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Jordania Jordania denuncia un complot palaciego contra el rey Abdallah II con injerencias extranjeras

El monarca consiguió desbaratar una conspiración del príncipe Hamza bin Hussein que según el gobierno estaba a punto de entrar en la fase de ejecución. Las autoridades han detenido a una quincena de personas y han denunciado injerencias extranjeras que apuntan a Israel y los Emiratos Árabes Unidos.

15/01/2020. Imagen de archivo del rey de Jordania Abdalá II hablando en el Parlamento Europeo. - Reuters
Imagen de archivo del rey de Jordania Abdalá II hablando en el Parlamento Europeo. Vincent Kessler / Reuters

Jordania denunció el domingo la existencia de una conspiración palaciega contra el rey Abdallah II dirigida por un medio hermano del monarca, el príncipe Hamza bin Hussein, que estaría en contacto con elementos extranjeros con el fin de dañar el sistema, y que, según algunos medios de la región, preparaba un golpe de estado.

El sábado el príncipe Hamza fue puesto bajo arresto domiciliario en su palacio de Ammán, se le retiraron sus guardias de seguridad y se le ordenó que no mantuviera contactos con el exterior. Hamza es hijo del difunto rey Hussein y de Nur, la última esposa de Hussein, que desde hace años reside en Estados Unidos.

Hamza ostentó el título de príncipe de la Corona hasta 2004, cuando el rey designó para ese puesto a su hijo. Algunos medios indican que Hamza aspira a convertirse en el próximo monarca y que ello le habría conducido a orquestar una campaña contra Abdallah II apoyándose en un círculo de notables, líderes tribales y funcionarios de la seguridad.

El lunes Hamza logró enviar un mensaje desde su palacio al portal Middle East Eye y a otros medios, en el que afirma que las órdenes recibidas no le harán callar. Hamza, a quien en algunos círculos se califica de "populista", ha afirmado que está luchando contra la corrupción que hay en el país y quiere atraerse a una parte de la opinión pública.

"Por supuesto que no obedeceré cuando me dicen que no puedo salir o tuitear o ponerme en contacto con gente, sino que solo me autorizan a ver a la familia. Estas palabras no son aceptables de ninguna manera", dijo Hamza en su último mensaje del lunes.

"La situación es difícil (…) el jefe del ejército vino y me advirtió; yo gravé sus palabras y se las he enviado a amigos en el extranjero y a mi familia por si ocurre algo, y ahora estoy esperando a ver qué hacen ellos", continúa el príncipe.

Aparentemente Hamza, de 41 años, ha elegido este momento para proyectar su imagen contra el monarca. Recientemente visitó a las familias de varios de los nueve jordanos afectados de covid-19 que murieron en un hospital por falta de oxígeno. Hamza habría sido invitado a cooperar con el monarca pero eligió el camino del enfrentamiento.

Desde el mismo sábado el gobierno de Ammán acusó a Hamza y su círculo de estar en contacto con elementos extranjeros, que en un primer momento no se precisaron, para desestabilizar el país, una circunstancia que niega el príncipe en desgracia.

El domingo un portal de noticias jordano reveló que Hamza mantenía relaciones con un exagente del Mosad israelí, Roy Shaposhnik, quien el mismo sábado por la tarde se puso en contacto con la esposa de Hamza para ofrecerle abandonar clandestinamente el país en un avión que la podría llevar desde Ammán a donde quisiese.

El israelí Shaposhnik, que desde hace algún tiempo reside en Europa en calidad de hombre de negocios, inmediatamente negó trabajar para el Mosad y alegó que simplemente es un amigo personal de la familia de Hamza. Según el diario hebreo Maariv, el israelí tiene vínculos no precisados con el Mosad. En las redes sociales del país se indica que es un sayan, es decir alguien que trabaja para el Mosad esporádicamente.

El exprimer ministro jordano Jawad al-Anani, muy próximo al rey Abdallah II, concedió el lunes una entrevista en la que acusó a Israel de participar en el complot y de haber ofrecido asilo político a la esposa del príncipe Hamza.

El lunes la embajada de los Emiratos Árabes Unidos en Ammán tuvo que ser protegida por las fuerzas de seguridad cuando grupos de manifestantes protestaban contra la posible injerencia de ese país en el complot. Los Emiratos e Israel conducen una misma política en Oriente Próximo.

Israel ni condenó el presunto golpe palaciego ni desmintió los vínculos de Shaposhnik con el Mosad. Para el ministro de Defensa, Benny Gantz, la crisis es "un asunto interno". Las relaciones de Abdallah II con Israel no son buenas y se deterioraron sustancialmente en el mes de marzo, cuando Jordania impidió que el primer ministro Benjamín Netanyahu sobrevolara el país para visitar los Emiratos Árabes Unidos en plena campaña electoral, justo unos días antes de las elecciones. Como castigo, Israel ha limitado la entrega de agua a Jordania.

Un número considerable de dirigentes israelíes, especialmente de la derecha, abogan desde hace décadas por expulsar a los palestinos que quedan en la Palestina histórica, incluidos los territorios ocupados, y conducirlos a Jordania, donde la mayoría de la población ya son refugiados palestinos, de manera que Israel se quede como un país exclusivamente judío.

Curiosamente, a diferencia de Israel, Estados Unidos desautorizó desde el primer momento los movimientos del príncipe Hamza y se puso al lado de Abdallah II, un monarca que Washington considera esencial para la estabilidad en Oriente Próximo.

El gobierno de Ammán dijo que en la operación del sábado se practicaron entre 14 y 16 detenciones de personas vinculadas con la conspiración de Hamza, entre ellos Basem Awadallah, un exconsejero del rey Abdallah II y exministro de Finanzas que se educó en Estados Unidos y también sirvió como consejero del príncipe saudí Mohammad bin Salman. Riad expresó rápidamente su apoyo a las medidas de Abdallah II para controlar la situación.

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