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Los incendios y la sequía ponen de rodillas a Rusia

La destrucción de diez millones de hectáreas de trigo paraliza la exportación

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Rusia ha afrontado numerosas invasiones a lo largo de su historia, pero esta es la primera vez que se ve anegada por una imparable marea ardiente que ya ha consumido 700.000 hectáreas de bosque y causado 52 muertos. La extrema sequía que en los últimos meses ha afectado al país ha provocado además la pérdida de más de diez millones de cultivos de grano, un 20% del total. El primer ministro Vladimir Putin ha anunciado que su país, uno de los mayores suministradores de trigo, paralizará las exportaciones de este cereal hasta finales de octubre, cuando finalice la recolección.

Los rusos están padeciendo la mayor ola de calor que se recuerda, con temperaturas que rondan desde hace semanas los 40 grados en la parte europea del país, donde no llueve desde principios de junio. Sólo durante la jornada de ayer se iniciaron 248 nuevos incendios mientras se consiguieron sofocar 273. Las autoridades rusas han decretado el estado de emergencia en 27 regiones.

La estampa que ayer ofrecía Moscú, totalmente cubierta por el humo, recordaba a una ciudad fantasma. Las autoridades sanitarias recomendaron a los habitantes de la capital rusa que se abstengan de salir a la calle para evitar golpes de calor y utilicen mascarillas para prevenir problemas respiratorios. Según el Departamento de Protección Ambiental del Ayuntamiento de Moscú, la concentración de sustancias nocivas en el aire supera en más de cinco veces los niveles máximos que establecen las normas sanitarias.

Los turistas también se están viendo afectados. En los aeropuertos moscovitas de Domodédovo y Vnúkovo rechazaron el aterrizaje de más de 40 vuelos, que fueron desviados a la pista de Sheremétevo, y una veintena de aviones no pudo despegar por la falta de visibilidad.

Los bosques que rodean la capital están siendo consumidos por las llamas. También arden los restos de materiales orgánicos que se almacenan de forma natural bajo la superficie, por lo que en muchos lugares los incendios son subterráneos. La NASA ha indicado que la capa de humo que cubre Moscú es tan densa que tiene la misma forma que los cúmulos que crean las erupciones volcánicas. El humo de los incendios ha alcanzado ya la estratosfera con una altura de 12 kilómetros.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, suspendió el miércoles sus vacaciones para presidir una reunión del Consejo de Seguridad, en la que ordenó proteger las instalaciones estratégicas del país, después de que hace dos días una base militar en Kolomna fuera arrasada por el fuego. Todos los arsenales del distrito militar de Moscú han sido evacuados. El Gobierno ha advertido de que el fuego podría liberar partículas radioactivas contenidas por plantas y árboles desde el accidente nuclear de Chernobyl en 1986.

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