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Israel consuma la invasión de Gaza

Las incursiones terrestres del ejército israelí en Gaza han abierto una brecha hacia el corazón de este territorio palestino y hacen imparable una invasión escalonada, con muchos riesgos también para Israel.

Soldados israelíes a bordo de un vehículo blindado de transporte de personal (APC) patrullando cerca de la frontera con la Franja de Gaza este 30 de octubre de 2023. EFE/HANNIBAL HANSCHKE

Juan Antonio Sanz

El ejército israelí ya se encuentra a las afueras de la ciudad de Gaza y avanza para cercar este núcleo urbano, el más importante del territorio palestino del mismo nombre. En las últimas jornadas, Israel ha lanzado sus ataques más intensos en territorio palestino desde que se desató esta guerra el pasado 7 de octubre, con más de 600 objetivos de las milicias de Hamás alcanzados por la ofensiva de su ejército.

Con la brecha abierta en el norte de Gaza, que ha alcanzado la carretera de Salahedín, la vía más importante en este territorio palestino, Israel ha puesto en marcha una invasión escalonada de la Franja, como parte de la guerra total que anunció el primer ministro Benjamín Netanyahu al comienzo de esta crisis.

En el otro territorio palestino, Cisjordania, la presión del ejército israelí y los continuos ataques a la población palestina por los colonos ilegales judíos amparados por los militares amenazan con abrir otro frente más en esta crisis que dura ya 24 días.

Las protestas palestinas se suceden en las ciudades cisjordanas de Nablus, Ramala, Hebrón y Yenin

Las protestas palestinas se suceden en las ciudades cisjordanas de Nablus, Ramala, Hebrón y Yenin, donde el campo de refugiados ha sido en las últimas horas escenario de duros enfrentamientos con el ejército israelí. Más de 120 palestinos han muerto en Cisjordania desde que comenzó el conflicto.

Fuera de los territorios palestinos, Estados Unidos está utilizando la guerra de Gaza para ajustar cuentas con Irán e Israel es su punta de lanza. La eventual respuesta de Teherán y sus aliados es el principal temor de Israel y EEUU. De ahí la cautela de Tel Aviv a la hora de desatar de golpe toda su fuerza sobre Gaza, pues espera a que Washington culmine sus propios preparativos en Oriente Medio.

No hay lugar seguro en Gaza

El atronador sonido de los misiles deshaciendo barrios enteros en las ciudades palestinas no acalla las voces de las organizaciones humanitarias que aún operan en la Franja: la ayuda que llega, apenas unas decenas de camiones al día para atender a 2,2 millones de palestinos, es insignificante y no puede paliar los efectos de la ola de destrucción y desabastecimiento desatada por Israel.

Desde el 7 de octubre, cuando se produjo la incursión de Hamás en Israel desde Gaza, con la matanza de 1.400 personas y el secuestro de otras 239, el ejército israelí ha bombardeado la Franja y acabado con la vida de más de 8.000 habitantes de este territorio palestino, casi la mitad de ellos niños. Más de 20.000 heridos se concentran en los hospitales gazatíes sin posibilidad de ser atendidos adecuadamente.

"No hay ningún lugar seguro en Gaza", resumió la coordinadora de Asuntos Humanitarios de la ONU para los territorios palestinos, Lynn Hastings. Según Naciones Unidas, "los ataques aéreos parecen estar destruyendo de forma sistemática áreas residenciales enteras" en Gaza.

Los camiones que llegan ahora a la Franja lo hacen con cuentagotas, sobre todo para proporcionar ayuda de emergencia y medicinas a los desabastecidos hospitales gazatíes

Los camiones que llegan ahora a la Franja lo hacen con cuentagotas, sobre todo para proporcionar ayuda de emergencia y medicinas a los desabastecidos hospitales gazatíes. "Los diez hospitales aún operativos en la Ciudad de Gaza y en el norte han recibido repetidas órdenes de evacuación en los últimos días", ha informado Naciones Unidas. En esas instalaciones se refugian unos 117.000 desplazados internos, además de los miles de pacientes.

Dudas sobre el éxito de la invasión

La orden para un asalto final contra la Franja de Gaza, o al menos parte de ella, como se está viendo, aguarda a que Washington concluya el blindaje aéreo de Israel y de sus propias fuerzas desplegadas en Oriente Medio, desde Irak a Siria, donde ya se están produciendo ataques contra estacionamientos estadounidenses.

El Pentágono afirma que sus movimientos militares, que incluyen el despacho de dos flotas de barcos de guerra, con varios escuadrones de aviones y miles de marines a las costas de Israel y el refuerzo de sus bases en Irak y Siria, pretenden evitar una escalada en la región, con Irán y sus aliados en mente.


Israel no tiene garantizado el éxito de una invasión a gran escala y los propios estadounidenses temen que el ataque sin cuartel a los territorios palestinos se convierta en una trampa para el ejército israelí. Las características del escenario y el combate con la población desperdigada por todo el campo de batalla, pueden prolongar la guerra, causar una masacre generalizada y, a la postre, desestabilizar todo Oriente Medio.

Las incursiones terrestres israelíes en Gaza, rápidas, pero contundentes y trillando el terreno para el paso de nuevos efectivos, comenzaron en la noche del miércoles al jueves de la semana pasada y no han parado. Se están empleando carros de combate y unidades de infantería que superaron las vallas que separan Gaza de Israel y atacan cuarteles y puestos de observación y disparo de cohetes de Hamás.

