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Guerra en Siria Moscú asegura que no hay crisis con Damasco a pesar de las "intrigas"

Las informaciones que circulan desde abril apuntando a una grave crisis entre los dos países parecen obedecer a una campaña para quebrar el vínculo entre Moscú y Damasco.

El presidente ruso Vladimir Putin./ Reuters
El presidente ruso Vladimir Putin./ Reuters

eugenio garcía gascón

En distintos medios rusos, árabes, israelíes y occidentales se siguen publicando a diario informaciones que ponen en cuestión las relaciones entre Rusia y Siria, llegando a subrayar que el Kremlin está dispuesto a sacrificar al presidente Bashar al Asad si éste no accede a las demandas las potencias regionales e internacionales de establecer un diálogo con la "oposición" que acabe metiendo al país en la órbita occidental.

El origen de las informaciones se encuentra en un par de "centros de estudios estratégicos rusos" de orientación liberal y proccidental, que estarían colaborando con James Jeffrey, el enviado especial de Washington, quien trabaja duro con la "oposición" para defenestrar a Asad por medio de presiones políticas y económicas. La frustración de Jeffrey para lograr su objetivo le ha conducido a insultar públicamente y de manera continuada a Asad.

Jeffrey ha sugerido que los Estados Unidos han llegado a un acuerdo con Moscú que cambiará la situación en Siria, aunque no ha aportado información concreta en ese sentido. Algunos analistas regionales dicen que es probable que se trate de otra maniobra psicológica de rumores creados con el fin de debilitar y desestabilizar al gobierno de Damasco y fomentar una pérdida de confianza por parte de la población.

La primera noticia de la campaña apareció el 13 de abril en la Agencia de Noticias Federal rusa, donde se acusó de corrupción a Asad y a su esposa Asma y se dio cuenta de una encuesta de opinión en la que la mayoría de la población siria habría respondido que está contra su presidente. Poco después, el 17 de abril, un artículo publicado por un exembajador ruso en Argelia sugería que existe un acuerdo entre Rusia, Turquía e Irán para "defenestrar a Asad".

Estos informes desaparecieron de las páginas web casi inmediatamente después de publicados. En una ocasión se comentó que las páginas de internet habían sido intervenidas por extremistas turcos, considerando que Turquía ha sido durante los últimos años uno de los países que con más saña ha atacado a Asad. De hecho, una de las páginas mencionadas en los últimos días ha publicado artículos favorables al presidente sirio.

Las dos webs implicadas en los ataques suelen dar informaciones favorables al Kremlin, aunque en otras ocasiones se distancian de las políticas de Vladimir Putin. Se ha señalado que ambas a menudo publican artículos favorables a las potencias occidentales, y también que las dos mantienen relaciones con poderosos hombres de negocios "mafiosos" con importantes intereses económicos en Siria.

La implicación del Kremlin en esas informaciones, como se apuntó en un principio, es dudosa. Ni Putin ni el Kremlin han dado ninguna indicación de que las noticias les hayan agradado, aunque también es cierto que Putin no ha intervenido públicamente para condenarlas o para aclarar que los mencionados artículos son contrarios a su política en Siria.

Algunos medios afirman que el hecho de que las informaciones críticas aparecieran en medios no directamente vinculados al Kremlin, y sobre todo el hecho de que los grandes medios de comunicación de Moscú no se hayan hecho eco de las noticias originales, como TAS, Interfax Rossiyskaya Gazeta o Novosti, demostraría que Putin no está detrás de la campaña.

Naturalmente, las noticias iniciales han tenido una gran repercusión. En Israel, el veterano periodista del Canal 12 de la televisión Ehud Yaari, que mantiene excelentes relaciones con los servicios de inteligencia locales, especuló ampliamente en base a una supuesta tensión personal entre Putin y Asad. Otros muchos medios hebreos han continuado especulando en la misma dirección y hasta se ha escrito que Asad no seguirá siendo presidente de Siria este verano.

Desde un primer momento los medios saudíes están informando con todo tipo de especulaciones, y la campaña ha trascendido a numerosos medios occidentales, como la agencia Bloomberg, Le Monde o The Times. De hecho, se trata del tema sobre el que más conjeturas se están escribiendo en la actualidad de entre todas las informaciones que a diario proporciona Oriente Próximo.

Finalmente, el jefe de prensa del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que algunos medios rusos, en referencia a los dos mencionados, estaban publicando noticias "muy negativas" y que eran medios "amarillistas" que publican "información falsa". Esta ha sido hasta ahora la única reacción oficial del Kremlin, y se sigue echando en falta una reacción definitiva de Putin.

En ausencia de esa reacción clarificadora, el embajador ruso en Beirut, Alexander Zasypkin, ha calificado lo que está ocurriendo de "campaña de mentiras para crear confusión" y ha añadido que "no hay ningún motivo para responder a las mentiras". En un comunicado difundido por el embajador la semana pasada se dice que "los analistas que aseguran que Rusia está considerando un arreglo con los americanos o los turcos a costa de la soberanía siria, ignoran la posición rusa".

Zasypkin ha declarado esta semana al diario beirutí Al Akhbar que el objetivo de Moscú es combatir el terrorismo en la región de Idlib y en otras partes de Siria para normalizar la situación y avanzar a una solución en ese país. "Esto es lo más importante y se logrará a través de las alianzas entre Rusia, Siria y otros aliados (…) La posición rusa-siria se mantiene unida frente a las intrigas".

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