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Luigi de Magistris, de fiscal contra la 'Ndrangheta' a esperanza de la izquierda italiana

Treinta años después de la muerte de Falcone y Borsellino, asesinados por la mafia siciliana, hablamos con Luigi de Magistris que luchó contra la mafia calabresa cuando era fiscal. Ahora, se postula para las elecciones de 2023 en Italia con una coalición de izquierdas.

Luigi de Magistris en Nápoles en 2019, cuando era alcalde de la ciudad
Luigi de Magistris en Nápoles en 2019, cuando era alcalde de la ciudad. Alberto PIZZOLI / AFP

El rostro demacrado y visiblemente pálido del magistrado Paolo Borsellino avanza entre la muchedumbre de fotógrafos y periodistas hacia la entrada del hospital de Palermo, donde el colega y amigo Giovanni Falcone exhala el último respiro: "Me di cuenta de que mi tiempo estaba a punto de acabar", dirá enseguida Borsellino. Unashoras antes, una tonelada de explosivos debajo de un tramo de la autopista A29 hizo volar el coche en el que viajaban Falcone, su mujer Francesca Morvillo y los tres guardaespaldas, Vito Schifani, Rocco Dicillo y Antonio Montinaro.

Falcone y Borsellino habían sido los promotores de una nueva época de lucha contra la mafia en Sicilia, en Palermo instituyeron el pool antimafia: por primera vez un equipo de magistrados investigaba no solamente a los boss mafiosos sino a todo el entramado familiar, y por primera vez la fiscalía entraba en los institutos bancarios donde la criminalidad organizada acumulaba sus fortunas. En 1988, después de cinco años del comienzo del maxiproceso a Cosa Nostra, el pool antimafia daba un paso importante: 19 fueron las cadenas perpetuas y 1265 los años de cárcel que serían confirmados luego por el Tribunal de Casación.

Falcone y Borsellino habían sido los promotores de una nueva época de lucha contra la mafia en Sicilia

Después de aquello, Borsellino se mudó a Marsala, Falcone a Roma al lado del ministro de Justicia Claudio Martelli, el nombramiento como Fiscal General podría ser inminente para Falcone, incluso un cargo gubernamental, es el mismo Borsellino a afirmarlo: no se realizará nunca. El 25 de mayo del 92 se celebra el funeral de Falcone, Borsellino es consciente de que debe darse prisa, hay demasiado en juego, la mafia ha entrado en los elegantes palacios de Roma. El 13 de julio, los Carabinieri descubren que ha llegado a Palermo una ingente carga de explosivos según fuentes fiables y advierten: Borsellino podría ser uno de los blancos.

El 19 de julio, 57 días después del asesinado de Giovanni Falcone, Paolo Borsellino pierde la vida junto a sus escoltas. "La destrucción de mis dos héroes ha sido flagrante", escribe Luigi de Magistris en su libro (Asalto al fiscal, Chiarelettere), "consolidaron en mí la sed de justicia, me dieron la rabia, las ganas de hacer algo: ahí definitivamente se ha consolidado la voluntad de ocuparme del crimen organizado".

Paolo Borsellino sabía que el fin era inminente, a pocas horas de su muerte escribió una carta que se ha convertido en su testamento: "Yo soy un optimista, porque veo que frente a Cosa Nostra, los jóvenes sicilianos, y no solo, tienen hoy una atención diferente a la culpable indiferencia que yo mantuve hasta los cuarenta años. Cuando los jóvenes sean adultos tendrán más fuerza para reaccionar de la que yo y mi generación hemos tenido".

Mafia de Estado

Luigi de Magistris fue uno de aquellos jóvenes y de adulto empezó a investigar sobre Ndrangheta, masonería y política, pero los obstáculos comienzan a llegar de la magistratura: "la sorpresa en realidad fue el poder judicial contaminado",  cuenta a Público por teléfono. "Que la política estaba fuertemente comprometida con el crimen organizado no era algo nuevo, así como no fue una sorpresa que fuera una política transversal, tanto de centro-derecha como de centro-izquierda. Pero la colusión de piezas cuantitativa y cualitativamente relevantes de la magistratura no me lo esperaba".

Calabria en ese momento estaba entre las regiones incluidas en el programa  Objetivo 1, es decir, entre las que más necesitaban de ayudas europeas. A Catanzaro, donde De Magistris se había mudado, empezaban a llegar ingentes flujos de dinero europeo.

