Este artículo se publicó hace 2 años.
Giorgia Meloni aún no es la primera ministra de Italia: este es el camino que deberá recorrer para alcanzar el cargo
Tras las elecciones se abre un largo proceso para que la líder ultraderechista pueda hacerse con la Presidencia del Consejo de Ministros, donde el jefe de Estado, Sergio Mattarella, tendrá un papel fundamental.
Madrid-Actualizado a
El partido fascista Hermanos de Italia, capitaneado por Giorgia Meloni, se ha convertido en la primera fuerza política del país, por lo que su candidata podría ser nombrada como primera ministra, siendo la primera mujer que ocupa este cargo en la historia de la democracia italiana. Aunque la extrema derecha ya ha formado parte de anteriores Gobiernos italianos, nunca ha llegado a presidir el Consejo de Ministros.
Sin embargo, el camino no será fácil en un país marcado por la inestabilidad política y donde los Ejecutivos apenas alcanzan los dos años de duración. En estos últimos nueve años, ha habido cinco primeros ministros y todos ellos han tenido que conformar bloques de apoyo definidos por una amalgama de partidos diversos y, en algunos casos, que han superado el tradicional eje izquierda-derecha.
En 2018, el Movimiento 5 Estrellas pasó de gobernar con la extrema derecha de la Liga, de Matteo Salvini, a constituir un Gabinete coaligado con el Partido Democrático y otras formaciones de centroizquierda. Por tanto, el camino de Meloni no va a ser ni mucho menos sencillo.
En primer lugar, por el proceso institucional que deberá atravesar para convertirse en primera ministra. En segundo lugar, porque se verá obligada a compartir el poder no solo con Salvini, también con Silvio Berlusconi. Las relaciones personales entre estos líderes no pasan su mejor momento más allá de la unión por el interés electoral.
El proceso de elección
El presidente de la República, Sergio Mattarella, deberá en una fase preparatoria, reunirse con los líderes de las coaliciones o los partidos políticos que han obtenido representación en el Parlamento. En algunos casos, estos encuentros se limitan a aquellos que tienen capacidad real de formar un Gobierno.
El jefe de Estado por costumbre "no es jurídicamente libre en la elección"
Mattarella deberá encomendar el encargo de convertirse en primer ministro y formar su propio Gabinete a aquel político que pueda cosechar tanto en la Cámara como en el Senado los apoyos suficientes para poder ser designado. Lo más probable es que el presidente italiano señale a Meloni para tratar de conformar el Consejo de Ministros, ya que el jefe de Estado de manera consuetudinaria "no es jurídicamente libre en la elección del responsable, estando obligado a identificar una personalidad política capaz de formar un Gobierno que cuente con la confianza del Parlamento". Después, el presidente no puede interferir en el proceso ni recovar el mandato asignado por razones políticas.
La persona designada para el encargo de formar Gobierno deberá reunirse con las formaciones políticas para asegurarse de que tiene los apoyos necesarios. Una vez hecho esto, tendrá que reunirse de nuevo con Mattarella y trasladarle que cuenta con el sustento necesario para aceptar el encargo de constituir un Gobierno. En ese momento, el presidente le nombrará oficialmente primer ministro y también nombrará a los ministros propuestos por el nuevo primer ministro. Se hará entonces el traspaso de carteras entre los antiguos representantes del Consejo y los nuevos nombramientos.
Sin embargo, el trámite aún no ha terminado: el nuevo Gobierno debe someterse a la confianza del Parlamento, de las dos cámaras. Ahí, el Ejecutivo presentará su programa político. A continuación, los parlamentarios votarán si están a favor o en contra del Gabinete y el proyecto que representa. El nuevo Gobierno puede salir adelante con una mayoría simple.
Tras la elección, viene lo difícil: mantener la estabilidad
En Italia, no obstante, esto puede ser el trámite sencillo respecto a mantener la estabilidad durante toda la legislatura, pues para que el Consejo de Ministros pueda desplegar su agenda de Gobierno necesitará armar constantemente mayorías absolutas. A esto hay que añadir las reticencias entre los que previsiblemente serán socios de Gobierno. Berlusconi tuvo como ministra a Meloni y ahora la tendrá como líder del Ejecutivo.
La prensa italiana ha destacado la condescendencia permanente con la que el líder de Forza Italia trata a Meloni. Por no hablar de las fricciones de Salvini con el partido de Meloni. La Liga y Hermanos de Italia compiten al fin y al cabo por el mismo espacio electoral, que fue el que en otros encuentros electorales ha aupado al líder ultraderechista. Por no hablar de las declaraciones de Berlusconi sobre Salvini durante el proceso electoral: "Tuve una amistad fructífera con Matteo. Necesita ponerse un poco derecho, él tampoco ha trabajado nunca, así que intentaré ser un guía de Gobierno".
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