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Golpe de Estado en Birmania Huelga general y protestas masivas en Myanmar contra los militares golpistas

La Policía ha usado cañones de agua contra los manifestantes, quienes por tercer día consecutivo exigen la liberación de la depuesta líder del país, Aung San Suu Kyi.

La Policía ha usado cañones de agua contra los manifestantes en la capital de Myanmar, Naipyidó.
La Policía ha usado cañones de agua contra los manifestantes en la capital de Myanmar, Naipyidó. - EFE

La convocatoria de un huelga general en Myanmar este lunes está teniendo un gran seguimiento en Rangún, la mayor ciudad del país, donde por tercer día consecutivo miles de personas salieron a las calles en protesta contra la junta militar que tomó el poder hace justo una semana.

El llamamiento de diferentes organizaciones a los trabajadores paralizó prácticamente la antigua capital, mientras miles de personas se concentraron en el casco histórico, lo que paralizó el tráfico. Un día más la afluencia de manifestantes en las calles de Rangún, con una población de más de cinco millones de habitantes, está siendo masiva en unas protestas en las que se pide la liberación de la depuesta líder del país, Aung San Suu Kyi.

La huelga también está teniendo seguimiento en algunos ministerios, como de Asuntos Exteriores, donde funcionarios y cargos medios han empezado a unirse al movimiento de desobediencia civil. Aunque en un primer momento los bancos de la ciudad estaban operativos, la escasa afluencia de trabajadores estaba obligando a cerrarlos, informó la prensa local.

En la capital administrativa Naipydó, donde miles de personas se concentraron en una intersección en la zona de los ministerios, la policía utilizó cañones de agua contra los manifestantes durante al menos treinta minutos con el objetivo de disolver la protesta. Hasta ahora las fuerzas de seguridad no habían cargado contra los manifestantes que, por su parte, han evitado en todo momento la confrontación con la policía.

El Ejército restablece la conexión a internet

Este domingo decenas de miles de personas tomaron las calles de varias ciudades en desafío al nuevo gobierno militar, que levantó el bloqueo de Internet tras más de 24 horas de desconexión. En Rangún (Yangón), antigua capital y ciudad más poblada, columnas de personas marcharon desde varios puntos de urbe hasta concentrarse alrededor de la Pagoda Sule, el monumento más representativo del país.

Con proclamas en favor de la democracia arrebatada el pasado lunes por el Ejército y en contra de la junta militar, encabezada por el general Min Aung Hlaing, muchos de los asistentes son jóvenes nacidos décadas después de la implacable represión de los uniformados contra el levantamiento popular de 1988 y que eran niños durante la revolución azafrán de 2007, también sangrientamente doblegada.

"No les dejaremos gobernar de nuevo como lo hicieron con nuestros padres"

"Los militares han subestimado a los jóvenes. No conocemos lo que sucedió en 1988, pero no les dejaremos gobernar de nuevo como lo hicieron con nuestros padres", apuntaba un estudiante de botánica de 19 años, quien movilizó a sus amigos y conocidos para que se unieran a las manifestaciones de este domingo. "Respetad nuestros votos", "Justicia para Myanmar" o "Liberad a nuestros líderes", rezaban algunos de los carteles que exhiben los manifestantes, quienes constantemente alzan los tres dedos –anular, corazón e índice– en un gesto de disidencia popularizado por la saga literaria y cinematográfica Los Juegos del Hambre.

El sonido del claxon de los coches en apoyo al movimiento pacífico de desobediencia civil iniciado contra los militares se mezclaba con las canciones en favor de la democracia, muchas entonadas por primera vez durante el levantamiento de 1988.

Controles y barricadas

La Policía ha establecido controles y barricadas en varios edificios públicos del centro de Rangún, como el Tribunal Supremo o el Ayuntamiento, donde unidades de soldados armados aguardan en su interior. Sin embargo no se han registrado hasta el momento enfrentamientos entre las autoridades y los manifestantes, quienes entregan a los policías rosas y botellas de agua y les piden que se unan a la protesta popular.

Las concentraciones prodemocracia también se han sucedido en numerosas partes del país, entre ellas Naipyidó –la capital fundada en 2008 por los militares– y Mandalay –la segundad ciudad más poblada–, donde caravanas de personas en motocicleta circularon por la ciudad, además de decenas de poblaciones.

Más de un día aislada del mundo vía Internet

Tras pasar más de 24 horas con un bloqueo casi total a las conexiones de Internet, la red fue restablecida sin previo aviso a primeras horas de la tarde del domingo. "El servicio de Internet ha sido restaurado", indicó en Twitter la operadora Telenor Myanmar, que ayer expresó su rechazo a la imposición de las autoridades aunque acató la medida. Un corresponsal de Efe pudo confirmar sobre el terreno que la red volvía a estar operativa y miles de usuarios se lanzaron a las redes sociales para publicar que su conexión volvía a estar disponible.

El portal de seguimiento Netblocks, con sede en Londres, indicó en su última actualización que Myanmar registra "una restauración parcial en la conectividad a Internet", aunque precisó que "no está claro si la restauración se mantendrá y las redes sociales permanecen bloqueadas". Sigue vigente por lo tanto la censura ordenada por los uniformados contra Twitter y Facebook, aunque muchos usuarios logran burlar las restricciones a través de programas VPN (red privada virtual).

"Tenía que entregar mi tesis de graduación, pero decidí unirme al movimiento de desobediencia civil"

Los militares ordenaron la víspera a todas las teleoperadoras en el país el bloqueo de las conexiones de datos –necesarias en el funcionamiento de Internet– para evitar la divulgación de "noticias falsas" y para mantener la "estabilidad" del país, con el objetivo implícito de frenar a la disidencia. "Tenía que entregar mi tesis de graduación, pero decidí unirme al movimiento de desobediencia civil (contra la dictadura). Les dije a mis profesores que no entregaría nada, que no quiero ser parte de un sistema dictatorial", comentó hoy a Efe un estudiante de la facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Yangón.

Fraude masivo y más de 150 detenidos

En las manifestaciones predomina el color rojo que identifica al partido Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezado por la nobel de la Paz y depuesta líder del gobierno democrático, Aung San Suu Kyi, y se reclaman la liberación de todos los detenidos por los militares, entre ellos Suu Kyi.

Desde la asonada al menos 152 personas continúan detenidas, entre ellas dos sentenciadas a dos años de cárcel por cargos que no han sido precisados, mientras que las autoridades han puesto en libertad a otras 12 personas que habían sido arrestadas durante el golpe, apuntó anoche la Asociación de Asistencia para Prisioneros Políticos.

Suu Kyi permanece bajo arresto domiciliario en su residencia en la capital y estará bajo investigación al menos hasta el día 15 por un delito de importación ilegal de dispositivos telefónicos, penado con un máximo de 3 años de cárcel. Los militares, que ya gobernaron el país con puño de hierro desde 1962 hasta 2011, tomaron el poder el lunes al alegar un fraude masivo en las elecciones de noviembre, donde el partido de Suu Ky arrasó al imponerse en el 83% de los escaños en liza.

El lunes estaba prevista la reunión inaugural del Parlamento conformado en los comicios, pero los militares ordenaron su suspensión y forzaron un decreto de emergencia para hacerse con el poder. A pesar de la celebración de elecciones y el proceso iniciado en 2011 en Myanmar hacia una "democracia disciplinada", como la denominan los uniformados, el Ejército mantenía todavía un amplio control sobre los aspectos políticos y económicos del país.

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