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"La gente de Haití ha perdido lo poco que tenía"

Una nueva catástrofe natural, el huracán Matthew, vuelve a golpear un país que todavía trata de recuperarse de los estragos del terremoto de 2010. Trabajadores de ONG españolas alertan de la grave situación a la que se enfrenta la población haitiana.

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Un hombre recoge agua de una zona destrozada por el huracán Matthew, en Cavaillon, Haití. - REUTERS

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MADRID.- La naturaleza ha vuelto a cebarse con Haití. Más de 800 personas han muerto como consecuencia del paso del huracán Matthew, que, según las primeras estimaciones, ha causado daños en el 80% de las viviendas de la zona sur y ha dejado más de un millón de afectados. El ciclón, con vientos de más de 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales, ha golpeado con especial virulencia un país que todavía lucha por sobreponerse del devastador terremoto de 2010.

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Cruz Roja calcula que son necesarios seis millones de euros para poder combatir la situación de emergencia en las zonas más devastadas,  donde miles de personas necesitan de forma urgente ayuda humanitaria

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"Haití es muy frágil y está muy expuesto a desastres naturales. Estamos llevando a cabo evaluaciones para analizar los daños y poder adaptar la respuesta", comenta a Público Hugo Gimbernat, jefe de la delegación de Cruz Roja España en el país, que recalca que lo más urgente es poder hacer llegar comida, kits de higiene y garantizar puntos de acceso a agua potable. "De momento, ante los problemas de logística, estamos haciendo los repartos por helicóptero, lo que supone un desafío aún mayor", subraya.

Una zona inundada en Corail, Haití, por las lluvias ocasionadas por el huracán Matthew. - REUTERS

De hecho, según el delegado de Cruz Roja España, Haití ha perdido toda la producción agrícola de este año. Ante ello, incide Gimbernat, es necesario apoyar a este sector y al de la pesca, que también ha sufrido importantes pérdidas.  Haití ante este panorama, advierte Agejas, se asoma a la amenaza de una hambruna. "La gente está en una situación de bastante necesidad. El país todavía no se ha recuperado del terremoto que causó unos 300.000 muertos. Antes del huracán ya había más de 60.000 personas viviendo en campamentos de desplazados. Ahora con todo el agua que ha caído, con las inundaciones en las zonas bajas, la gente ha perdido lo poco que tenía", se lamenta.

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"El cólera nunca se ha ido y ahora se va a producir un repunte. Lo más urgente es repartir purificadores de agua, jabones, cubos... elementos básicos, pero que aquí salvan vidas"

La trabajadora de Oxfám Intermón hace hincapié en uno de los mayores desafíos que habrá que hacer frente tras el huracán: las enfermedades relacionadas por la falta de saneamiento del agua, como el cólera o las diarreas, y las derivadas de las picaduras de mosquitos, casos del zika o la malaria. "El cólera ─tras el brote surgido en 2010─ nunca se ha ido y ahora se va a producir un repunte", avisa Agejas. "Lo más urgente es repartir purificadores de agua, jabones, cubos... elementos básicos, pero que aquí salvan vidas", defiende. En este punto, Gimbernat, de Cruz Roja, recuerda que el ciclón ha dañado multitud de instalaciones y ha dejado inutilizables el acceso a agua limpia.

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