Los tanques pretenden comprobar cuál puede ser la respuesta de las armas anticarro de Hamás ante una llegada masiva de blindados y otros vehículos israelíes, y de paso destruyen los bunkers y los puestos de lanzamiento de cohetes más cercanos a la frontera con Israel.

Y, sobre todo, se trata de localizar y destruir la telaraña de túneles de cientos de kilómetros de longitud que horadan Gaza y llegan hasta esa frontera ahora traspasada por las unidades israelíes.

La inteligencia militar israelí ya está mandando información clave desde el propio terreno palestino y ha convertido esta intrusión armada imparable en la cabeza de puente para una eventual invasión a gran escala. O al menos para la consolidación de un área controlada por el ejército israelí en territorio enemigo, asolado por los bombardeos en la superficie, aunque el subsuelo pueda permanecer intacto, para temor de los soldados de Israel.

EEUU mueve ficha pensando en Irán

Estados Unidos está aprovechando estas acciones bélicas del ejército israelí en la nueva fase de la guerra para reforzar todos los sistemas de defensa que tiene en Oriente Medio, dados los recelos que existen en el Pentágono ante una posible respuesta militar de Irán y sus aliados del llamado Eje de Resistencia, que incluye a las organizaciones islamistas Hizbulá, Hamás, la Yihad Islámica Palestina y muchas otras desperdigadas por Oriente Medio.  

Los ataques de estos grupos yihadistas a instalaciones militares de EEUU en Siria (contra la base Al Tanf) o Irak (contra el estacionamiento Ain al Asad), o incluso desde Yemen, donde actúa la guerrilla opositora hutí, de credo chií como el iraní, han sido respondidos por los misiles estadounidenses.

También Israel ha atacado objetivos en Líbano y Siria, en la provincia de Daraa, tras el lanzamiento de cohetes desde este país contra los Altos del Golán, territorio sirio bajo ocupación israelí desde 1967.

El despliegue por EEUU en la región de dos flotillas dirigidas por sendos portaviones y con decenas de aviones de combate en sus cubiertas, junto con esos ataques quirúrgicos en Siria e Irak,  pretenden mandar un mensaje muy claro a Irán y a sus aliados.

“Cuantas más fuerzas tengamos en ese teatro de operaciones y a medida que Israel se fortalezca día a día, será más fácil disuadirlos”, dijo al Financial Times el general retirado Frank McKenzie, quien comandó las tropas estadounidenses en Oriente Medio entre 2019 y 2022.

El tiempo, aliado de Israel y EEUU

“El tiempo es nuestro aliado”, explicó el militar retirado. Irán dispone de uno de los mayores ejércitos de la región y, aunque en un ataque abierto contra Israel podría disponer de decenas de miles de cohetes y misiles, y acosar el territorio israelí desde el Líbano y Siria, el coste sería inimaginable para el régimen de los ayatolás. Especialmente si EEUU ha desplegado en las cosas del Mediterráneo Oriental y en el Golfo Pérsico buena parte de su músculo naval.

Teherán confía más en la delegación de su presión militar en esos grupos de milicianos del Eje de Resistencia

Por eso, Teherán confía más en la delegación de su presión militar en esos grupos de milicianos del Eje de Resistencia. Grupos que, como Hizbulá, disponen de más de cien mil efectivos y están dotados con misiles de alta precisión capaces de golpear en cualquier punto de Israel, estado al que han jurado destruir y al que la actual masacre de civiles palestinos en Gaza refuerza en su papel de enemigo mortal e irreconciliable.

De momento en una reciente reunión, el jefe de Hizbulá, Hasán Nasrala, y sendos líderes de Hamás y la Yihad Islámica Palestina acordaron coordinar sus acciones para dar una respuesta adecuada y conjunta a Israel.

Difícil que Irán entre en guerra, pero no imposible

Estados Unidos no cree que Irán vaya a jugárselo todo a una baza contra Israel, pero sí podría sostener, con armas e incluso hombres, una guerra contra Israel en varios frentes, con Hamás en Gaza y Hizbulá y la Yihad Islámica Palestina desde el Líbano, además de esos ataques del Eje de Resistencia contra las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria.

Washington dispone de 30.000 efectivos en Oriente Medio. De ellos, 3.500 se encuentran en Siria e Irak. También dispone de sendas bases navales en Bahréin, y Catar. Los portaviones Eisenhower y Gerald Ford que navegan con sus navíos de escolta ante las costas israelíes cuentan con no menos de 2.000 militares a bordo.

Para evitar los ataques con cohetes desde el propio Irán o por sus aliados islamistas, EE.UU. está instalando sistemas antimisiles en buena parte de la región. Aunque Israel ya dispone de sus propias baterías antiaéreas, esos sistemas Patriot y de otros tipos también pueden proteger el territorio israelí.

En estos momentos, todos están listos para un conflicto regional a gran escala y quizá el primer disparo no vendría de Irán directamente. El Gobierno de Netanyahu ha acusado a Teherán de haber asistido “directamente” con armas, inteligencia, dinero y entrenamiento militar a Hamás para llevar a cabo su masacre en territorio israelí del 7 de octubre, por lo que, más tarde o más temprano, la estrategia de venganza de Tel Aviv apuntará a su enemigo persa.

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