UNRWA
El ejército israelí alegó que había células de Hamás parapetadas en la escuela de la UNRWA. Esta oficina de la ONU, que asiste a seis millones de palestinos, no solo en los territorios de Gaza y Cisjordania, sino también en el Líbano, Jordania y Siria, se ha convertido en el blanco del extremismo israelí, empeñado en frustrar cualquier apoyo internacional a la población palestina.
Cerca de 37.000 personas han muerto en Gaza desde el inicio del conflicto
En un territorio donde han muerto ya por esta guerra cerca de 37.000 personas, la mayor parte mujeres y niños, y hay 10.000 más desaparecidas bajo las ruinas, y que se ha convertido en un auténtico infierno para la supervivencia de los 2,4 millones de gazatíes, la actividad de la UNRWA es fundamental, con la ayuda que proporciona, sus centros médicos y sus escuelas convertidas en refugios para decenas de miles de desplazados.
Para acabar con la presencia de la UNRWA en los territorios palestinos, Israel ha amenazado con declararla una organización terrorista. De momento, la Autoridad de Tierras de Israel le ha dado a esa oficina de la ONU un mes para desalojar su sede en Jerusalén este.
En enero pasado, Israel acusó a una decena de empleados de la UNRWA de haber participado en los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre. El Gobierno israelí también indicó que más de 200 trabajadores de la UNRWA estaban vinculados con Hamás. No se pudo demostrar ninguna de estas acusaciones.
Ofensiva en toda la Franja
Pero el ataque al campo de refugiados de Nuseirat no fue el único en las últimas jornadas. También fueron bombardeados por el ejército israelí los campos de desplazados de Bureij y Maghazi, también en el centro de Gaza, así como Ciudad de Gaza, capital de la Franja, Jan Yunis, otra ciudad casi reducida a ruinas, y Rafah, donde continúa la ofensiva final israelí en el sur de ese territorio palestino.
Los hospitales están al borde del colapso y con el triple de pacientes que deberían tener
Todos estos ataques han puesto al borde del colapso los hospitales gazatíes, especialmente el de los Mártires de Al Aqsa, en Deir Al Balah, con cortes continuos de energía y con el triple de pacientes del máximo que debería tener. Éste es el único hospital que funciona en el centro de Gaza y ha de atender a un millón de personas.
En mayo pasado, un ataque similar contra otro campamento de desplazados en Rafah causó la muerte de otras 45 personas. "Atacar, tomar como objetivo o utilizar edificios de la ONU con fines militares es un flagrante desprecio del derecho internacional humanitario”, afirmó después del bombardeo del campo de desplazados de Nuseirat el comisionado especial de la UNRWA, Philippe Lazzarini.
Netanyahu, revuelto contra las presiones internas y externas
Con sus ataques indiscriminados contra la población palestina y las agencias de la ONU, las acciones de Netanhayu cada día parecen más una huida hacia delante para mantenerse en el poder, acosado en el interior de su país e internacionalmente. No se entendería de otra forma su vesania a la hora de ordenar esas masacres en campamentos de desplazados o instalaciones de la ONU. Ya ha habido 149 ataques de este tipo desde que comenzó la guerra.
Dentro de esas presiones internas, se han generalizado en las calles israelíes las manifestaciones y protestas que demandan la salida de Netanyahu del Gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones por su pésima gestión de la liberación de los rehenes que permanecen en manos de Hamás en Gaza.
Estados Unidos y otros 16 países pidieron alcanzar un acuerdo para liberar a esos rehenes
Aún quedaría un centenar de los 240 secuestrados por Hamás el 7 de octubre en territorio israelí, cuando esa organización islamista asesinó a 1.200 personas en su incursión. Una treintena de esos rehenes habrían muerto asesinados por Hamás o por las propias bombas israelíes durante la invasión de la Franja, y otros cien fueron liberados en noviembre pasado en la única tregua, de siete días, que ha habido en esta guerra.
En una declaración conjunta hecha pública este jueves, Estados Unidos y otros 16 países cuyos ciudadanos fueron secuestrados por Hamas el 7 de octubre pidieron a Israel y a la milicia palestina que alcancen un acuerdo para liberar a esos rehenes.
"Es hora de que la guerra termine", según pide la declaración, que además apuesta por el plan de alto el fuego en tres fases que difundió la Casa Blanca la semana pasada como punto de partida para alcanzar una paz duradera.
División en el seno del Gabinete de Netanyahu
Además, el primer ministro israelí afronta la creciente división en su Gobierno de crisis entre los más moderados, liderados por Benny Gantz, que también piden un adelanto electoral, y los extremistas del Likud y otros grupos ultranacionalistas.
Los extremistas del Likud abogan por llevar la guerra hasta las últimas consecuencias
Estos abogan por llevar la guerra hasta las últimas consecuencias y erradicar a todos los palestinos de Gaza, bien por su destrucción directa o propiciando su expulsión a otros países. Algunos de los halcones ultraortodoxos y ultranacionalistas defienden la ocupación por colonos israelíes de una Gaza de donde hayan sido expulsados todos los palestinos.
Los extremistas del Gobierno israelí ya han amenazado con romper el Gabinete de emergencia si se intenta pactar con Hamás y no se concluye la conquista total de Gaza y la destrucción de esas milicias palestinas hasta el último de sus combatientes.
España se suma a la causa contra Israel en la CIJ
En el exterior, a las críticas internacionales a las matanzas de palestinos protagonizadas por el ejército israelí en esta contienda, se une la petición de la fiscalía general de la Corte Penal Internacional de una orden de detención del propio Netanyahu y del ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y de lesa humanidad, entre ellos el uso del hambre como instrumento de guerra.
También está la causa abierta contra Israel por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la demanda presentada en diciembre por Sudáfrica y que acusa a Israel de presunto delito de genocidio en Gaza.
Biden cree que Netanyahu está alargando la guerra para su propio beneficio político
España, que la semana pasada reconoció el Estado palestino, ahora ha decidido intervenir en esta causa ante la CIJ, según anunció el ministro Albares. "Nuestro objetivo es doble. Que la paz vuelva a Gaza para volver al orden internacional" y, a la par, "pedimos una vez más el cese de los bombardeos de Israel", subrayó Albares. En Europa, Irlanda y Bélgica también se han personado en la causa contra Israel en la CIJ.
Según el ministro español, Israel ha incumplido las medidas cautelares que estableció ese máximo tribunal de la ONU el pasado 24 de mayo. Entonces la CIJ ordenó a Israel "detener de forma inmediata" la ofensiva de su ejército en Rafah, la ciudad del sur de Gaza donde continúan las operaciones armadas y cuya conquista, una vez se complete, habrá puesto a toda la Franja bajo la bota israelí.
Albares recordó que Israel tampoco cumplió el mandato de la CIJ de permitir el acceso de ayuda humanitaria a Gaza, sometida a una hambruna por las operaciones militares israelíes.
Advertencia de Biden
Algunas de las críticas más serias a la actuación de Netanyahu en los últimos tiempos se están sucediendo en Estados Unidos, su principal "abogado" ante los tribunales internacionales.
Así, el presidente Biden reconoció en una entrevista reciente la batalla desesperada de Netanyahu por su supervivencia política a cualquier precio. Según Biden, hay muchas razones para creer que el líder israelí está alargando la guerra para su propio beneficio político y eso supone un gravísimo riesgo.
"La guerra indefinida en pos de una noción no identificada de 'victoria total'... sólo conseguirá empantanar a Israel en Gaza, agotando los recursos económicos, militares y humanos, y profundizando el aislamiento de Israel en el mundo", advirtió Biden.
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