Este artículo se publicó hace 2 años.
El legado de Gorbachov, arruinado por la ambición imperialista de Putin
El autoritarismo del actual líder, la persecución de las libertades en Rusia y la invasión de Ucrania, han tendido una sombra sobre los logros del exmandatario, que llevaron a la apertura y la transformación de la URSS y, finalmente, a su caída.
Madrid-Actualizado a
La guerra de Ucrania ha ensombrecido las despedidas al último líder soviético, Mijaíl Gorbachov, fallecido a los 91 años, y ha subrayado el daño que han hecho a su legado las políticas belicistas, autoritarias y ultranacionalistas del actual presidente ruso, Vladímir Putin.
Las últimas noticias sobre la contraofensiva ucraniana en marcha en la zona de Jersón y la respuesta de las baterías de misiles rusos para detenerla se mezclaban esta jornada con las reacciones a la muerte de quien unos consideraban un traidor, que arrojó la última paletada de tierra sobre la agonizante Unión Soviética, y otros un paladín de la conciliación, que acabó con la Guerra Fría y le hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 1990.
En todo caso pocos dudan de una realidad: la herencia pacífica del último presidente de la URSS, con su apertura a Occidente, las reformas internas y su apuesta incuestionable por la cooperación entre potencias, está a punto de ser obliterada por las acciones de Putin. La invasión de Ucrania por las tropas rusas el pasado 24 de febrero ha puesto de manifiesto que la Guerra Fría ha retornado, con un Occidente cerrando filas con armas y proclamas en torno al país agredido, y una Rusia que busca su apoyo en la comunista China o en el islamista Irán, reviviendo alianzas antioccidentales del pasado.
Entonces se pensaba que se podía convivir con Rusia, sobre todo por sus ingentes recursos en reservas energéticas
Pero no nos engañemos. Los Estados Unidos y la Europa que hoy día apoyan a Ucrania con armamentos de última generación, como las lanzaderas de misiles Himars que tanta importancia están teniendo en la contraofensiva de Jersón, no son aquellos países que en los años ochenta todavía miraban con respeto al enemigo comunista. Entonces se pensaba que se podía convivir con Rusia, sobre todo por sus ingentes recursos en reservas energéticas. En cambio, el objetivo final de Occidente en este año 2022 es minimizar el papel de Moscú en el nuevo mundo globalizado, acorralar a Rusia y asegurar su desgaste, además de desgajar la economía rusa de Europa como suministradora principal de sus hidrocarburos.
En este marco, Vladímir Putin encuentra los argumentos para sostener que su invasión de Ucrania está justificada.
Gorbachov consideraba una amenaza el autoritarismo de Putin
Hace un mes, el comunicador, periodista y furibundo crítico del Kremlin, Alexéi Venedíktov, indicó en una entrevista con Forbes Rusia que había hablado con Mijaíl Gorbachov y que, quien fuera líder de la Unión Soviética entre 1985 y 1991, cuando se disolvió la URSS, contemplaba las acciones de Putin desde que desató la campaña de Ucrania como "una amenaza" para todo el esfuerzo que se desplegó en esos años a fin de asegurar una paz duradera entre las superpotencias y abrir la sociedad soviética paulatinamente a la libertad de prensa.
"Todo lo que hizo Mijaíl Sergueyévich Gorbachov ha sido destruido. Todas sus reformas han sido reducidas a cero, a cenizas, a humo. Cuando Gorbachov dejó el poder, había 4.000 soldados de la fuerza de intervención rápida de la OTAN en Europa. Ahora la Alianza Atlántica ha anunciado que tendrá 300.000 efectivos (en ese concepto) para finales del próximo año", aseguró Venedíktov. Este empresario periodístico ha visto cómo la presión de Putin sobre los medios de comunicación llevaba recientemente al cierre de su principal estación de radio, la prestigiosa Eco de Moscú, en el contexto de los ataques lanzados por el Kremlin contra la prensa independiente por la guerra de Ucrania.
Gorbachov no entendía una Rusia sin libertades
Gorbachov estaba "decepcionado", según Venedíktov. Siempre había sido favorable a que Rusia retomara con dignidad la importancia como superpotencia que fue perdiendo al caer la URSS, especialmente en los nefastos años de su sucesor, Borís Yeltsin. Pero los ataques a la libertad derivados de la guerra de Ucrania y los arrestos de miles de personas en Rusia ordenados por el Kremlin sobrepasaron toda lógica.
"La libertad es un asunto de Gorbachov. Todo el mundo ha olvidado ya quién dio la libertad a la Iglesia Ortodoxa Rusa (hoy día uno de los pilares en los que se apoya Putin). Fue Mijaíl Serguéyevich Gorbachov. La propiedad privada, también Mijaíl Serguéyevich Gorbachov. ¿Y qué es lo que puede decir (Gorbachov) ahora?", aseguró el prominente periodista ruso.
