Israel colocó explosivos en un lote de buscas que fueron vendidos a Hizbulá en Líbano
Aunque los buscas quedaron obsoletos con la llegada de los teléfonos móviles, Hizbulá los utiliza entre sus miembros como medio de comunicación para evitar ser geolocalizados por Israel, que habitualmente lleva a cabo asesinatos selectivos.
Madrid-Actualizado a
Irán ha calificado como "un acto terrorista y un asesinato en masa" la explosión simultánea de miles de buscas en manos de miembros del grupo chií Hizbulá en Líbano, aliado de Teherán. El ataque provocó la muerte de al menos 12 personas, entre ellas una niña y un niño, y 2.800 heridos, de los cuales unos 1.800 ingresaron en diversos hospitales. En dicho ataque resultó herido el embajador de Irán en Líbano, Mojtaba Amani, quien según las versiones oficiales se encuentra en buen estado.
Sin embargo, lo más relevante de este asunto y lo que se pregunta todo el mundo es cómo pudo Israel acometer una operación de semejante envergadura. Aunque Israel mantiene silencio sobre la autoría del ataque, todo el mundo da por supuesto que es obra suya.
La Casa Blanca aseguró este martes que no tenía conocimiento previo de esta operación y negó cualquier tipo de implicación de Estados Unidos.
A falta de conocer los detalles exactos de los ataques, el ministro de Telecomunicaciones libanés, Johnny Corn, aseguró el martes que los dispositivos que explotaron formaban parte de un cargamento que llegó "recientemente" al Líbano y planteó que "a lo mejor se activó a distancia", aunque no sabía aún cómo. De hecho, Corn indicó que, según las informaciones preliminares, "las baterías de los buscapersonas se calentaron", por lo que incluso algunas personas tiraron esos aparatos antes de que explotaran.
Según el diario The New York Times, que cita fuentes anónimas de Inteligencia de Estados Unidos y de otros países, Israel colocó los explosivos -algunas informaciones señalan que entre 28 y 56 gramos- en un lote de dispositivos buscapersonas que fueron vendidos a Hizbulá en el Líbano. Los explosivos fueron implantados junto a la batería de cada uno de los buscas con un mecanismo para poderlos detonar de forma remota.
De acuerdo con esta información, Hizbulá encargó a la empresa taiwanesa Gold Apollo unos 3.000 aparatos que fueron manipulados en origen por Israel antes de llegar al Líbano. Esta compañía ha tratado de desligarse en un comunicado con el que ha explicado que los dispositivos fueron fabricados por otra compañía con sede en Budapest. Sin embargo, El Gobierno húngaro ha señalado que esta firma actúa meramente como intermediaria comercial y no posee fábricas en el país.
Algunos experto señalan que también existe la posibilidad de que los dispositivos no se importaran directamente al Líbano, "sino que se detuvieron en un país cercano durante tres meses, donde Israel implantó el explosivo".
Los dispositivos recibieron un mensaje que simulaba provenir de la cúpula de Hizbulá pero que en realidad sirvió para hacer estallar los explosivos. Los dispositivos estaban programados para emitir un pitido durante varios segundos antes de la explosión.
Los explosivos habrían sido implantados junto a la batería de cada uno de los mensáfonos, razón por la que hubo un sobrecalentamiento previo a la explosión, a lo que se añadió un mecanismo para detonarlos de forma remota.
Quién fabricó los dispositivos
La empresa taiwanesa Gold Apollo negó este miércoles haber fabricado los buscas y señaló a la compañía denominada BAC como responsable de producirlos y venderlos. En el comunicado, señaló que estableció una "autorización de marca privada a largo plazo y cooperación regional" con BAC, sin ofrecer más detalles sobre la ubicación exacta de esa compañía.
"Según el acuerdo, autorizamos a BAC a usar nuestra marca registrada para la venta de productos en regiones específicas, pero el diseño y la fabricación de los productos son manejados íntegramente por BAC", añade el comunicado de Gold Apollo.
No obstante, el Gobierno de Hungría ha confirmado más tarde este miércoles que la empresa actúa solo como intermediaria comercial y no posee centros de producción en el país. Así lo ha remarcado Zoltán Kovács, secretario de Estado de Comunicación en un mensaje de Twitter. Adem´s, ha añadido que los dispositivos nunca estuvieron en el país.
Hsu Ching-kuang, el presidente de Gold Apollo, explicó que la empresa llevaba dos años colaborando con esta distribuidora, la cual estaría afincada en un país europeo. "Los buscas involucrados en las explosiones llevaban menos de dos años en el mercado", afirmó Hsu.
Varios expertos informáticos respaldaron la teoría de que, para que se produzca esas explosiones, los aparatos tendrían que haber sido manipulados, señalando que los fabricantes de los componentes de esos mensáfonos son los que deberían responder ante ello. Por ahora, nadie ha asumido la responsabilidad de su fabricación.
Aunque los buscas quedaron obsoletos con la llegada de los teléfonos móviles, Hizbulá los utiliza entre sus miembros como medio de comunicación para evitar ser geolocalizados por Israel, que habitualmente lleva a cabo asesinatos selectivos contra miembros de Hizbulá, entre otras facciones presentes en el Líbano y Siria.
El titular original de esta pieza, Israel colocó explosivos en un lote de buscas fabricados en Taiwán y vendidos a Hizbulá en Líbano, ha sido modificado después de conocer el comunicado de la empresa taiwanesa Gold Apollo, la cual niega haber fabricado estos dispositivos y señala a una empresa húngara.
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