A Catanzaro, donde de Magistris se había mudado, empezaban a llegar ingentes flujos de dinero europeo

La gestión de fondos públicos estaba en manos de las personas que frecuentaban los "saloncitos" de la burguesía calabrés: "una trenza perversa" –como escribirá De Magistris en el libro– en la que políticos, emprendedores, abogados y magistrados van de la mano con afiliados de la mafia. "Una confusión inaceptable entre controladores y controlados". Será justamente con investigaciones como 'Poseidone', 'Why Not' y 'Toghe Lucane' que el fiscal llegará a tocar los altos cargos del Estado y de la magistratura, arrojando una luz siniestra hacia aquellas instituciones cuyos cimientos no mucho tiempo atrás habían chirriado y estado a punto de derrumbarse.

"Luigi (...) se arriesga a ser asesinado. Matado físicamente o profesionalmente", es el padre que lo confesará a un amigo. "Vengo de cuatro generaciones de fiscales", nos cuenta De Magistris, "mi padre estaba preocupado porque sabía que habría pagado un precio que podía ser profesional o incluso algo diferente... como unos años antes se hacía con los magistrados para detenerlos".

Sin embargo, el tiempo de las matanzas, de las "muertes excelentes" como se llamaban, parece formar parte del pasado. Ahora la mafia tiene armas más sutiles. Después de 40 años en la magistratura, el entonces ministro de Justicia aprueba el traslado urgente de Luigi de Magistris desmantelando por completo su investigación. "Algo sin precedentes en un país democrático", afirma el exfiscal, "estaba investigando al Presidente del Gobierno y tenía en el dossier hechos que afectaban al ministro de Justicia".

Una nueva coalición de izquierdas

"Aunque uno no vive de arrepentimientos o nostalgias, la política se ha convertido luego en otra pasión". Fue así que De Magistris decidió entrar en política, primero en el seno del Parlamento Europeo y luego como alcalde de Nápoles, su ciudad natal. "Fue una experiencia irrepetible, tenía casi todos los partidos en contra, por lo que goberné con listas cívicas y los partidos de izquierda radical. Algo completamente innovador no solo en Nápoles sino en toda Italia, considerando que Nápoles es la tercera ciudad de Italia y la capital del sur".

En línea con esa experiencia, de Magistris ha decidido presentarse a las próximas elecciones de 2023 en Italia con una amplia coalición de izquierdas: "es una coalición que supera esa frase ni de derechas ni de izquierdas. Debemos superar los términos, los símbolos y las actitudes del siglo XX. Hoy no es suficiente decir que estamos construyendo la nueva izquierda, también porque quien ha hablado de izquierda en estos años la ha traicionado profundamente".

El movimiento se anuncia ecologista y profundamente social

Un movimiento que se anuncia ecologista y profundamente social, que anhela hacia la construcción de una Europa más humana y atenta a las dinámicas perversas de desigualdad y pobreza. Y no es difícil entrever la pasión del joven fiscal, las instancias de defensa de los valores de verdad y justicia que a partir de la lucha de Falcone y Borsellino dieron nuevo prestigio a las instituciones judiciales. ¿Logrará un movimiento de este tipo marcar un cambio de rumbo en el panorama italiano? Eso está por ver.

Pero hay algo que sigue pasándoseme por la cabeza con fastidiosa insistencia: las palabras de Nanni Moretti en la película Aprile de 1998: "¡D'Alema di algo de izquierdas!". Era el año 1996, Berlusconi había ganado las elecciones inaugurando una nueva temporada de la política italiana, la RAI había organizado un debate entre el nuevo líder del centro-derecha y Massimo D'Alema, figura clave de la izquierda italiana.

Berlusconi estaba lanzando su habitual ataque contra la magistratura frente a un D'Alema impasible. Nanni Moretti, interpretándose a sí mismo, observaba desconsolado una izquierda que seguía acusando los golpes con estoico masoquismo: "¡Qué tortura esta campaña electoral! Ojalá termine pronto. D'Alema, reacciona. (...) ¡No dejes que te coma en el asunto de la justicia precisamente Berlusconi! ¡D'Alema, di algo de izquierdas¡ ¡Cualquier cosa!".

Con la ironía y la perspicacia que distinguen sus películas, Nanni Moretti había representado la rabia y la amarga desilusión de una entera generación. Cuando en 1992 Falcone y Borsellino fueron asesinados en Palermo, otro grupo de fiscales en Milán llevaba a cabo uno de los procesos más importantes contra la corrupción de partidos, que será bautizada con la icónica expresión "Manos Limpias". La ardua labor de la nueva coalición de Luigi de Magistris debería ensamblar aquel tejido social que se alejó de una pieza importante de nuestra historia y de sus protagonistas.

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