Condenaba la arrogancia de la OTAN y preveía sus consecuencias
Aunque Gorbachov no mostró ninguna opinión pública sobre la guerra de Ucrania, sí había criticado la "arrogancia" de la OTAN liderada por Estados Unidos a la hora de expandirse hasta las fronteras rusas con los países Bálticos y en Centroeuropa, albergando en su seno a los antiguos aliados de Moscú en el Pacto de Varsovia. Precisamente la posibilidad de que Ucrania entrara en la OTAN, a la que ya había sido invitada por Estados Unidos y Gran Bretaña, fue uno de los argumentos que utilizó Putin para lanzar su ofensiva contra su vecino del sur.
Quien fuera intérprete del exmandatario soviético Pavel Palazhchenko concedió una entrevista al canal de televisión estadounidense Fox News tres días antes de que Rusia invadiera Ucrania. En sus declaraciones, Palazhchenko subrayó que este conflicto era muy doloroso para Gorbachov. "Siempre advirtió que podrían suceder cosas muy peligrosas entre Rusia y Ucrania, pero siempre hizo lo que pudo para acercar a esas dos naciones en lugar de contemplar sin más la ampliación de una brecha que hoy vemos ensancharse", explicó Palazhchenko, quien trabaja para el Centro Gorbachov de estudios políticos.
El peligro de perpetuar el autoritarismo
Aunque en los primeros años de la presidencia de Vladímir Putin, tras desplazar en el año 2000 a Yeltsin del poder en las elecciones de marzo de ese año, Gorbachov manifestó en diversas ocasiones su apoyo al nuevo líder ruso y evitó criticarle en público, más adelante expuso algunos recelos de manera abierta. En una entrevista concedida en 2011 en Austin, Texas, Gorbachov se mostró partidario de que Putin dejara el poder, que, de una forma u otra, mantenía aferrado desde hacía más de una década. El ex presidente soviético manifestó sus dudas ante el creciente autoritarismo del líder ruso. "Quizás sea comprensible que durante la fase inicial (para subsanar los errores cometidos por Yeltsin en su década en el poder) haya usado ciertos métodos autoritarios en su liderazgo, pero utilizar tales métodos autoritarios como política para el futuro, creo que está mal. Creo que es un error", advirtió entonces Gorbachov.
Con Gorbachov vivo, sin embargo, la visión de Putin sobre esos años finales de la URSS era un tanto diferente
En un telegrama publicado por la página de internet del Kremlin, Putin expresó sus condolencias y calificó al ex líder soviético como "un político y un hombre de estado que influyó de forma muy destacada en el curso de la historia mundial". Para Putin, el último presidente de la URSS supo ver que las reformas "eran necesarias" y trató de solventar las dificultades que afrontó la Unión Soviética en los años ochenta del siglo pasado.
Con Gorbachov vivo, sin embargo, la visión de Putin sobre esos años finales de la URSS era un tanto diferente. Sin atacarlo abiertamente, sí desdeñó las concesiones que hizo su antecesor en materia de seguridad y desarme a Estados Unidos y que permitieron finalmente que la OTAN se expandiera por la Europa postcomunista en los años noventa, con Borís Yeltsin en el poder. "Todo siempre tiene que quedar reflejado por escrito", manifestó Putin el año pasado en una entrevista a un medio de prensa estadounidense en referencia a esos años caóticos del Gobierno de Yeltsin.
Putin, el líder del puño cerrado, frente a la mano tendida de Gorbachov
Putin recogía así los sentimientos de muchos rusos, que vieron en Gorbachov al verdugo de la URSS, al responsable de la retirada soviética de Afganistán y al artífice de la caída del Muro de Berlín que permitiría a Occidente lanzarse en avalancha sobre los antiguos socios de la Unión Soviética para incorporarlos a sus filas.
Muchos de esos rusos defienden a Putin por recuperar el respetuoso temor que antaño se sentía en Occidente por la URSS
Muchos de esos rusos defienden a Putin por recuperar el respetuoso temor que antaño se sentía en Occidente por la URSS y por pretender hacer de Rusia un remedo de aquella Unión Soviética, aun a costa de prolongarse en el poder más de 22 años.
Ya Gorbachov había advertido contra esta perpetuación de Putin en el Kremlin. En una entrevista con el diario Novaya Gazeta, Gorbachov afirmó que nadie estaba en condiciones de detentar "el monopolio de la verdad" con el objetivo de "acaparar todas las decisiones". Gorbachov era accionista de Novaya Gazeta, pero poco pudo hacer cuando este diario crítico con el Kremlin cerró temporalmente "a recomendación" del órgano de censura impuesto por el Gobierno ruso para controlar las informaciones sobre la guerra de Ucrania.
En aquella entrevista pública de 2011 en la Biblioteca y Museo Presidencial de Lyndon B. Johnson, en Austin, Gorbachov vaticinó lo que podría pasar con Putin. "Donde quiera que vayas, puedes ver que hay líderes que gobiernan durante 20 años o más. En tales situaciones, lo único que importa a tales líderes y a la gente que les rodea es aferrarse al poder", explicó Gorbachov. "Creo que esto es algo que está sucediendo ahora en nuestro país", agregó. Después de 11 años, su profecía política se ha cumplido.
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